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Un clamor de esperanza: llamamiento a la acción decisiva -- Kairós Palestina- Global Kairós for Justice

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Palestina4NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y A LA OPRESIÓN DEL PUEBLO PALESTINO
Lanzamiento público: 1° de julio 2020
Nosotros/as, Kairós Palestina y Kairós Global por la Justicia, una coalición mundial
nacida en respuesta al documento de Kairós Palestina: “Un momento de Verdad: una palabra
de fe, esperanza y amor desde el corazón del sufrimiento palestino”, hacemos este urgente
llamado a las personas cristianas, las iglesias y las instituciones ecuménicas. Lo hacemos
junto con cristianos/as comprometidos/as en Palestina y en todo el mundo. Esto es un
llamamiento a una acción decisiva sobre una cuestión que creemos tiene relación con la
integridad de nuestra fe cristiana.

Hemos llegado a un punto crítico en la lucha para poner fin a la opresión del pueblo
palestino. La adopción por el Estado de Israel de la Ley del Estado Nación en 2018 legalizó
la discriminación institucional en Israel y los territorios palestinos, privando oficialmente alpueblo palestino de sus derechos a la vida, al sustento y a un futuro en su patria. Los actos recientes del gobierno de Estados Unidos han apoyado el proyecto en curso de Israel de
apoderarse de la tierra y lograr el control de todo el territorio de Palestina. Entre ellos, cabe mencionar el traslado de su embajada a Jerusalén en 2018, su anuncio en 2019 de que el
gobierno de los Estados Unidos ya no considera que las colonias en Cisjordania sean
“incompatibles con el Derecho Internacional”, y el plan “Paz para la prosperidad” de 2020.

Impulsado por el apoyo de Estados Unidos y envalentonado por la respuesta ineficaz de la
comunidad internacional, el recién formado gobierno de coalición de Israel ha despejado el
camino para la anexión total de alrededor de un tercio de la ocupada Cisjordania, incluido el
Valle del Jordán. Todo esto deja aún más claro que se acabó la ilusión de que Israel y las
potencias mundiales tienen la intención de honrar y defender los derechos del pueblo
palestino a la dignidad, la autodeterminación y los derechos humanos fundamentales
garantizados por el Derecho Internacional, incluido el derecho al retorno de las y los
refugiados palestinos. Es hora de que la comunidad internacional, a la luz de estos
acontecimientos, reconozca a Israel como un Estado de apartheid de acuerdo al Derecho
Internacional.

Al afirmar esta realidad, comprendemos que nos corresponde a nosotros/as, como
seguidores/as de Jesús, tomar medidas decisivas. Están en juego el sentido mismo de la
Iglesia, la integridad de la fe cristiana y la credibilidad del Evangelio. Declaramos que apoyar la opresión del pueblo palestino, ya sea por acción u omisión, a través del silencio, la palabra o los hechos, es un pecado. Afirmamos que el apoyo cristiano al sionismo como teología e ideología que legitima el derecho de un pueblo a negar los derechos humanos de otro es incompatible con la fe cristiana, y un grave abuso de la Biblia.

Hacemos un llamamiento a todas las personas cristianas y a las iglesias a todos los
niveles: congregacional, denominacional, ecuménico, nacional y mundial para que participen
en un proceso de estudio, reflexión y confesión en relación con la negación histórica y
sistémica de los derechos del pueblo palestino, y con el uso de la Biblia por muchos para
justificar y apoyar esta opresión. Hacemos un llamamiento a las iglesias para que reflexionen
sobre cómo sus propias tradiciones pueden expresar el deber sagrado de mantener la
integridad de la iglesia y la fe cristiana en relación con esta cuestión. No podemos servir a
Dios mientras permanecemos en silencio sobre la opresión del pueblo palestino.

Al enfrentarnos a este kairós, somos conscientes del legado de fe y acción de quienes nos han
precedido y han enfrentado circunstancias similares. En 1933, el pastor y teólogo alemán
Dietrich Bonhoeffer declaró que la negación de los derechos de la población judía por parte
del régimen nazi y la interferencia del Estado en asuntos de religión colocaba a la iglesia en
un status confessionis. La Declaración de Barmen de 1934 reafirmó la obligación de la iglesia
de enfrentarse a la injusticia y de oponerse inequívocamente a las ideologías de la tiranía.

En 1964, el primer Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Willem Visser’t
Hooft, declaró que el racismo, al igual que el Apartheid, constituye un status confessionis
para las iglesias. El CMI llevó esta palabra a la acción en 1969 al poner en práctica su
valiente y trascendental Programa de Lucha contra el Racismo. En 1977, la Federación
Luterana Mundial (FLM) declaró que “el apartheid ha creado un status confessionis para la
iglesia”, y en 1984 suspendió a las iglesias luteranas blancas de África del Sur que
practicaban el apartheid. La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) afirmó en
2017 que “ante la situación de injusticia y sufrimiento que existe en Palestina, y el clamor de la comunidad cristiana palestina, la integridad de la fe y de la praxis cristianas están en
juego”, y ordenó al Secretario General que iniciara seis medidas de acción directa. Desde
2009 han surgido documentos Kairós de organizaciones ecuménicas de todo el mundo en
respuesta al documento “Un momento de verdad” de Kairós Palestina, comprometiéndose a
la acción y proporcionando fundamentación teológica a este llamamiento profético de las
iglesias palestinas.

Los tiempos actuales requieren acciones igualmente audaces, fieles y decididas. Ha
llegado el momento de la decisión. “Llamamos como cristianos/as y como palestinos/as a
nuestros hermanos y hermanas cristianas de las iglesias en todo el mundo” dice el documento
de Kairós Palestina. Ocho años después, en 2017, en la Carta Abierta al Consejo Mundial de
Iglesias y al movimiento ecuménico, la Coalición Nacional de Organizaciones Cristianas en
Palestina escribió: “La situación es más que urgente. Estamos al borde de un colapso
catastrófico. ¡Cristianos, no es momento para una diplomacia superficial!». Ahora, tres años
después, este es un grito de esperanza dirigido a nuestros hermanos y hermanas de todo el
mundo.

Invitamos a las y los fieles cristianos, a sus congregaciones locales, a las iglesias y a las organizaciones ecuménicas internacionales, a recibir y responder a nuestro testimonio
común, a unirse al proceso de confesión y a iniciar acciones para rechazar formalmente la
opresión del pueblo palestino y cualquier uso de la Biblia para justificar esta injusticia,
comprometiéndose a las siguientes acciones:
• Iniciar procesos a nivel local, denominacional y ecuménico que reconozcan el actual
kairós y la urgente necesidad de una acción decisiva con respecto a los derechos del
pueblo palestino que están siendo negados y al mal uso de la Biblia. Estas acciones
expresarán la unidad de la iglesia en su compromiso de enfrentar la injusticia
dondequiera que se encuentre.
• Abocarse al estudio y el discernimiento sobre las teologías e interpretaciones de la
Biblia que han sido utilizadas para justificar la opresión del pueblo palestino. Ofrecer
teologías que llamen proféticamente a una visión inclusiva de la tierra para israelíes y
palestinos/as, afirmando que el Dios creador es un Dios de amor, misericordia y
justicia, no de discriminación y opresión.

• Afirmar el derecho del pueblo palestino a resistir la ocupación, el despojo y la
abrogación de sus derechos fundamentales, y unirse a la gente de Palestina en su
resistencia creativa y no violenta. El llamamiento palestino de 2005 al boicot, la
desinversión y las sanciones (BDS) ofrece un marco para la adopción de medidas
económicas, culturales y académicas, y para la incidencia política directa como medio
no violento de poner fin a la ocupación y la opresión. El propósito del BDS no es
castigar o aislar a Israel; es más bien ejercer presión sobre Israel para que cumpla con
el Derecho Internacional, y exhortar a su gobierno y a su pueblo, en el espíritu de la
Palabra de Dios, a que emprendan el camino de la justicia y la paz, afirmando así sus
propios derechos así como los derechos del pueblo palestino.

• Exigir también que los gobiernos y los organismos internacionales adopten medidas
políticas, diplomáticas y económicas para poner fin a las violaciones de los derechos
humanos y del Derecho Internacional por parte de Israel.

• Oponerse al antisemitismo trabajando por la justicia, contra la judeofobia, el
racismo y la xenofobia; oponerse a que la crítica a las acciones injustas de Israel sea
equiparada con el antisemitismo.
• Apoyar iniciativas entre israelíes y palestinas/os, así como interreligiosas, que luchan
contra el apartheid y la ocupación, creando así oportunidades para trabajar juntos y
juntas por un futuro común de respeto mutuo y dignidad.
• Venir a ver la realidad de Tierra Santa con ojos compasivos hacia el sufrimiento del
pueblo palestino, y solidarizarse con las iniciativas de base de todas las religiones y
grupos seculares que luchan contra la ocupación y trabajan por una paz justa.

Hacemos este llamado desde la preocupación por el futuro de ambos pueblos. En palabras de
Kairós Palestina, nuestro llamado está enraizado en la lógica del amor que busca liberar tanto
al opresor como al oprimido, a fin de crear una nueva sociedad para todas las personas de
esta tierra. Seguimos manteniendo firme la esperanza expresada en el documento Kairós de
que los pueblos palestino e israelí tienen un futuro común, y que “podemos organizar nuestra
vida política, con toda su complejidad, según la lógica y el poder del amor, después de poner
fin a la ocupación y establecer la justicia.” Como seguidores/as de Jesús, nuestra respuesta a
las ideologías de exclusividad y apartheid es mantener una visión de inclusión e igualdad
para todos los pueblos de la tierra, y luchar persistentemente para hacerla realidad.

Reconocemos que al comprometernos como cristianas/os con la liberación del pueblo
palestino, nos oponernos a la teología del Imperio: un orden mundial de dominación que se
manifiesta en la opresión racial, económica, cultural y ecológica que amenaza a la humanidad
y a toda la creación. Al hacer esta confesión, abrazamos nuestra pertenencia a la comunidad
del pan partido, a la iglesia fiel que cumple su misión de traer la buena noticia del regalo de Dios: amor, misericordia, compasión y vida abundante para todos y todas.

H.B. Michel Sabbah Rifat Kassis
H.B. Michel Sabbah
Patriarca Latino (Emérito) de Jerusalén
Rifat Kassis
General Coordinator Global Kairos
for Justice

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