Encuentros – Continentales
Realidad sociopolítica, económica y religiosa de Haití
Situación política: Haití vive una situación de crisis institucional que hunde sus raíces en el tiempo de la Colonia, de la durísima situación de esclavitud a la que fue sometido el pueblo por los colonos blancos franceses, la ingerencia permanente de EE UU en la política interna del país, la falta de solidaridad organizada de otros países de América Central y del Sur.
A causa de ser Haití la primera Independencia del Caribe y América Latina, fue condenado al ostracismo por el mal ejemplo que representaba para el sistema colonialista. Al mismo tiempo Haití, que sufre la tercera intervención militar de EEUU disfrazada de ayuda de paz, jamás aceptó ni aceptará que su soberanía sea pisoteada de esta manera. Siendo la primera independencia del Caribe y América del Sur, la primera revolución de esclavos y esclavas triunfante de la historia de la humanidad, el primer país en declarar la libertad de esclavos/as de nuestro continente, la primera República negra del mundo, Haití no ha logrado una suficiente estabilidad política que le permita organizar sus fuerzas en pro de un proyecto nacional. Y cuando esto se estaba comenzando a gestar la CIA junto con la burguesía nacional haitiana organizó un golpe de estado sangriento que sumió en la desesperanza las fuerzas populares, abortando un proceso recién iniciado y en el que se habían conjugado las esperanzas de los sectores más pobres del país.
Situación económica (hacer referencia a la situación de pobreza) Acrecentada en los últimos años ha llegado a generar una revuelta popular en estos últimos días haciendo que el pueblo saliera a la calle a manifestar su desesperanza y situación de hambre. La reacción popular contra la carestía de la vida y la generalización del hambre, provocó la caída del Primer Ministro que recién hoy, 27 de mayo del 2008, ha sido reemplazado pero que aún no cuenta con la aprobación oficial del Senado de la Nación. La gran mayoría del pueblo sufre una situación generalizada de pobreza, llegando en muchos casos a niveles de miseria.
q Actualmente Haití está recibiendo una ayuda económica solidaria considerable de parte de Venezuela, Cuba y Brasil.
Situación social (mencionar cuál es el nivel de participación ciudadana) El pueblo haitiano es un pueblo que ama participar. Es activo, decidido, valiente y arriesgado. Pero al mismo tiempo el campo popular está profundamente dividido en grupos y fracciones, lo cual le quita unidad y proyección a sus luchas y reivindicaciones. Jean Bertrand Aristide, sacerdote católico que llegó a organizar las fuerzas populares haitianas en el Movimiento Popular más significativo de la Historia del país, depuesto dos veces por intervención de EE UU, sigue siendo el referente más unificador del Movimiento Popular haitiano, aunque en estos últimos años su prestigio ha decaído mucho
Medio Ambiente: hay una nueva toma de conciencia del peligro a que nos ha expuesto la deforestación descontrolada de que ha sido objeto el país en los últimos años. Se están realizando trabajos de forestación y conservación del suelo y hay campañas ciudadanas de trabajo para recuperar en lo posible lo perdido y frenar el proceso de desertificación.
Situación eclesial La Iglesia católica de Haití es un reflejo de la fragmentación que sufre el pueblo. Los obispos representan todas las tendencia políticas del país, desde la alta burguesía a la opción por los pobres y oprimidos. Esta diversidad de puntos de vista, de opciones, de ideologías, impiden un verdadero camino con el pueblo que le permita a la Iglesia de Haití llegar a elaborar y llevar a la práctica un efectivo Plan de Pastoral de Conjunto. Las fuerzas más conservadoras son las que más pesan a la hora de las decisiones. Sin embargo, luego de Aparecida, se notan ciertos tímidos pasos de avance: se ha iniciado la Misión Nacional en vistas a redescubrir la identidad de los católicos vapuleada por un incontable número de sectas, que crecen y se reproducen como hongos, nacidas la más de las veces para resolver las necesidades económicas de sus pastores y para poseer una cuota de poder, aunque sea muy pequeña.
Se ha revalorizado el trabajo de las CEBs y se las está reimpulsando en todas partes. Hay algunos intentos de renovar la catequesis especialmente en los colegios religiosos, aunque son esfuerzos sin unidad.
Documento derivado del VIII Encuentro de CEB en América Latina y el Caribe, en Santa Cruz, Bolivia (2008)