Un grupo de laicos y laicas japoneses se expresan, con ocasión del Sínodo de la Familia -- Proconcil

0
134

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Estimado/a amigo/a:
En estos días, en los que se están enviando o se han enviado las respuestas para el Sínodo de la Familia, alguna personas nos están enviando las suyas, para que puedan ser compartidas.
La idea, al hacerlo, es poder entender los procesos sinodales, no sólo como un movimiento radial, desde las bases hacia el centro, sino también como una iniciativa de intercomunicación comunitaria, donde podamos escuchar a la diversidad y escucharnos.
Por eso, hoy queremos compartir el siguiente texto -escrito originalmente en japonés y traducido (también para el Sínodo) al español-
RESPUESTAS DE UN GRUPO DE LAICOS Y LAICAS JAPONESES A LOS LINEAMENTA DEL SÍNODO.

Reunidos en el Centro Cat:olico «VIDA VERDADERA» (SHINSEIKAIKAN), los abajo firmantes enviamos a la atención del Sínodo de los Obispos las siguientes opiniones en respuesta a los LINEAMENTA.


Sobre Biblia y Magisterio eclesiástico acerca de la familia.

La mayoría del laicado no lee esta clase de documentos. Aunque los lean no se entienden facilmente. No hemos escuchado en la predicación una explicación clara sobre estos temas. No se puede decir que esta enseñanza se?haya transmitido claramente, no solo entre los japoneses en general, sino también entre los cristianos. El nivel de comprensión de documentos como Gaudium et spes, exhortaciones apostólicas y otros documentos posteriores al Vaticano II es prácticamente nulo.

La comprensión que se tiene en general de estas enseñanzas es solamente del nivel siguiente: que es muy estricta acerca de la regulación de la natalidad, que está fuera de la realidad y que es difícil de aceptar. La enseñanza de la iglesia sobre el valor de la familia no tiene presente la realidad y está expresada idealmente y desde arriba.

En un Japón con solo el 0.4 por ciento de población católica, al hablar con terminología cristiana sobre «Magisterio eclesiástico» y con el lenguaje técnico especializado sobre «enseñanza de la iglesia» no hay quien lo entienda. Es posible que la enseñanza sea correcta, pero el modo de transmitirla causa sufrimiento y confusión en las relaciones familiares. Además, se convierte en un obstáculo que impide la armonía de la fe y la relación entre los esposos, dada la situación de la mayoria de los matrimonios católicos, en los que uno de los cónyuges no es creyente.

Las formas de matrimonio y de relación sexual humana son complejas y variadas. No es posible la vida en este mundo sin fallos y errores. Si se intenta observar fielmente la enseñanza de la iglesia, le miran a uno como persona rara. La vida matrimonial se basa en la individualidad de cada persona y se ejercita según su índole. Lo importante no es la actitud de transmitir una enseñanza, sino la actitud de convivir con las personas sobre la base de una enseñanza comprensible.

La manera de exponer la enseñanza de la iglesia está muy alejada del sentido común y de la realidad actual, es impositiva e intolerante, y es una piedra de tropiezo para los catecúmenos que se preparan a recibir el bautismo. Hay que difundir la enseñanza actual de la Iglesia con el espíritu del Concilio Vaticano II de modo que ilumine la sociedad actual y con una explicación y nueva comprensión de su contenido que pueda ser aceptable por la sociedad.


El matrimonio según la ley natural

En Japón no se puede presuponer obviamente una «ley natural». Esta palabra no se entiende ni en la sociedad en general ni entre los cristianos. Es como una lengua muerta. Apenas hay japoneses que entiendan qué pueda significar esta noción propia de una manera de pensar occidental. Incluso entre personas con formación intelectual, apenas si se tiene la idea de que ley natural es una ley basada en la voluntad de un dios de una religión extranjera.

Hay necesidad de reconstruir la enseñanza moral después de dejarnos de ideales abstractos y mirando fijamente la realidad concreta de la vida de los creyentes. De lo contrario no será en la práctica un conocimiento útil para los cristianos que viven en una sociedad que es como un campo de batalla. En los cursillos prematrimoniales se habla de este tema, pero en la práctica las parejas que lo cumplen son escasas. Hay que esforzarse por lograr un lenguaje fácil de entender. El sacramento del matrimonio es un asunto entre los dos cónyuges, más vale no descender a dar instrucciones sobre detalles particulares.

Pensamos que no está de acuerdo con la enseñanza de Jesús dejar a los esposos divorciados en la situación de haber perdido su derecho a recibir el apoyo sacramental de la iglesia.

La vida matrimonial la viven unos seres humanos que son frágiles y vulnerables. Esto se puede aprender claramente en los documentos del Concilio. Si pensamos en la misión de la «iglesia familiar» tendremos que cambiar la perspectiva.


Cuidado pastoral de la familia en la evangelización

Los esposos se acercan a la boda prometiendo transmitir la fe, pero en Japón son pocos los matrimonios en que ambos cónyuges sean cristianos, a menudo hay dificultad hasta en conseguir que los hijos vayan a la iglesia. Cada creyente tiene que habérselas con su soledad. Confiamos que interiormente se transmite la fe. Pero nos duele que no se manifieste visiblemente. De pequeños los hijos van a la iglesia viendo a sus padres. Pero cuando crecen ven que hay problemas tanto dentro de la iglesia como dentro de la familia. La capacidad de los padres para guiarles se debilita. En una sociedad en la que los católicos son minoría, tanto padres como hijos reciben el influjo del ambiente social.

Los escritos y explicaciones de la iglesia sobre el matrimonio están demasiado alejados de la realidad de la vida, no tocan tierra. Por otra parte, los folletos informativos publicados, por ejemplo, por un ayuntamiento, son fáciles de entender y dan consejos concretos. Es mucho mayor su influjo.

Pienso que uno de los modos de orar consiste en informar sobre lo acontecido en la propia vida. Dios nos pregunta: ¿Cómo lo ves, cómo lo oyes, qué piensas? Esa manera de informar sobre la vida es una forma de oración importante. Los dirigentes eclesiásticos, ¿habrán percibido los pesares y agonías de las personas? Deberían presentar al Señor los lamentos que han escuchado a las personas.

Cuidado pastoral de situaciones matrimoniales con especiales dificultades

El matrimonio, más que una institución decidida por la iglesia, es algo determinado por la ley y el Estado. La cohabitaición prematrimonial es algo obvio. Son muchos los casos en que se registra civilmente el matrimonio cuando se produce el primer embarazo. Aunque el problema no sea tan extremado como en Europa, también en Japón han aumentado los casos de cohabitación prematrimonial. En las parroquias no se menciona y no aparecen a la superficie los casos. No parece que haya ninguna orientación sobre ello en las parroquias. Los párrocos atienden cada caso según las circunstancias. Por parte del laicado no hay ninguna forma de ocuparse sistemáticamente de este tema.

Sería mejor enseñar sobre el matrimonio como una gracia más que como una institución práctica para vivir. Hay necesidad de revisar el sentido de la pastoral volviendo a los fundamentos en la dignidad de la vida humana. Pensamos que hace falta una preocupación pastoral que permita sanar con amor a quienes no cumplieron los mandamientos de la iglesia. La forma tradicional estereotipada de pastoral no tiene sentido.

Para quienes se encuentran en una situación matrimonial problemática los mandamientos de la iglesia son fuente de sufrimiento. Creemos que hay que cuestionar el modo de pensar sobre el castigo para quien pecó.

Pensamos que sería bueno formar lazos de cooperación para la pastoral en equipo en la que se comprometen el laicado y los sacerdotes yendo juntos por el mismo camino de la fe.

Sobre las uniones homosexuales

En Japón hay una mirada indulgente hacia las parejas homosexuales y son bastantes las personas que las reconocen.

En las iglesias no aparecen los problemas en la superficie. Más que discutir si son correctas las relaciones de pareja homosexuales, pensamos que hay que revisar desde el punto de vista del amor de Cristo la práctica actual de dejar a estas parejas fuera de la recepción de sacramentos. Es importante la atención pastoral a los creyentes de su entorno.

En Japón, la ley no reconoce las uniones homosexuales, aunque hay casos especiales. Cuando se cumplen las condiciones (reconocida por dos médicos la dificultad de identidad sexual, ser mayor de 20 años, no tener hijos y haber sido operada la persona aplicando la indicación de género), puede inscribirse de nuevo la persona en el registro civil y ser posible el matrimonio homosexual. Pero estas parejas, aunque tengan familia, no pueden recibir un seguro o una pensión.

Educación de los hijos de matrimonios no formalizados

No oimos hablar de que se haya hecho problema de esto en las iglesias. Comparando con la situación internacional, en Japón son más escasos los casos de hijos fuera del matrimonio. En 1978 las estadísticas marcaban 0.77 por ciento, después ha ido subiendo, y en 2011 son un 2.22 por ciento. Comparando con cifras europeas, como las de Francia, con un 50 por ciento, no parece una cuestión grave.

La discriminación de los hijos extramatrimoniales es dura. En diciembre de 2012 el Congreso decidió suprimir la normativa legal acerca de la herencia en estos casos. Se da la opinión de que esto se debe a lo libre que es el sistema matrimonial en Japón, donde basta dar parte al registro civil para quedar casados formalmente y también es fácil el divorcio de mutuo acuerdo, quizás la legislación más amplia en este punto en todo el mundo. Japón es el número uno mundialmente en el uso del preservativo, quizás relacionado con el estado de la información acerca de la contracepción. En la Constitución está determinado que «el matrimonio se sostiene sobre la cooperación de ambos sexos y tiene como fundamento la igualdad de los dos sexos, así como se fundamenta en la igualdad de derechos de los dos sexos y la cooperación mutua con la que deben apoyarse».

Cualquiera que sea la relación del varón y la mujer de la que haya nacido, cualquier criatura es hijo de Dios y no debe ser discriminada. La iglesia debe orientarse a reconocer la dignidad de estas familias así alienadas y de sus hijos.

Acogida positiva de la vida por parte de las parejas casadas. Sobre la Humanae vitae.

La inmensa mayoría de los cristianos no habrá leído la Humanae vitae. En Japón no tiene ningún sentido. Produce la impresion de un modo de pensar extranjero muy raro. Antes que plantearse si la cumplen o no la cumplen, la manera de ver de la mayoría de los cristianos en Japón sería: esto es una enseñanza alejada de la realidad.

En los matrimonios en que uno de los cónyuges no es cristiano esta enseñanza no tiene cabida ninguna. Habrá cristianos que han sufrido y se han separado de la iglesia por culpa de esta enseñanza.

La planificación familiar se lleva a cabo por criterios de salud corporal y económicos, que son de algún modo el criterio moral.

Un iglesia que pide la perfección

La situación en el interior de las familias está alejada del modelo ideal, y ese modelo ejemplar de familia no se encuentra en ninguna parte. Se habla de restablecer vínculos, pero hay poca probabilidad de que se obtengan resultados.

No vamos a negar la importancia sacramental del matrimonio. La gracia es también un hecho de experiencia. Sin embargo, las personas se equivocan y maduran a base de equivocarse y seguir caminando. Los creyentes que caminan con Jesús fallando y errando van madurando como adultos. Deberíamos repensar cuál es el sentido de que Dios nos haya dado la posibilidad de equivocarnos, y el sentido y el valor de la libertad.

Tenemos que ser una iglesia que apoye a los adultos que se equivocan al usar la libertad que Dios les dio. Los cristianos no pueden permanecer en una iglesia cuyo modo de ser les exija la perfección.


Miremos fijamente la realidad de la situación

El problema de la sexualidad es para el hombre un terreno desconocido muchas veces. La familia, con problemas de violencia doméstica, abusos, etc., es muchas veces lo más lejano a un lugar de descanso. No se ve cómo compaginar el creer en Jesucristo con la enseñanza de la iglesia sobre la sexualidad.

Cuando la salvación se convierte en juicio, se cae en la paradoja de que provoca el resultado de hacer perder la fe. El sacramento de la conversión se convierte en un lugar que invita a la crisis de fe. Es una auténtica paradoja, que lo que provoca crisis de fe en muchos cristianos no sea ni una desgracia ni una enfermedad, ni un absurdo, sino que sea la manera de ser de la enseñanza de la iglesia.

El ser humano tiene que hacer por sobrevivir condicionado por sus circunstancias. Las circunstancias económicas son un factor importante. Las estructuras sociales empeoran. Las circunstancias para engendrar y criar los hijos siguen desmoronándose.

Comparados con la mayoría de los japoneses, no parece que los matrimonios cristianos quieran sacrificar el engendrar los hijos por conveniencia de los esposos o por placer, pero que solo se reconozca el uso del ciclo natural como método de regulacición de natalidad es demasiado duro e imposible de cumplir, según juzga la inmensa mayoría.

Japón, con su ley de protección materna de 1948, es el caso especial de un país que admitió el aborto antes que la contracepción. Son fiables las estadísticas recogidas bajo el sistema legal. Según ellas, en 1955 el número de abortos llegó un millón ciento setenta mil. Se dice que esta cifra supone un aborto en veinte años por cada mujer en edad fértil. Muchísimas mujeres habían tenido la experiencia de abortar. Después el gobierno comenzó a fomentar la difusión de la contracepción centrada en el uso del preservativo. Bajó rápidamente la cifra de abortos. Hoy día se cree que es baja por comparación con países desarrollados empezando por Estados Unidos. No podemos captar bien la situación de otros paises occidentales por el número de países en que las leyes no lo favorecen.

Es muy difícil captar la situación de la sexualidad. La manera de ser de la sexualidad en realidad es compleja y variada. Hace falta pensar de nuevo qué clase de mensaje puede servir para aliviar el sufrimiento de las personas y hay que esforzarse por captar exactamente las limitaciones de sus posibilidades y mirar atentamente la realidad de la situación actual.

Relación de la familia con la persona

La iglesia familiar, lo mismo que la iglesia institucional, son lugares llenos de confusión, pecado y defectos. Las familias cristianas no son un lugar privilegiado. Los dirigentes eclesiásticos no ven por experiencia la realidad de las familias, la idealizan. ¿Cómo va Dios a aspirar a que se reduzcan a cero los fallos morales? El Papa Francisco usó la comparación con un hospital de guerra. Por muy correcta que sea la enseñanza de la iglesia, con el modo de enseñar de hasta ahora, no sirve para hospital de guerra. No hay médicos ni personal de enfermería. También los sacerdotes están derramando sangre. El que sacerdotes y obispos sean célibes abre un abismo extraño entre ellos y el pueblo ordinario, así como crea una sensación de impotencia ante la separación entre la vida real y el sistema de la institución eclesiástica. Puestos a dialogar desde el fondo del corazón sobre las relaciones personales dentro de la familia, habrá que dialogar también con franqueza a fondo sobre s
ituaciones como el celibato eclesiástico, la ordenación ministerial de la mujer, los abusos por parte de párrocos etc.

Nota:

Las respuestas expresadas en los párrafos anteriores no son el resultado de integrar en un solo documento las opinjones de los participantes voluntariamente en la encuesta, sino que hemos colocada bajo cada grupo temático, en diversos párrafos numerados las opiniones de los participantes, editando los fragmentos tal como fueron presentados.

Los abajo firmantes constituyen el grupo denominado «Reunión para pensar la manera de ser de la Iglesia en el siglo 21»:

Diócesis de Tokyo Nobumitsu Harumiya
Shunji Nanjou
Keiichiro Takishima
Masabumi Sato
Masao Ogasawara
Diócesis de Yokohama Yoko Endo
Diócesis de Sapporo Fumiko Nishiyori

—————————–
Esperamos que sea de su interés.
Cordiales saludos
Emilia Robles

proconcil@proconcil.org