Enviado a la página web de Redes Cristianas
Donald Trump no ha decepcionado: lo que prometió en campaña ya lo ha comenzado a cumplir. Nada más jurar el cargo, se ha subido al bulldozer presidencial y, como un enajenado, ha comenzado a derribar cuanto encuentra a su paso. Sin duda, la elección de este bárbaro como presidente de los Estados Unidos avergüenza y estremece al mundo.
Pero la llegada al poder de este grosero y furibundo personaje puede servir para dos cosas. Una, para que los ciudadanos de las democracias del mundo tomemos nota y aprendamos a elegir con más inteligencia y criterio a nuestros líderes y, dos, para aplaudir y emular semejante desatino, como parece estar ocurriendo ya en Europa, y así podamos certificar que el genero humano se ha idiotizado por completo.
Nunca he comprendido por qué razón las democracias no disponen de filtros más eficaces para evitar que personajes de esta catadura moral e intelectual puedan acceder al poder y poner en peligro a sus países y, como ocurre este caso, al mundo entero. Algo se debería hacer para evitar semejantes desatinos. Cualquier empresa, por muy humilde que sea, se tomaría más en serio la elección de sus mandos. Aunque, bien pensado, cabria preguntarse si aún quedan personas de espíritu elevado capaces de tomar el control de este mundo a la deriva.
. Valladolid