Testamento de un chovinista -- Osvaldo Ulloa Sánchez (Chile)

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Quiero dejar constancia que dejo en herencia
una falsa imagen de la patria un bosquejo borroso
donde la bandera era un pañuelo para sonarme los mocos
el himno nacional una canción que repetí una y mil veces
hasta olvidar su contenido como el que reza apurado.

Sé que la patria es de los patriotas y eso me duele
porque lo que yo dejo es una caricatura que me enseñaron
en otro país que tampoco era mi patria verdadera.

Les dejo en herencia mi fetichismo por los símbolos
y debo reconocer que no hice distinción alguna
entre el escudo nacional y el logo de la cerveza escudo.

Dejo a mis herederos los patrioteros unas ideas
que me llevaron a aniquilar a unos antipatriotas
que querían entregar en bandeja de plata la patria
al comunismo internacional sin querer reconocer
que nuestra patria ya tenía sus legítimos dueños.

Mis chucherías desde las insignias hasta mi pistola
pueden usarlas otra vez y jurar morir por la nación
sin especificar a qué nación se refieren OK.

Dejo mis CD con marchas militares a mis camaradas
cómo me emocionaba hasta las lágrimas al escucharlas
me recordaban los desfiles ordenados marciales
qué diferencia con el populacho cuando sale a las calles
como hordas primitivas que hay que aniquilar
igual a la forma de aplastar una araña venenosa con la bota.

Dejo a la nación del norte mi nación
nadie como ella sabrá cuidarla con protección paternal.
Por último pido que mis funerales no sean fúnebres
sino chilenos mucha chicha hartas empanadas y vino tinto
y muchos brindis por este camarada que se une a su tierra
como el amado con la amada