TALLERES DE PREPARACI?N PARA EL ENCUENTRO DE COCHABAMBA

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Taizé

En Taizé hay semanalmente dos talleres para que los europeos que estén interesados en participar puedan conocer mejor de que se trata el encuentro. Dos jóvenes de Cochabamba, de los cinco presentes en Taizé, vienen regularmente para compartir con ellos sus expectativas en tornos a las Jornadas de Reconciliación. Luego de un primer encuentro donde abundan los detalles prácticos y miles de preguntas y dudas, y en donde el gran invitado es un enorme mapa de América del Sur que nos ayuda a viajar hasta Cochabamba tenemos un segundo encuentro, el más esperado.

Ahora son Gaby, Ana , Paty junto a Sergio y Carlos los que acogen a los jóvenes que llegan con muchas más preguntas aunque su corte ha cambiado notablemente, ya no preguntan: ¿Cuantas horas son hasta Cochabamba?, ¿hay buses desde La Paz?, ¿Y si vengo desde Chile o Argentina? ¿Cuanto cuesta el viaje?, ¿Cuantos jóvenes se reunirán?, ¿Es seguro viajar?; casi sin darnos cuenta todo se vuelve más humano más colorido y las dudas se transforman en entusiasmo.

Antes de comenzar el ping pong de preguntas y respuestas los cochabambinos no pueden esperar para decir cuan contentos y ansiosos están de vivir este encuentro, no paran de repetir mil un una vez cuan bienvenidos serán todos lo que quieran ir, y los conminan: tienen que venir, los estamos esperando, ¡no se lo pueden perder!

A la pregunta ¿Qué se encontrarán en Cochabamba?, ¿con qué?, ¿con quienes? la respuesta no se deja esperar: Con un pueblo acogedor que le gusta hacer sentir al extranjero mejor que en casa. Los relatos sobre los numerosos bailes típicos y diferentes platos que van a tener que probar en las familias de acogida toman cada vez más y más vuelo.

Cosas sencillas, cotidianas, ¿insignificantes? ¡No! Toda una vida que se quiere compartir.

El intercambio gira en torno a porqué ir hasta Cochabamba, qué espero, cuales son mis expectativas.

La diversidad de respuestas es amplia: para algunos la rica cultura, para otras, la gran mayoría es la alegría de un pueblo que conoció, conoce y sabe que seguirá conociendo sufrimientos. Sin decirlo, pero se les nota en sus miradas, al ver a los bolivianos se preguntan: « Pero ¿cómo hacen? »

A fin de cuentas el horizonte es el mismo, una joven lo resumió así: « Si vamos a Cochabamba es para tender puentes, puentes de amistad y de confianza. A través de la oración y del simple vivir juntos es posible superar ciertos prejuicios e ir siempre hacia delante. »