Recuerda que los primeros cristianos lo hacían y evitaban rechazos como el que ha generado Munilla
El nombramiento de José Ignacio Munilla como nuevo obispo de la diócesis de San Sebastián ha levantado ampollas entre el clero y los fieles de la región.
El teólogo progresista Juan José Tamayo, que ya advirtió de que su designación sería como “el líquido inflamable que se arroja al fuego para que se extienda más”, explica ahora que estas polémicas se deben a que el sistema de nombramiento de los obispos no se hace de manera democrática, sino en libre designación del Papa, algo que no sucedía entre los primeros cristianos.
“No entiendo por qué la democracia tenga que ser contraria a la voluntad divina ni por qué el Papa y los obispos la defienden en la sociedad y no la practican en la Iglesia”, lamentó.
Noticias relacionadasTamayo cree que el nombramiento de Munilla será como «el líquido inflamable que se arroja al…
Uriarte rompe una lanza a favor de Munilla y lamenta que «la comunión está herida» El polémico Munilla tenía una lista negra de curas vascos Ocho de cada diez curas de Guipúzcoa firman un manifiesto contra el nuevo obispo de San Sebastián La designación del nuevo obispo de San Sebastián, rodeada de polémica En un artículo publicado en el diario El País, el teólogo progresista Juan José Tamayo se pregunta “por qué no” retomar un sistema democrático en el que se cuente con los cristianos para la designación de los obispos, después del descontento general que ha provocado la llegada de José Ignacio Munilla a la diócesis de San Sebastián.
Designación democrática en los inicios
Tamayo recuerda que durante el primer milenio del cristianismo eran los fieles de cada zona los que elegían a sus representantes eclesiales y el Concilio de Calcedonia (año 451) se opuso incluso “a la ordenación de aquellos candidatos que no estuvieran vinculados a una comunidad, hasta el punto de declarar inválida esa ordenación”.
«Al margen» de los fieles
En el caso de Munilla, afirma el teólogo, la elección ha sido muy polémica porque se ha hecho “al margen” del pueblo “e incluso en contra de sus deseos”. “El problema radica, a mi juicio, en el sistema de nombramiento de los obispos. De ahí se derivan dos modelos de Iglesia: el jerárquico-patriarcal”, que sería el actual, con designación directa del Papa, “y el democrático-igualitario, que se basa en (…) el principio ‘un cristiano, una cristiana, un voto’”, explicó en su artículo.
«Acorde con la tradición de la Iglesia
Este último sería “una práctica acorde con la tradición de la Iglesia, que tiene su fundamento teológico en la dimensión comunitaria del cristianismo y está en sintonía con los procesos electorales de las sociedades democráticas”. “¿Cómo Dios puede querer la elección democrática de los gobernantes a nivel político y oponerse a ella en la comunidad cristiana?”, se preguntó el teólogo.