El prelado califica la conducta de «crimen terrible», en declaraciones a la revista ‘Vida Nueva’
EUROPA PRESS
MADRID
El cardenal prefecto de la Congregación para el Clero del Vaticano, el brasileño Claudio Hummes, ha calificado la pedofilia como «un crimen terrible» y ha reconocido que afecta al 4% de los sacerdotes. Teniendo en cuenta que en el mundo hay alrededor de medio millón de sacerdotes católicos, el cálculo de Hummes daría como resultado que son unos 20.000 los implicados en casos de estas características.
En una entrevista en Roma con la revista Vida Nueva, Hummes ha agregado que la Iglesia «no puede cerrar los ojos» ante este problema, al tiempo que ha recalcado que «no hay sitio en el ministerio sacerdotal para las personas que han comentido estos crímenes».
«La Iglesia no puede aceptar los casos de pedofilia; los culpables deben ser punidos tanto con las leyes civiles como con las canónicas», ha manifestado, aunque también ha querido dejar claro que la mayoría del clero «no tiene nada que ver con estos problemas». Así, ha dicho que la Iglesia «debe reaccionar y no aceptar» que sea esta la imagen del sacerdote católico, formada, «con un preconcepto negativo muy fuerte que humilla y hiere a la inmensa mayoría de los sacerdotes».
Sin respeto por el celibato
Además, el cardenal Hummes aborda también la cuestión del celibato, que un porcentaje importante de sacerdotes «no respeta». En cualquier caso, ha insistido en que el resto de sacerdotes son «hombres dignos y honrados», que «se baten por la dignidad humana, por los derechos humanos, la justicia social y la solidaridad con los pobres».
Sobre el año sacerdotal convocado por Benedicto XVI, el cardenal Hummes ha dicho que «ha venido en un momento propicio» e insta a los sacerdotes a vivir su misión y vocación «en la cultura imperante de Occidente, que está en contra de la religión y considera que debe estar relegada a la esfera privada de la persona».
Elevar el número de vocaciones
En cualquier caso, ha dicho que «no se debe demonizar la cultura actual y formar guetos»; por contra, ha apostado por que esta sociedad «sea evangelizada, como ocurre con cualquier otra cultura». «Tenemos que afrontarla con alegría, determinación, convicción y entusiasmo. Incluso el hombre y la mujer posmodernos y alejados de la religión pueden abrazar a Jesucristo», ha concluido.
Asimismo, espera que la celebración especial de este año sirva para que se eleven el número de vocaciones al sacerdocio. «Si somos capaces de ofrecer a los sacerdotes mejores condiciones para que sean más felices, los jóvenes que sienten la llamada del sacerdocio estarán más decididos», dijo.