León, 20 abr (EFE).- El teólogo, profesor y escritor Juan José Tamayo
Acosta (Amusco -Palencia-, 1946) cree que los gobiernos de la España
democrática han tenido «miedo a perder el voto católico», y que el Estado sigue siendo «rehén de la Iglesia» como demuestra el que no le haya afectado los recortes del Gobierno.
Así lo ha asegurado en una entrevista concedida a Efe un día antes de presentar en León, en el marco de la 35 Feria del Libro, su último trabajo, titulado «Otra teología es posible».
Es el resultado «de un pensar en itinerancia», pues se ha ido formando a lo largo de los muchos viajes realizados por el escritor y que plantea los desafíos de las religiones en la sociedad actual, que son el pluralismo religioso, la multiculturalidad, el feminismo y la conciencia ecológica.
Según Tamayo, en los últimos años se ha pasado, en países como España, de una religión única a una sociedad de religiones plurales en la que a veces los sistemas de creencias «no son fácilmente compatibles».
Los países se han convertido asimismo en un especie de «supermercado de la cultura», algo que ha destacado como muy positivo, ya que «hemos dejado de mirarnos el ombligo y hemos intentado integrar dentro de nuestra cultura otras tradiciones».
A su juicio, el desafío que plantea el feminismo a las religiones es el que requiere «una respuesta más firme, más radical», dado que ha sido «la revolución más importante que ha tenido lugar en los dos últimos siglos, de forma totalmente incruenta y a la que el patriarcado se resiste».
El teólogo palentino ha afirmado que la actitud de las religiones ante estos cambios «es ambigua e, incluso, a veces contradictoria» y que en todas las religiones se dan «manifestaciones fundamentalistas».
«Existe una resistencia fuerte a los cambios, la tradición es la regla y es el horizonte de actuación», ha sostenido.
A su juicio, esta actitud fundamentalista de las religiones «está liderada por los dirigentes religiosos que están instalados en una etapa histórica que es la que les garantiza seguir ostentando el poder».
No obstante, ha añadido que al mismo tiempo, en el seno de las religiones, también hay movimientos de resistencia, organizaciones y colectivos «perfectamente integrados en el pluriculturalismo».
La otra teología posible de la que habla el autor «tiene que compaginar dos elementos que no son fáciles: la unidad y la diversidad, basados en unos valores éticos comunes a partir de la libertad y la igualdad».
Tamayo ha defendido el principio de la unidad del género humano, «pero la unidad no tiene que desembocar en uniformidad, debe compaginarse con diversidad», ha advertido.
«Entre la unidad y el respeto al pluralismo tiene que haber unos mínimos éticos fundados sobre la libertad del ser humano y la igualdad sin discriminación por género, etnia o cultura», ha explicado.
En cuanto a la religión en España, ha explicado que el país se caracteriza «por tener todavía muchos restos de nacional-catolicismo», y que después de 35 años de democracia «sigue siendo en buena medida un Estado confesional y lejos de ser laico, es más, el algunos casos va en dirección contraria al laicismo».
Como responsables del mantenimiento de estas estructuras
nacional-católicas, ha acusado tanto a la jerarquía católica como a los gobiernos, las primeras por frenar constantemente los avances del Estado laico, y los segundos por miedo a perder el voto católico.
«Los distintos gobiernos que ha habido en democracia, hayan sido de centro, de izquierdas o de derechas, han tenido miedo a perder el voto católico y han sido rehenes de la jerarquía de la iglesia», ha declarado.
Una muestra, según Tamayo, es que en este proceso que se está viviendo de recortes en todos los ámbitos «la Iglesia no ha sufrido ninguno, mantiene todos los privilegios intactos como si nos encontrásemos en tiempos de bonanza: el Estado sigue siendo rehén de la iglesia católica», ha concluido. EFE