La noticia del día es que Marco Cilurzo se ha dado una ducha calentita. Camina por uno de los bordes de la Plaza San Pedro y, si se lo preguntan, Marco lo confiesa sin pudor: “Llevaba semanas sin bañarme. En la estación Termini cobran 8,50 euros que yo no tengo. Por lo general, uno se lava como puede, de a pedacitos, en las fuentes. No es fácil para nosotros, los clochard (sin techo), y mucho menos ahora, en invierno”, dice mientras esquiva turistas entre las columnas que Bernini diseñó con no poca fatiga entre 1656 y 1667 para lograr el efecto óptico sólo perceptible desde el centro de la plaza del Vaticano.··· Ver noticia ···
Un paseo por las duchas del Vaticano, otra innovación de Francisco -- Marina Arcusa
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