TABASKI 2006 EN DAKAR

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Taizé

En estas semanas que preceden la fiesta, la tensión es sensible en el barrio. Los padres de familia pierden el sueño: ¿cómo reunir el dinero para la oveja, como mínimo un mes de salario, sin hablar de los accesorios y también de las nuevas prendas de vestir que toda la familia debería poder usar ese día?

Al esperar, la ciudad esta llena de ovejas, de la más débil a los más grandes borregos, acorazados de cintas, que solamente los «grandes» podrán pagarse.

Por mañana del 31 de diciembre, las calles se transforman en campos de minas: por todas partes se cavan agujeros en la arena ya que la sangre de los degollados debe pasar directamente en la tierra. ¿Cómo hacen los habitantes de los edificios atrapados entre el hormigón de los aparcamientos? Misterio

Es la hora también del último aseo de las víctimas: los niños se atienden al gran refuerzo del jabón espumante. Alrededor de las nueve, los hombres en grandes túnicas, a menudo acompañados de sus hijos, van para la mezquita, para el gran rezo del día. Las mujeres, permanecen a la casa: encender el fuego, prepararlo todo para la continuación.

A la vuelta de la mezquita, es el matadero, los animales están atados, dormidos en el suelo y la cosa no dura. Los niños están allí, observan. A veces es un poco duro: si la oveja residió algún tiempo en la casa, se convirtió, casi, en un miembro de la familia.

Curiosamente, las referencias religiosas de la fiesta son difíciles de atrapar; ¡hay incluso mucha gente que no hace la aproximación con el sacrificio de Abraham! Pero es un día de compartir en que nadie será olvidado, y los mendigos lo saben bien, que esperan pacientemente su turno, sentados en el cruce. Es también un día en que cada uno, saludando a su vecino, le pide perdón.

La tarde, es el desfile. Los niños en primer lugar, muy excitados en sus nuevas ropas, se van por grupos a visitar a los padres, a los amigos y a buscar un poco de dinero. Luego los hombres, espléndidos en sus grandes túnicas multicolores a menudo tan almidonadas que hacen pensar en los abrigos de cuero.

Finalmente las mujeres, las tareas domésticas finalmente acabadas, que parten en grupos, vestidas como diosas, todas las joyas, todos los fulares, el bolso dorado, los tacones de aguja clavados en la arena, una fiesta de colores.