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Estas son las palabras que Jesús dijo a aquel hombre, un ladrón según el evangelio, crucificado junto a El, y se las dijo ante el ruego suyo ? Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino??; y cuando Jesús le dijo estas palabras al llamado ?buen ladrón?? no le preguntó qué había hecho, no le dijo que se confesara, ni siquiera casi que pidiera perdón o se arrepintiera, fueron las palabras de Alguien que por encima de todo miraba a aquel hombre crucificado, machacado, sufriente que le pedía ayuda, que le pedía estar junto a El y poder disfrutar de su Reino, ese Reino que Jesús había predicado con su propia vida, ese Reino que había sido su pasión desde el comienzo de su predicación y por el que dio la vida; ese Reino que Jesús prometía a todos y a todas, y que significaba, decía El, el sueño más profundo de Dios para todos los seres humanos: que todos fuéramos felices y pudiéramos disfrutar. Pues en ese sueño le pedía entrar aquel ladrón a Jesús, y ese Jesús también crucificado y machacado por la injusticia y el poder humanos le prometía que iba a estar con El en ese paraíso, en el fondo le decía que iba a ser feliz ya para siempre.
Estas palabras son las que también habrá escuchado Rafa, nuestro Rafita, como le decíamos en la cárcel en ese momento de encuentro con el Padre que ha tenido hace apenas tres días; habrá sido un encuentro muy especial, ya me los imagino a los dos: el Padre diciéndole que le quiere, que está con El siempre, que está ya en el paraíso y que no tiene que preocuparse de nada, y Rafa diciéndole al Padre que él aunque decía que no ha creído mucho en su vida siempre ha pensado que Dios estaba con El. Y deben haberse abrazado como se abrazan los seres más queridos del mundo, y debe haber sentido algo muy especial nuestro Rafa. Ese abrazo del Padre debe haber sido muy especial. Ahora Rafa ya no necesita nada, ya lo tiene todo, ya puede ser feliz para toda la eternidad, y seguramente la paz que aquí en este mundo, en esta vida no fue capaz de encontrar el Padre ya se la está dando para siempre, ahora descansa junto a El, y pasará al banquete que el Padre desde el comienzo le tenía prometido y preparado.
Hace tres días que Rafa, después de tres semanas de agonía pudo encontrarse con Dios, y digo tres semanas, aunque su agonía casi ha sido toda su vida. Su vida ha sido tortuosa, llena de problemas, de pecados, de sinsabores; ha sido una vida casi entregada al delito, y a la cárcel, y además como me decía una psicóloga de la cárcel hace unos días ?delitos muy feos??. Desde siempre fue una vida donde el abuso del cuerpo a nivel sexual fue lo fundamental para él, una vida donde ese respeto por los demás parecía no existir; es verdad que no siempre fue asi, según me decía su hija hace unos días, su padre era una buena persona, hasta que falleció un hijo suyo, y entonces él se dio a la droga y al sexo, y parecía no importarle nada mas. Con muchos años de prisión a las espaldas, ahora estaba en Navalcarnero desde hacia 15 años, pero su vida ya era diferente.
Nosotros le conocíamos desde hace muchos años porque acudía todas las semanas a misa, y también a nuestros grupos de la capellanía. Y acudía con una sencillez muy especial, intervenía poco en los grupos porque decía siempre ?yo no sé muchas cosas, pero si que escucho todo lo que decís??, quizás hacia como María que meditaba todas las cosas en su corazón. Pero Rafa era un hombre afable, cariñoso, cercano?? y nadie sabíamos lo que había hecho, ni probablemente nos importaba, porque estábamos convencidos y lo estamos, de que si no le importaba al mismo Dios por qué tenía que importarnos a nosotros. El se preocupaba siempre de nosotros, de cómo estábamos, de nuestras familias. Carmen, nuestra voluntaria, que tuvo el verano el paro cardíaco era ?su Carmen?? y siempre nos decía que la cuidáramos, que era muy buena, que para él era muy importante. Pero se preocupaba por todos, y a todos nos demostraba su cariño.
Era un hombre al que todos admirábamos. No tenía a nadie cercano, siempre nos decía que nosotros éramos su familia, que con nosotros se encontraba muy agusto, que nos necesitaba, que nos echaba de menos; cuando desde el Camino de Santiago o de vacaciones le enviábamos una postal siempre nos decía a la vuelta que le había hecho mucha ilusión que nos acordáramos de él. Rafa era especial. Quizás el cariño que la vida no fue capaz de darle, fuimos capaces de dárselo nosotros, quizás fuimos mediadores del amor de Dios hasta el momento que haya tenido ese encuentro especial con El hace unos días. Cuando llegaba a la misa enseguida nos daba un abrazo para saludarnos, y siempre me decía ?dame unos caramelitos de esos que tienes tu para la garganta????, y al dárselos su cara se cambiaba; cuando en la Eucaristía presentaba él en el brindis el pan o el vino se sentía muy orgulloso de que contáramos con él y en alguna ocasión me llegó a decir que no entendía mucho qué significaba aquello pero que se ponía muy contento cuando le decíamos que levantara el pan o el vino en la oración al terminar la plegaria eucarística?? confieso que al recordar todo esto se me caen las lágrimas de emoción, y pienso en él, y en el fondo siento su presencia muy cercana.
Rafa tenía escrita en la frente su vida sin duda alguna, como tantos otros presos de Navalcarnero, su aspecto le delataba casi todo lo que podía ser?? pero tenía una ternura especial como tantos otros, era sin duda la ternura del que ha sufrido mucho, del que no ha encontrado sentido a la vida, era la ternura del que está reclamando permanentemente cariño, y tengo que decir que esa ternura y ese cariño desde todo el equipo de voluntarios se la hemos dado hasta el final, que ninguno hemos escatimado un abrazo, unas palabras, un tiempo para nuestro Rafa, tanto cuando ha estado en la cárcel como en estos últimos días junto a él. En la cárcel era también muy querido porque se preocupaba de los demás, es verdad que a su estilo, pero siempre nos decía si alguien estaba mal, o si le pasaba algo a alguien que fuéramos a visitarle al modulo , y tengo que decir que nunca protestaba, que había una sonrisa que le hacia ser muy especial.
Hace unos tres meses comenzó a sentirse mal; decía que le dolía mucho todo el cuerpo, sobre todo las piernas y que no sabía de qué era, que lo decía pero que no le hacían caso; le mandaron unas vitaminas para poder coger fuerzas, pero tampoco comía demasiado y fue perdiendo fuerzas; le llevaron a la enfermería del centro y hubo días que iba con ayuda a la misa y a los grupos, pero se cansaba mucho al andar, hasta que de pronto no pudo volver a andar y había que llevarle en una silla de ruedas; pero a pesar de todo nos decía que no se nos olvidara recogerle por la enfermería al pasar para llevarle a la misa los sábados, o al grupo del lunes de comunicación y a la catequesis del jueves?? en la misa sentado en su silla de ruedas, la seguía con atención?? preguntaba por Carmen, su Carmen, y se sentaba a su lado?? pero ya los últimos días cuando iba a hacer alguna petición no le salían las palabras y decía ?no se qué me pasa, no puedo decir lo que quiero??. Su pasión el fútbol, del Barça de toda la vida, su Barça le hacia vibrar de modo especial cuando había algún partido y siempre nos decía que era el mejor.
A comienzos del mes de diciembre lo llevaron a unas pruebas al hospital de Alcorcón porque se encontraba cada vez peor, pero no veían nada; después le llevaron de nuevo para un scaner y pensaban dejarlo ingresado pero él ?prefirió volver a su casa??, como nos decía, y su casa era la cárcel?? seguía perdiendo facultades y cada día le encontrábamos peor?? no sabíamos lo que tenía?? una enfermera del hospital de Alcorcón, también voluntaria de nuestra capellanía, nos dijo que era el proceso normal de los enfermos de VIH, parece que están bien y de pronto ?el bicho?? se despierta y ataca a las articulaciones y al cerebro?? eran los síntomas de nuestro Rafita. A comienzos del mes de enero le ingresaron definitivamente en la custodia del hospital 12 de octubre, y ya para realizar su viaje final hacia el Padre.
En el hospital hemos ido pasado a verle todos los voluntarios de la capellanía porque todos le teníamos un especial cariño. Recuerdo el primer día que fuimos a verle Carmen y yo. Fue un encuentro impresionante. Nos abrieron la puerta dos policías muy jóvenes, que nos pidieron la documentación y la verdad es que con mucha amabilidad nos dejaron pasar a verle; cuando pasamos cerraron la habitación con llave porque la custodia es como la cárcel del hospital, y cuando nos vio Rafa enseguida se puso a llorar de emoción, apenas podía hablar pero por supuesto que nos conoció y se emocionó.
Rápido le dimos un beso cada uno y enseguida nos sonrió: confieso que en Rafa toqué aquel día toda la debilidad que puede tener un ser humano, toda la pobreza más profunda de una persona; delante de nosotros estaba alguien con una vida tortuosa y cruel pero que ahora dependía del puro cariño de los demás, y como que sentí que Dios nos seguía escogiendo para manifestar su amor en esos momentos finales hacia Rafa. No importaba lo que hubiera hecho, no hacia falta preguntar nada?? estaba un ser humano necesitado de compasión, de misericordia y de cariño?? pasamos un rato muy bueno con él?? Carmen le hablaba de su Barça para hacerle reir y él sonreía y nos medio hablaba, nosotros solo lo acariciábamos y le decíamos que estábamos con él y que queríamos verle pronto con todos nosotros. Al rato llegó también Miguel, el otro compañero capellán, y también se emocionó al verlo, pero entre los tres conseguimos hacerle un rato un poco más agradable.
Cuando salimos los tres coincidimos en que estaba terminando, que podían ser días, pero que estábamos en el final de la vida de Rafa. Pero fue una experiencia muy especial la que tuvimos aquella tarde, dura, pero a la vez llena de Dios, una experiencia como todas las que vivimos en contacto con los presos, de Pascua, de muerte y de resurrección, en el fondo de vida, y de ?vida en abundancia??.
Al día siguiente cuando fui a la cárcel lo comenté y me dijeron que iban a proponerle el tercer grado especial para que pudiera ?morir en paz??, aunque me decían que algunos de la junta de tratamiento se negaban porque había tenido unos ?delitos muy feos??, me decían; y confieso que al oírlo no lo entendí, no porque no fuera cierto, como decía la vida de Rafa había sido tortuosa y de pecado, pero en esos momentos estaba un ser humano débil y que necesitaba solo poder morir en paz y por eso me vinieron las palabras de Jesús en el evangelio con las que comenzaba este escrito ?hoy estarás conmigo en el paraíso??, porque me hicieron comprender que Dios es sobre todo Padre-Madre, pura misericordia, que no mira lo que hayamos hecho sino que cada día nos acaricia y nos quiere.
Y recordé también cuantas veces nuestra Iglesia continua empeñada en que confesemos no se qué, con todo lujo de detalles, que digamos que hemos hecho con puntos y comas, que nos arrepintamos profundamente, y el Dios del Evangelio que nos manifiesta Jesús de Nazaret no pide ningún tipo de confesión ni siquiera de arrepentimiento, sino que da un perdón gratuito en todas las ocasiones: se lo da a la mujer adúltera sorprendida en adulterio, al paralítico que le llevan para que lo cure, a Zaqueo, a Pedro después de la negación, al buen ladrón?? y por supuesto también le ha dado ese perdón a nuestro Rafa, tampoco le ha pedido cuenta y señales de lo que había hecho porque Dios es un profundo misterio de amor y de misericordia para cada uno de nosotros, para cada ser humano, y quiere que cada uno de nosotros podamos ser siempre felices; no es un Dios que condena, sino que es un Dios que salva?? quizás también la Iglesia y muchos de nuestros pastores deberían leer y meditar estas páginas del evangelio porque probablemente cambiaran de actitud?? si se abren a ese evangelio de corazón.
Incluso podríamos recordar las palabras que recordaba Monseñor Romero de uno de sus pobres: ?la ley, Monseñor, es como la culebra, sólo pica a los que andamos descalzos??, porque es verdad que en muchas ocasiones la ley y la condena solo es para los pobres, para los descalzos?? O esas otras palabras que el mismo Monseñor Romero decía en una de sus homilías: ?Vuelvo a repetir lo que aquí he dicho tantas veces dirigiéndome a través de la radio a aquellos que tal vez son los causantes de tantas injusticias y violencias, a aquellos que han hecho llorar a tantos hogares, a aquellos que se mancharon de sangre con tantos asesinatos, a aquellos que tienen sus manos manchadas de torturas, a aquellos que han encallecido su conciencia, que nos les duele ver bajo sus botas a un hombre humillado, sufriendo, tal vez ya para morir, a todos ellos les digo: NO IMPORTAN TUS CRIMENES, SON FEOS, HORRIBLES, HAN ATROPELLADO LO MAS DIGNO DEL HOMBRE PERO DIOS TE LLAMA Y TE PERDONA??. Pues estas palabras son también por supuesto aplicables a nuestro Rafa, y así lo he sentido yo en estos días.
Después de esa visita en custodia siguieron las visitas del resto de los voluntarios, hasta que hace apenas 10 días por fin, le aprobaron el tercer grado especial, y pudo pasar a una habitación normal del hospital, para poder morir dignamente, como cualquier otro enfermo. Su hija también estuvo allí con él unos días?? y una de las religiosas voluntarias de caritas y de la capellanía de la cárcel de Valdemoro también iba todos los días a verlo, como va a ver dice ella ? a los que no tienen a nadie?? y nos mantenía informados permanentemente. En las misas de la cárcel, todos los sábados rezábamos por nuestro Rafa y le recordábamos, los chavales siempre nos preguntaban por él, así como muchas de las personas de la cárcel, trabajadores sociales, educadores e incluso el mismo director, porque todos le habían cogido mucho cariño, incluso llegaron a aprobar una ayuda especial económica para la hija que también se encontraba sin nada?? han sido días en que todos hemos estado unidos a él. Carmen, nuestra voluntaria, siempre me decía que ojala no muriera sólo, porque ? es muy triste morir sin que alguien pueda darte la mano???? cada día le encontrábamos peor, y pensábamos que de esa noche no pasaría??
Al final, el viernes por la mañana me llamó su hija para decirme que su padre había fallecido a las dos de la madrugada del jueves?? al final nuestro Rafa no murió solo?? murió con toda nuestra compañía, con todo nuestro cariño?? y sobre todo con el cariño de Dios nuestro Padre-Madre que siempre soñó con él y que ahora lo recogía para siempre a su lado??
Y el sábado lo recordamos de manera especial en las dos misas de nuestra cárcel?? lo recordamos con cariño?? con emoción, algunos de los chavales no pudieron evitar derramar algunas lágrimas?? Carmen llevo un cartel con el escudo de su Barça y al comenzar cada una de las misas lo pusimos en el ambón, como recuerdo especial y luego le dimos un emocionado y fuerte aplauso?? Rafa se quedaba con nosotros, en aquel lugar de sufrimiento y de vida que se llama cárcel de Navalcarnero había pasado sus últimos años y allí parte de su vida se encontraba?? ahora no necesitaba caramelos para su garganta, ahora no necesitaba tarjetas de teléfono para trapichear, ahora no le hacían falta los diez euros que le ingresábamos cada mes para su tabaco y su café?? no necesitaba la silla de ruedas que le acompaño en sus últimos días allí, ni las vitaminas??. Tiene ya lo mejor que puede tener un ser humano: todo el amor de Dios. Y así le recordamos en las dos eucaristías de este último sábado.
Ahora como todos los pobres, Rafa , espera que alguien se haga cargo de su icineración, lleva tres días en el depósito del hospital esperando que la burocracia decida ?quién y cómo paga su momento final??.
Rafa se nos fue, se nos marchó a la casa del Padre?? pero estamos seguros de que ?esta en el Paraíso?? y de que Dios lo tiene acurrucado junto a El?? también ayer y hoy le hemos recordado en las misas de nuestra parroquia Sagrada Familia porque también aquí la gente preguntaba por él, en estos últimos días hemos comentado en los grupos que Rafa estaba ya enfermo y que podía fallecer en cualquier momento??ojalá que la paz que aquí no pudo encontrar o no supimos darle la haya encontrado allí, en el Reino, en el paraíso definitivo. Descansa en paz, Rafa, y siente que Dios que te creó, te soñó y te dio la vida ahora te tiene para siempre en su regazo. Y desde ese regazo divino recuerda que nosotros también te tendremos siempre en nuestro corazón.
Navalcarnero 7 de Febrero de 2016