Acabo de leer una muy interesante nota de Peter Koenig sobre el renacimiento y exasperación de la barbarie en los últimos tiempos.[1] Y digo exasperación porque aquella tuvo una presencia constante en la historia, pero bajo el capitalismo adquirió nuevas y más brutales formas. Estados Unidos es sin dudas la patria de la barbarie. Su condición de mayor terrorista del planeta la alcanzó en agosto de 1945 cuando arrojó sobre dos ciudades indefensas del Japón sendas bombas atómicas que convirtieron en cenizas -o condenaron a una horrorosa muerte lenta- a varios centenares de miles de sus habitantes. Nadie nunca, ni antes ni después, llegó a perpetrar atrocidad semejante. ··· Ver noticia ···