Antonia Brenner murió el 17 de octubre, hace ya tres años.
Los encarcelados en la carcel-peninteciería de Tijuana, siguen llamándola “mamá”.
Nacida entre los algodones de la opulencia, allá por Beverly Hills, creció en el ambiente de los astros de cine. Inserta en ese mundo de oropeles, se casó a los 18 años, se divorció, casó nuevamente y se divorció por segunda vez, y tuvo ocho hijos de sus dos esposos. Un día, accediendo a un compromiso que cumplió de malas ganas, visitó la cárcel de la Mesa, en Tijuana. Lo que vio allí le alborotó el corazón. Cada vez que pudo volvió a la penitenciaría para llevar algo de consuelo, alivio, compañía, sustento y medicinas a las mujeres y a los varones encarcelados. ··· Ver noticia ···