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1ª Etapa: Lo central del Proyecto del Reino de Dios.
INTRODUCCIÓN:
Preguntas: Antes de leer la introducción, contestemos las siguientes preguntas para partir de lo que pensamos y sentimos:
a.- Con nuestras palabras digamos qué es el Reino de Dios.
b.- Al explicar lo que es el Reino de Dios ¿basta con decir con que nos amemos o haya justicia? O ¿qué más falta?
c.- ¿Cuál es para nosotros el núcleo o principal mensaje de Jesús?
d.- ¿Por qué es tan importante reflexionar sobre el Reino de Dios y actuar en la línea e inspiración del Reino de Dios?
1.- Al hablar del Proyecto de Jesús, el Reino de Dios, nos encontramos con una realidad contradictoria o que al menos nos llama la atención e interpela. El Reino de Dios es el sueño de Jesús, el proyecto que amó apasionadamente y por el cual gastó y dio su vida. Y por otro lado por ejemplo en la catequesis de Primera Comunión no se habla a los Niños y Niñas sobre el Reino de Dios, sino más bien sobre Sacramento, Mandamientos y Oraciones. Igualmente si le preguntamos a mucha gente qué pedimos en el Padre Nuestro al decir venga tu Reino o no saben qué contestar o simplemente dicen que haya justicia, pero no lo relacionan explícitamente con lo que Jesús nos revela al hablarnos del Reino de Dios, de Dios como Padre Misericordioso y de su voluntad para la vida humana digna.
Más aún en el Credo, no se menciona el Reino de Dios, y si a mucha gente le preguntamos por qué Mateo habla de los Reinos de los cielos y no del Reino de Dios como hacen Marcos y Lucas, no saben qué contestar o dicen que Mateo se refiere a los Cielos, a la otra vida que Dios nos va a dar.
Esto que venimos comentando me parece que nos interpela tanto a nivel personal y comunitario, como a nivel nuestra misión evangelizadora y también nos interpela sobrea el sentido de nuestros Proyectos y de nuestro compromiso profético que tiene en el centro o deberían tener, el proyecto del Reino de Dios.
Pregunta: ¿En nuestras CEB y proyectos CEB está muy vivo y presente el Proyecto de Jesús, el Reino de Dios o está diluido o implícito? ¿Por qué?
2.- En esta tercera estación, más que hacer muchas preguntas como hicimos en la Estación anterior preguntándonos si Jesús en verdad está en el centro de nuestra vida personal y comunitaria, queremos hacer un recorrido por el proyecto de Jesús, su sueño, el Reino de Dios, Reino o Reinado de su querido Padre. Por el Reino de Dios Jesús se encarnó, entró a nuestra historia, anunció y actuó con pasión entregando su vida.
Pregunta: ¿Queremos sentir y compartir el llamado a enamorarnos, a amar con pasión el Proyecto de Jesús, el Reino de Dios? y ¿Por qué?
Queremos retomar el Proyecto de Jesús para evaluar nuestro caminar y recuperar nuestra historia CEB – CNP en estos 30 años y para que el Proyecto de Jesús sea muy vitalmente el horizonte y el impulso para los próximos años en el caminar de nuestras CEB siguiendo apasionadamente a Jesús.
3.- Hace dos años dijimos: por el amor apasionado a Jesús y a su proyecto del Reino, nos comprometemos a Relanzarnos. Este año estamos sintiendo de nuevo el llamado a recuperar el Proyecto de Jesús plenamente en nuestras CEB, y solo así tendrá sentido responder al llamado que nos hacen las CEB a nivel América Latina para Resignificar las CEB o sea darle su pleno sentido hoy día.
4.- Al escuchar el llamado de Jesús a convertirnos o sea a cambiar de mentalidad y de corazón y entrar en el Proyecto del Reino de Dios, estamos en el origen de nuestra vocación como cristianos y en el origen y sentido de nuestro modo de ser iglesia como CEB.
PRIMERA PARTE. EL PROYECTO DE JESÚS.
Antes de leer los párrafos siguientes, podemos contestar estas preguntas:
a.- ¿Por qué Jesús habla más del Reino de Dios que de Dios en general o del culto a Dios?
b.- ¿Qué relación hay entre el Reino de Dios y la Iglesia?
c.- ¿Por qué Jesús no da una lección explicativa sobre el Reino de Dios, sino que lo transmite a través de parábolas?
d.- ¿Cuáles son las parábolas que deberían estar especialmente presentes como Comunidades?
1.- Podemos preguntarnos cuál es el núcleo del mensaje de Jesús, cuál es su modo propio de entender y vivir la experiencia de Dios y cuál es el plan de Dios para la vida humana y cuál es nuestra participación en la construcción del mundo como Dios quiere.
2.- El proyecto de Jesús quiere abrir camino al Reino de Dios, su Padre buscando un mundo más digno, más sano, más humano y que es camino hacia la plenitud de la vida en Dios.
3.- El Proyecto del Reino de Dios que Jesús anuncia no es una nueva religión, aunque después se haya ido concretando en una religión. En Galilea la gente reconoció en Jesús a un Profeta que desde una nueva experiencia de Dios, puso en marcha una nueva manera de entender y vivir la vida.
4.- Jesús anuncia un nuevo Acontecimiento, no es una doctrina propiamente, ni una Ley, distinta a la que tenían los judíos. Jesús anuncia un acontecimiento, algo que está aconteciendo y que puede cambiar todo, es una presencia de Dios en la vida humana. El texto fundamental es Marcos 1, 15 “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios se ha acercado. Conviértanse, tomen otro camino y crean en la Buena Noticia”. El Reino de Dios es el corazón del mensaje de Jesús, la pasión que anima toda su vida y la razón por la que fue ejecutado. Dios quiere construir junto con nosotros una vida más humana y justa empezando por los últimos. Jesús nos pide vivir creyendo en esta Nueva Noticia.
5.- Jesús no explica con conceptos qué es el Reino de Dios. Jesús por medio de sus parábolas nos explica cómo actúa Dios y cómo sería la vida si actuáramos como Dios quiere.
Jesús emplea la palabra Reino de Dios, Reino era una palabra que hoy diríamos imperio que se aplicaba a Roma. Jesús nos invita a salir de ese mundo basado en las armas, en el poder, en el dinero. Nos invita a salir de ese reino y a entrar en el Reino de Dios. O sea entrar por el camino de la justicia y de la compasión–misericordia con los más últimos y con los más pobres y excluidos. Entrar en el Reino de Dios es salir del Reinado del dinero, del poder, de la violencia, etc.
Preguntas: a).- Qué es lo que más nos llama la atención de estos párrafos o afirmaciones sobre el Reino de Dios
b) ¿Qué aprendemos de nuevo? Y esto ¿cómo nos cuestiona e impulsa?
c) Si el Reino de Dios es un acontecimiento, o sea algo que se está viviendo o realizando en la historia, ¿cómo nosotros y nuestra vida de las CEB y en todo nuestro actuar, vamos a realizarlo de modo que no sea solo de hablar del Reino de Dios?
d) Nos emociona, nos interpela, nos entusiasma ver así el Reino de Dios? y si sí, ¿por qué?
2ª Etapa. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL REINO DE DIOS QUE JESÚS ANUNCIA Y QUE NOSOTRAS ESTAMOS LLAMADAS A ANUNCIAR Y A VIVIR COMO CEB.
Preguntas: antes de leer los párrafos siguientes, reflexionemos y les pedimos contesten estas preguntas:
a) En el mundo en que vivimos y que nos rodea, ¿predomina la compasión y la misericordia o predomina la venganza, el odio, la dureza con los demás y por qué pasa eso?
b) Con las personas que tratamos en las CEB, Proyectos y aún en nuestra propia familia, ¿qué predomina, ver a Dios como Misericordioso o verlo como un juez que castiga y un Dios todopoderoso al que hay que pedir perdón? y ¿por qué pasa esto?
c) ¿Qué diferencia importante hay en lo que nos dice Levítico 19, 2, que seamos Santos como Dios es Santo, y lo que nos expresa Jesús (Lc 6, 36) que seamos Compasivos como Dios es Compasivo? ¿por qué esa diferencia y esto qué consecuencia tiene para nuestra vida y para nuestra acción pastoral?
d) En la Liturgia oficial qué se subraya Dios Omnipotente y Todopoderoso o Dios Misericordioso? Y esto pastoralmente ¿qué consecuencias tiene?
1.- La Compasión–la Misericordia que pide justicia como principio de nuestra actuación y de nuestro estilo de vivir.
a.- Dios es Compasivo, Misericordioso. La experiencia que nos comunica Jesús es totalmente distinta de tantas visiones religiosas que ven a Dios con temor o como proyección de nuestros miedos. Jesús nos habla de un Dios cercano, no de un Dios interesado en su honor y su gloria o en los ritos de expiación, tampoco es un Dios ante todo legislador, ni mucho menos un ser justiciero o vengador.
El Dios que nos presenta Jesús quiere entrar en nuestra vida como Abbá, un Padre amoroso que tiene entrañas de Madre y que quiere lo mejor para sus hijas e hijos. Dios nos lleva en sus entrañas y nos ve ante todo con amor-compasión.
Pregunta: a) A la Luz de lo que nos revela Jesús ¿Qué pensamos o sentimos cuando en la Liturgia y en nuestras oraciones invocamos a Dios sobre todo como el todopoderoso al que hay que pedir lo que necesitamos y al que hay que pedir perdón?
b) ¿Qué podemos hacer para ayudar a cambiar esa mentalidad y ser testigos con nuestra vida y con nuestra predicación de Dios compasivo y misericordioso?
b.- Las Parábolas más bellas del Evangelio y que Jesús llevaba en su corazón, son las Parábolas de la Misericordia.
– Pensemos por ejemplo en la parábola del Padre bueno y del hijo derrochador (Lc 15,11-31) (que equivocadamente se llama del hijo pródigo) Les invitamos a saborear y sentir como algo nuevo esta parábola, como la revelación más profunda de Dios que no está obsesionado por la moralidad de sus hijos, ni por que respeten sus decisiones. Lo central en el Padre es el amor y el conmoverse ante el extravío del hijo y ante la dureza del hijo mayor. Y para sus dos hijos su palabra es de amor para celebrar juntos la vida y la liberación de todo lo que nos oprime y esclaviza y degrada la vida humana. Dios nos mira con inmensa ternura.
– Está también otra parábola en Mateo 20 1-15 y que nos habla de cómo Dios da un denario a todos los Jornaleros al fin del día y no se fija en los méritos, sino a todos los jornaleros le da con bondad lo necesario para que ese día puedan cenar con sus familias. Dios no anota nuestros méritos en primer lugar, sino que nos sorprende con su bondad sin límites y que quiere una vida dichosa para todos.
Pregunta: ¿En nuestra predicación y espiritualidad predominan o se resaltan más los méritos de nuestras buenas obras o la bondad de Dios para todos, aún para aquellos que según nosotros no tienen muchos méritos por su tipo de vida?
-Lucas (18, 10-14) nos presenta la parábola que bien conocemos pero que conviene meditar con ojos nuevos, la parábola del fariseo y del recaudador de impuestos que suben al templo a orar. Jesús sorprende a todos diciendo que el que sale justificado no es el que se apoya en sus buenas obras, sino el pecador que se reconoce pecador y se abandona a la misericordia de Dios. La última palabra no la tienen ni los méritos, ni la ley, sino la Compasión de Dios. ¿Nosotros nos sentimos buenos u oramos como el publicano abandonándonos a la misericordia de Dios?
Pregunta: ¿Cómo trasmitir con nuestras palabras, con nuestras vidas, con todo nuestro actuar en las CEB y Proyectos, lo que Jesús nos ha revelado con su vida, y a lo que nos invita en estas parábolas de la Misericordia que han brotado de su corazón?
c.- Sean Compasivos como Dios nuestro Padre es Compasivo Lc 6, 36.
-En el Antiguo Testamento se subraya muchas veces la santidad de Dios (Levítico 19, 2) y los sectores religiosos se esmeraban en cumplir la ley para ser santos. Esta santidad se centraba en el Templo, en la santidad del pueblo judío contrapuesto a los paganos, en los puros y los que cumplían en la ley contrapuestos con los impuros y pecadores. Esta santidad hacía una sociedad discriminatoria y excluyente. Dios mismo estaba lejano. En esta sociedad y religión los sacerdotes y eran superiores a los demás, los que cumplían la Ley y los varones eran más santos que las mujeres. Aún los sanos estaban más cerca de Dios que enfermos como los leprosos, los tullidos o ciegos excluidos a acceso al templo.
-Jesús a partir de su experiencia de Dios compasivo, introduce en esta sociedad una alternativa. No grita que seamos santos, sino que seamos Compasivos como lo es Dios nuestro Padre. Dios es Santo, pero no porque rechace a los paganos y pecadores impuros, sino porque a todos nos abraza con su compasión y hace salir el sol para buenos y para malos. (Mateo 5, 45).
Pregunta: En nuestra Liturgia y celebraciones de la Palabra ¿Predomina la distancia, el respeto con Dios que es Santo o predomina la cercanía de Dios que es Santo precisamente por ser compasivo?
Esta compasión no es solamente un sentimiento, es ante todo un estilo de vida. Es vivir atento al sufrimiento de los demás y que su sufrimiento nos duela y reaccionemos para eliminarlo o al menos aliviarlo. Jesús nos muestra especialmente esto en la parábola del Buen Samaritano. Para profundizar en esta parábola, veamos los personajes ligados al culto cómo actúan, y son personajes del propio pueblo del herido. Veamos al Samaritano que no es sacerdote, ni levita, ni pertenece al pueblo elegido, sino que es un forastero, un odiado samaritano, miembro de un pueblo impuro. Esta parábola rompe el esquema entre amigos y enemigos, entre un pueblo elegido y gente extraña e impura. Para Jesús la única manera de parecernos a Dios y ser humanos es actuar como aquel Samaritano, o sea ser compasivos.
Pregunta: Nuestro estilo de vida en las CEB y Proyectos ¿Es la del buen Samaritano? ¿En qué se manifiesta esto? (Pensemos en los migrantes y sus familias, en los jóvenes sin trabajo ni estudio, etc.)
En Mateo 25, 31 – 46 en la parábola llamada del Juicio Final, recibe la bendición de Dios para heredar su Reino los que reaccionan con compasión ante los necesitados. No se decide su suerte por su religión o su piedad, sino simplemente por si han vivido con compasión o no. Esta parábola no habla en teoría del amor, de la solidaridad y de la justicia, sino de necesidades básicas humanas que nos interpelan: Hambrientos, emigrantes, sedientos, encarcelados, etc. Si se viviera este mensaje de Jesús ante los desposeídos de este mundo, el mundo sería tan distinto, por desgracia predomina más bien la indiferencia ante el sufrimiento humano.
Pregunta: ¿Cómo se aplica en nuestro caminar CEB y a nuestra vida personal y familiar esta parábola del juicio final? ¿Vivimos así en verdad la opción por los pobres?
2.- La vida digna de los últimos como meta. La compasión exige la justicia, exige orientar todo hacia una vida más digna para los últimos, vulnerables e indefensos.
a.- Aprender a vivir desde otro lugar. En su tiempo y por siglos la sociedad judía se regía ante todo por la ley y la religión del Templo, y lo principal era responder a la Alianza de Dios con Israel, observar el sábado, pagar los diezmos, respetar las leyes de la pureza. Jesús nos invita a vivir desde un lugar diferente, desde la compasión hacia los que sufren, desde su acogida, desde la lucha por la dignidad de toda persona. Estos son los caminos hacia el Reino de Dios.
La Pasión de Jesús no es transformar la Liturgia del Templo por un ritual más digno, su pasión es realizar el proyecto del Reino de Dios, una vida más digna para todos, empezando por los últimos. Así lo vemos vivir y actuar caminando por Galilea.
Pregunta: ¿Hemos caído en la rutina o simplemente vivimos en general la opción por los pobres o en verdad vivimos o vemos la vida desde los más pobres y excluidos de nuestras comarcas o barrios?
b.- Organizar la vida en dirección de los últimos. Los judíos pensaban que Dios estaba de su lado para destruir violentamente a los adversarios y aleja y destruye a los impíos y a los impuros. Esa es para ellos la sociedad sana agradable a Dios. El camino de Jesús es un cambio radical. A todos a los que están del lado de los fariseos, a los que han recibido el bautismo de Juan, a todos los pone mirando a los que más sufren y a los más necesitados. El Reino de Dios se construye buscando una vida digna para ellos.
A esta luz entendemos el mensaje, el Grito tan subversivo de las Bienaventuranzas que brotan del corazón de Jesús al mirar con compasión la realidad de su pueblo que tiene hambre, que se va quedando sin sus tierras y cuando ve también a las mujeres y a los niños tan marginados. Jesús se identifica con los últimos y vive así pobre y austeramente y lucha con ellos y por ellos. El que lanza estos gritos de las Bienaventuranzas es Jesús, Dios encarnado, Dios hecho uno con los últimos. Los que sobran y están al margen en la sociedad son los que tienen un lugar privilegiado en su corazón. Jesús resalta la dignidad indestructible de todas las víctimas de abuso y de atropello. No se construye la vida como Dios quiere si no es liberando a estas mujeres y estos hombres de su miseria y humillación. Y ninguna religión debe estar de espalda a ellos. Y podemos recordar con el Papa que hoy con los Pobres heridos hay que tener presente también a la Tierra herida y explotada en el contexto global de destrucción de la Naturaleza y que afecta especialmente a los más pobres. Estamos llamados a unir el grito de la Tierra y el grito de los pobres.
Pregunta: ¿Podemos decir en verdad que la vida de nuestras comunidades está organizada en dirección de los últimos y excluidos? ¿Cómo acompañamos y/o participamos en sus luchas por la justicia, por una vida digna?
Nota: En la siguiente etapa de esta Estación, vamos a ver otras características principales del Reino de Dios tal como Jesús lo vive y anuncia: a) La actuación curadora de Jesús ante el sufrimiento, b) el perdón gratuito de Dios como horizonte.
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales
3ª ETAPA: LA ACTUACIÓN SANADORA DE JESÚS Y EL PERDÓN GRATUITO DE DIOS COMO HORIZONTE DE LA VIDA.
PRIMERA PARTE. La actuación Sanadora de Jesús y el perdón gratuito de Dios como horizonte de la vida.
Nota: Antes de leer los párrafos en que se comenta la Actuación curadora de Jesús, compartamos y contestemos estas preguntas para partir de nuestra vida.
Preguntas previas: a.- Jesús hizo milagros como parte muy importante de su misión y también los Apóstoles hicieron milagros ¿Y esto cómo se aplica al caminar de nuestras Comunidades pues parece que nosotros no podemos hacer milagros?
b.- Al pensar en los milagros, pensamos por ejemplo en los Santos o en la Virgen a los que pedimos milagros por ejemplo de una curación, pero en el Evangelio se muestra a los discípulos de Jesús no tanto pidiendo milagros, sino realizándolos. Y nosotros ¿Cómo podemos realizar los milagros?
c.- ¿Qué tan central es en nuestras comunidades el sentir como Jesús el sufrimiento de los demás y especialmente de los más pobres?
d.- Juan Bautista predicaba sobre todo el arrepentimiento de los pecados para ser buenos judíos, pero no dice el Evangelio que él fuera especialmente sensible al sufrimiento del pueblo. Podemos preguntarnos ¿si a veces nos parecemos más a Juan Bautista que a Jesús al preocuparnos mucho más por los pecados y no preocuparnos igualmente por el sufrimiento del Pueblo?
1.- La Actuación curadora y la preocupación de Jesús por el sufrimiento humano es parte esencial de su anuncio del Reino de Dios.
Los primeros Discípulos recuerdan a Jesús como un profeta curador dedicado a aliviar el sufrimiento “ungido por el Espíritu de Dios y con ese poder pasó la vida haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con Él” Hech 10, 38. Ungido por el Espíritu y amigo de la vida, Jesús se dedicó a curar, sanar la vida, ese fue su programa. ¿Es también nuestro programa?
A.- El sufrimiento humano, primera preocupación de Jesús. Jesús amó, defendió y dedicó su vida a los más pobres e indefensos de la sociedad. Otros lo han hecho también, pero lo original de Jesús es que Jesús lo puso en el lugar principal, no hay nada más importante, ni la religión, ni la ley, que una vida sana y digna, especialmente de los más oprimidos.
Pregunta: ¿En nuestras CEB y Proyectos nuestra primera preocupación es aliviar el sufrimiento humano y luchar por una vida digna para los más excluidos? ¿en qué se manifiesta esto?
Los dirigentes religiosos vinculaban a Dios con su sistema religioso. Se sentían llamados a asegurar el culto a Dios y cumplir con las leyes, sobre todo de la pureza. Jesús por el contrario vincula a Dios con la vida. Lo primero es la vida, no el culto, no la ley del sábado. Lo primero no son las ofrendas que se presentan en el altar, sino una convivencia sana y reconciliada.
Pregunta: En nuestra práctica pastoral ¿cómo están unidas la Misa y los Sacramentos con la lucha por una vida más digna de nuestro pueblo?
En todo esto hay una diferencia enorme entre Juan Bautista y Jesús. Juan se preocupa sobre todo por el pecado del pueblo y la conversión a la ley de Moisés y ofrece un bautismo de conversión. El Bautista no toca a los leprosos, no libera a los poseídos, no abraza a los niños de la calle, no come con pecadoras y pecadores, ni ofrece el perdón gratuito de Dios. La misión de Juan es estrictamente religiosa desligada de aliviar los sufrimientos.
Pregunta: ¿Nuestra pastoral, catequesis, celebraciones, se parecen a la predicación de Juan Bautista? Si o no y por qué.
La primera preocupación de Jesús es el sufrimiento de la gente más enferma y deteriorada. Él se acerca a los enfermos, lisiados, etc… para aliviar el sufrimiento de los que están destruidos por el mal y excluidos de una vida sana. Esto mismo desconcertó a Juan que ya en la prisión le manda a preguntar a Jesús si es el que tenía que venir o si esperan a otro. Jesús responde con los hechos: Díganle a Juan lo que están viendo, los ciegos ven, los inválidos caminan, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia de Dios. Y dichoso el que no se siente escandalizado o defraudado por esto. Mt 11, 4 -6.
Pregunta: Cuando nos preguntan por la legitimidad de las CEB ¿Respondemos solamente con lo que dice Medellín, Aparecida, etc o respondemos con los hechos que como Jesús muestran que somos Buena Noticia para los más pobres y excluidos?
B.- Actuación curadora. Ningún profeta puso en marcha como Jesús un movimiento o religión sanadora. Jesús anuncia la salvación definitiva introduciendo desde ya la salud. Jesús pone en marcha un proceso de sanación individual y social: curar la vida, aliviar el sufrimiento, sanar la vida. “Yo he venido para que tengan vida, y vida abundante” Jn 10, 10.
Jesús se acerca a toda clase de enfermos y desvalidos. Jesús no cura enfermedades sino que cura a las personas. Despierta su confianza en Dios, les perdona los pecados, les anima a ser protagonistas de su propia curación: ¿Quieres curarte? Y los integra de nuevo a la convivencia: Ve a tu casa o ve al Templo. Se trata de una sanación y curación integral.
Jesús hace esto con las personas enfermas, rotas, abatidas y humilladas y lo hace movido por la compasión queriendo que ellas sean las primeras en experimentar que Dios es amigo de la vida.
Pregunta: La misión curadora-sanadora del sufrimiento humano, sobre todo de los más pobres y golpeados en la vida ¿Es prioridad de nuestras Comunidades? ¿En qué se manifiesta esto?
Jesús hizo unos cuantos milagros, pero no los presenta como una forma fácil de suprimir el sufrimiento en el mundo, Jesús hace los milagros como signos de amor misericordioso y para señalarlos en qué dirección hemos de actuar para acoger el Reino de Dios. Cuando luchamos contra el sufrimiento y trabajamos por una vida más sana, digna y liberada, estamos avanzando, abriendo caminos al Reino de Dios. Jesús critica con fuerza los comportamientos enfermizos de raíz religiosa que hacen sufrir tanto a la gente: Legalismo, hipocresía, discriminación de la Mujer, rechazo a los pecadores indeseables.
Pregunta: ¿Qué catequesis, qué predicación religiosa hacen sufrir más a la gente y cómo vamos a contrarrestar esto?
A sus discípulos al confiarle su misión no los presenta como nuevos doctores de la ley o como liturgistas, sino como curadores que anuncian que está cerca el Reino de Dios y que Dios quiere un mundo nuevo y curando a los enfermos, curando la vida. Mt 10, 7-8.
La primera tarea de los seguidores de Jesús no es la predicación moral, ni celebrar el culto, ni elaborar doctrinas, sino curar, sanar a las personas y a la sociedad. La celebración cultual, la predicación moral, el estudio de la Biblia, han de estar siempre encauzadas a Jesús a curar la vida.
Pregunta: Si ponemos por orden de importancia estas prácticas de nuestras CEB ¿Qué lugar le damos a las celebraciones, a las reuniones de la Comunidad, a la catequesis, al estudio de la Biblia y acompañar el sufrimiento de las personas de nuestro entorno, en el barrio o comarca? ¿Cómo podemos integrar y unir esas diversas dimensiones de la vida de nuestras Comunidades en una actuación sanadora integral?
2.- El perdón de Dios como horizonte. Lo que más provocó escándalo de la actuación de Jesús fue su amistad con los pecadores y pecadoras, ningún profeta se había acercado así con ellos. No se presentaba con un juez con ellos, sino que le ofrecía su amistad acogedora en nombre de Dios bueno que nos ama, comprende y acoge.
A.- Mesa abierta para todos. Para la mentalidad judía era incomprensible y escandaloso que Jesús comiera con personas alejadas de la Ley. ¿Cómo se sienta con ellos a la mesa sin exigirles previamente su conversión o purificación? Esto era tan explosivo para los fariseos y maestros de la Ley que lo acusan diciendo: Ahí tienen a un comilón y borracho amigo de los pecadores. Lc 7, 34.
Sentarse a la Mesa es señal de cercanía, confianza y amistad. Los judíos en su sociedad con tantas diferencias comían cada uno con los suyos: Los ricos con los ricos, los judíos con los judíos, los fariseos con los suyos. ¿Cómo podía comer un hombre de Dios en la misma mesa junto a los pecadores? Jesús comía con todos, su mesa estaba abierta a todos, nadie estaba excluido de compartir con Él. En el proyecto del Reino de Dios, la compasión acogedora sustituye a la santidad excluyente. Su mesa no es la mesa santa de los Fariseos, sino que es la mesa que anticipa y señala el Reino de Dios rompiendo toda discriminación. En esa mesa todos somos acogidos y podemos prepararnos para el Encuentro amistoso con Dios en el banquete final.
Pregunta: En nuestras comunidades, celebraciones y en nuestra mesa a nivel familia ¿Qué lugar tienen o hay alguna acogida para los llamados pecadores de nuestro entorno (jóvenes esquineros, mujeres en situación de prostitución, borrachitos, etc)?
*Conviene recordar aquí la parábola del banquete Lc 14, 16-23 en donde los invitados con diversas excusas “buenas” no responden a la invitación que se les hace a comer. La reacción del Señor que invita, es invitar a los que están fuera de la ciudad, a los forasteros, a los vagabundos, a la gente indeseable de esa sociedad. Es una mesa abierta a todos los que no se autoexcluya: varones y mujeres, puros e impuros, santos y llamados delincuentes comiendo juntos en torno a Dios. Y esto es anuncio de la Fiesta que habrá al final abierta a todos los que escuchen su invitación, pues a todos nos siente como amigos dignos de compartir su mesa.
Pregunta: ¿En la vida de nuestras CEB compartimos nuestra mesa y nuestra vida con los niños y niñas que trabajan en la calle, con los inhalantes, etc.?
B.- El perdón gratuito de Jesús. Nosotros estamos acostumbrados y sobre todo antes a la confesión en detalle en el confesionario y con muchas condiciones y que generaba muchos miedos y escrúpulos y también muchos regaños del confesor y por eso muchos se alejaran de la confesión. La actuación perdonadora de Jesús es totalmente distinta que eso. Su mesa está abierta para todos y le dice a los fariseos que se escandalizan de ello: No necesitan médicos los sanos, sino los enfermos. Mc 2, 17. En Jesús los pecadores se sienten acogidos, no humillados. Jesús les ofrece el perdón envuelto en una acogida amistosa. Esta acogida y el comer y cantar himnos con Jesús, los va curando y nos va curando por dentro y nos va acercando a Dios.
Pregunta: Cuánta gente que nos rodea aun yendo a Misa no comulga porque se sienten pecadoras o porque como pareja sólo viven juntos o sólo están casados por el Civil o son separados vueltos a casar ¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?
Los dirigentes judíos si hablaban del perdón de los pecadores, siempre y cuando se arrepintieran y ofrecieran sacrificios en Jerusalén y abandonaran la vida alejada de la alianza y fueran obedientes a la Ley. Lo sorprendente y lo que los escandaliza es que Jesús los acoge y ofrece su perdón, su amistad, sin exigirles previamente nada. Dios nos acoge tal como somos: Pecadores.
Jesús ofrece su perdón sin estar seguro de que responderán cambiando su conducta y lo hace confiando plenamente en la misericordia de Dios y como profeta de la misericordia de Dios. Jesús es amigo de nosotros pecadores, aún antes de que nos hayamos convertido. Jesús sabe que Dios es así, que no espera que sus hijos cambien para dar el primer paso. Él da el primer paso y nos ofrece su perdón.
Pregunta: ¿Cuál es la conclusión que sacamos de este tema y cómo va a estar presente actuante y operante en nuestras CEB?
Y expresemos todo esto en un canto, en un sociodrama, en un poema o en un mural. Y escojamos cantos que muestren la Misericordia y el perdón de Dios.
Conclusión
Ningún profeta ha realizado un signo más cargado de esperanza, más gratuito y más absoluto de la amistad, la comprensión y el perdón de Dios. Con su actuación Jesús nos está diciendo y también con sus parábolas que sintamos con nosotros el perdón inagotable de Dios. No es por lo que lo merezcamos, sino porque Dios es amor y perdón y Jesús quiere que creamos en esta Buena Noticia y que vivamos agradecidos por el perdón que Dios nos da.
Nota: Lo que venimos diciendo sobre el perdón y misericordia de Dios, no quiere decir que Jesús sea indiferente ante el pecado, Él es misericordioso con el pecador, pero al mismo tiempo como veremos en la siguiente estación es profeta de la injusticia, Indignado por todo lo que oprime, maltrata y excluye sobre todo a los más pobres.
CANTO
Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.
Coro: Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca:
junto a Ti buscaré otro mar.
Tú sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espada,
tan sólo redes y mi trabajo.
coro
Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.
Coro.
Tú, pescador de otros lagos,
ansia eterna de hombres que esperan.
Amigo bueno que así me llamas.
Noviembre 2015