Buenas noticias de los bautistas españoles. Mejor resultado no podía haber tenido la 54 Convención de la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE) que se acaba de celebrar en Gandía (Valencia). Tal como informa hoy en primicia ALC, la UEBE ha decidido aceptar subvenciones de fondos públicos para programas de carácter cultural, formativo y de integración social.
Con ello, la Unión Bautista pone fin a la doble postura que venía manteniendo de rechazo absoluto de subvenciones del Estado como Unión por un lado y, de otra parte, de aceptación gustosa de fondos públicos por parte de la mayoría de iglesias locales. Esta inesperada y feliz decisión de los bautistas viene a normalizar la relación del conjunto de la Iglesia Protestante en España con la Administración.
En el orden del día estaba la revisión del inopinado y poco elegante acuerdo, aprobado por escasa mayoría en la anterior Convención, de devolver al Estado los 12.000 euros que la Fundación Pluralismo y Convivencia había asignado a esta denominación en concepto de ”coordinación denominacional”, para ayuda a infraestructuras.
El nuevo acuerdo de aceptar fondos públicos, al igual que vienen haciendo las restantes denominaciones, tanto históricas como de nueva implantación, sitúa de nuevo a la Unión Bautista de lleno en la “casa común” de los protestantes españoles, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), de la que la UEBE es denominación histórica cofundadora.
Determinante en la inclinación de la decisión de voto de los representantes en el sentido de la práctica real de la mayoría de las propias iglesias de la Unión habría sido la documentada ponencia del profesor Máximo García Ruiz, presidente del Consejo Evangélico de Madrid (CEM), y la brillante intervención de María Rosa Medel, secretaria de la junta directiva de la Unión de Mujeres Evangélicas de España (UDME) y consejera de la Mujer del CEM.
Ambas intervenciones favorables al Sí fueron realizadas a título personal, pues la iglesia a la que ambos pertenecen, la Primera Bautista de Madrid, era contraria, por escaso número de votos, a la aceptación de subvenciones públicas.
(Contraria… sobre el papel, pues el la práctica, la próxima semana se celebrará allí el Día de la Reforma que organiza el CEM, con una subvención con fondos públicos de la Comunidad de Madrid por valor de tres mil euros).
Este hecho refleja el inopinado estado de “esquizofrenia” de buena parte del liderazgo bautista en España hasta el histórico acuerdo de esta 54 Convención: por un lado rechazo absoluto de subvenciones del Estado como Unión, apelando incluso a la situación de la Iglesia en tiempos del Imperio Romano, y de otra parte aceptación indiscriminada de subvenciones económicas con cargo al erario público, ayudas del extranjero de procedencia no investigada, ventajas fiscales, cesión de terrenos para la construcción de templos, remesas de alimentos para la ayuda social y un largo etcétera, por parte de las iglesias locales.
En la Convención del año anterior, una mujer, la diseñadora madrileña Lola Calvo, ejecutiva de Sociedad Bíblica, fue noticia al haber forzado nada menos que trece votaciones, las que fueron necesarias para que la Convención no pudiera elegir a una mujer como vicepresidenta, tras ir superando ella en votos a sucesivos candidatos hombres, pero sin llegar a los dos tercios necesarios.
En esta ocasión fue otra mujer, también madrileña, la empresaria editorial María Rosa Medel, la que arrancó los aplausos más prolongados de la Convención en su intervención a favor de aplicar el sentido común al debate sobre la aceptación de fondos públicos para programas de carácter cultural, educativo y de integración social y, de paso, hacer sitio a la mujer en los órganos de dirección de la UEBE.
Se refirió al lema de la Convención, “Que mi pueblo marche”, del que dijo que no estaba bien interpretarlo como: “Que la mujer planche”. Queda camino por recorrer a la mujer en las estructuras de la Unión Bautista en España, aunque justo es reconocer que los bautistas son pioneros en facilitar el acceso de la mujer al pastorado. De hecho, una mujer, la pastora Esther Rodríguez, de Granada, tuvo a su cargo uno de los devocionales de la Convención. Pero a la hora de la verdad la UEBE sigue siendo “cosa de hombres”, sin ninguna mujer en su junta directiva y tampoco ninguna mujer en la Comisión Especial Proyecto-Programa UEBE formada por seis hombres que tendrán que “reinventar” la Unión junto con el presidente, el pastor de Barcelona Roberto Velert.
La plena equiparación de la mujer es en estos momentos asunto prioritario en la sociedad española. Mientras el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero está constituido a partes iguales por ministros y ministras, todavía hay iglesias evangélicas en España en las que las mujeres han de llevar velo y estar calladas en la congregación. A Dios gracias, no son iglesias bautistas. A las iglesias de la UEBE les queda menos camino por recorrer, pero entre el 50/50 del gobierno Zapatero y el 100/0 de la UEBE en su órgano de dirección hay margen para que la Unión Bautista Española se homologue a los tiempos.
Porque tras el histórico Sí de los bautistas que viene a instaurar la normalidad de las relaciones con el Estado, ahora el próximo frente no es otro que la plena equiparación de la mujer en el liderazgo. La Unión Bautista ganará mucho, a tenor de la cantidad de mujeres valiosas actualmente relegadas a tareas de segundo plano. El firmante de este artículo puede dar fe de ello con cumplido conocimiento de causa, pues fue jefe de Lola Calvo y es el marido de María Rosa Medel.