¿Ningún comentario sobre la resurrección en todo este tiempo de la Pascua?, se preguntarán creyentes (entre los que me cuento) adherentes de Diálogo y Vida. ¿No dijo San Pablo: ?Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe??? (1 Cor 15, 14). Falta sólo que mañana en el History Canal quieren hacernos creer, que se ha encontrado la tumba de Jesús con sus restos, así como la de sus hermanos, su hijo y de su esposa Magdalena.
A todo esto confieso:
Creo en la resurrección de Jesús. Pero la misma Biblia me hace entender que no se trata de una reanimación de un cadáver, de la misma naturaleza física de antes. Este no pasa por ambientes cerrados, no aparece una vez con el especto de un jardinero ante su querida Magdalena, otra vez como un viajero desconocido por dos de sus discípulos, o como un pescador al borde del lago.
¿Visiones o realidad, o las dos cosas cargados de recuerdos?
No le temamos a la ciencia. Muchas veces nos ha ayudado de entender las escrituras mejor.
Cuando Copernicus afirmaba que la tierra no era el centro del universo, fue condenado por la Iglesia. Y cuando Galileo Galilei profundiza con la ayuda del telescopio, se acabó con un entendimiento literal del salmo: ?Tu haz creado la tierra fija e inmóvil??. Faltaba solo que venga Darwin con su teoría de la evolución que comprendería también al ser humano para que la jerarquía eclesiástica ya no supiera, cómo defenderse de las evidencias y tenía que reinterpretar la Biblia hasta entonces vetada a los laicos en su idioma. Sin embargo, para creyentes maduros se abre una visión más grandiosa y menos antropomorfa de un Dios creador.
Sí, Jesús ha resucitado en el jardinero que llama a María con su nombre y la levanta de su desesperación. Acompañó a los dos discípulos de Emaus, explicándoles las Escrituras y sacándolos de su resignación. Lo encuentran en el pescador que quiso compartir con sus hermanos su cosecha del mar. Lo encontramos en toda persona generosa y compasiva. Jesús quiere resucitar en todos nosotros. Todos son hijos de Dios, lo que se dejan llevar por su espíritu, por el mismo espíritu que se había encarnado en él.
Resurrección dice que el sufrimiento por la justicia, no es en vano. ?Si la semilla no cae a la tierra y muere, no podrá dar frutos??. Respectivamente comenzaron los discípulos entender y de pregonarlo con fuertes imágenes, lo que los ha sacudido en lo más profundo: Jesús vive. Y se multiplicará en millones de mujeres y hombres en que Dios se encarna, al igual que le sucedió a él.
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