El sistema actual que domina el mundo insiste en afirmar que no sirve soñar. La realidad es cada vez más dura y cruel. Millones de personas pasan hambre. Las empresas mineras destruyen el planeta para garantizar lucros fantásticos a la pequeña élite que las dirige. Eso es lo que consideran como progreso.
Sin embargo, pueblos y comunidades tradicionales resisten y luchan por alcanzar el sueño de una vida digna. En Brasil y otros países del continente, pueblos indígenas, hasta poco tiempo, considerados extintos, se reorganizan y retoman sus tierras ancestrales y su propio modo de vivir. ··· Ver noticia ···