Sucumbíos /2. Si algo ha ido mal, puede ir todavía peor -- Xavier Pikaza, teólogo

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Xavier Pikaza

Quiero terminar mi breve serie ?Sucumbíos?? con esta forma casera de citar la ley de Murphy (adaptada al estilo Hamlet): Algo huele mal en Sucumbíos y todavía puede oler peor, si los de arriba no lo piensan y si todos no empezamos a creer de verdad en el evangelio y convertirnos de pensamiento, de palabra y obra (al estilo Jesús, cuando se cayó la torre y mató a 18). La torre puede caer y ?matará?? a muchos más, si no nos respetamos y queremos, si no creemos y dialogamos, al servicio de los perdidos del mundo (Lc 4, 18).

Y empiezo por mi casa propia. He mandado a un demandante mi correo (y a otros más), poniendo gmail.es, y resulta que miro bien y es xpikaza@gmail.com. Perdonen los que quieran mandarme algo al respecto. Yo ahora quiero terminar brevemente esta serie, para que no se cumpla (¡Dios lo quiera!) la ley de Murphy.

1. Los Carmelitas fueron a Sucumbíos porque les mandaron hace 40 años, con el mejor espíritu del mundo. Ellos creían en el evangelio, según el VATICANO II (Gaudium et Spes), el CELAM (Medellín 1968) y, sobre todo, según el Sínodo de la Evangelización (Evangelii Nuntiandi 1974/1976). Allí han estado y trabajado con posibles equivocaciones, pero con amor de evangelio, a los más pobres de la tierra.

2. Pero a la vuelta de unos años la Iglesia Oficial tuvo miedo y empezó a dar marcha atrás. Ya no creía en las cosas que había dicho, porque esas cosas llevaban a Gustavo Gutiérrez y a un tipo de Teología e Iglesia de comunión y libertad, en promoción humana (¡Pablo VI: Populorum Progressio!), en autonomía y liberación, y comenzó una poda sistemática, a partir de los dos documentos famosos (y poco rigurosos, poco evangélicos) de la C. para la D. de la Fe (de Ratzinger, mandado por Juan Pablo II), del 1984 y 1986.

3. Empezó así el ?rearme oficial?? de las Iglesias de América Latina, nombrando en los lugares clave obispos del Opus Dei, que no son malos, nada de eso, pero parece que no creen en el evangelio de la liberación, ni en la encarnación real del mensaje de Jesús, sino sólo en la Iglesia Oficial y en el Orden Jerárquico (y en la obediencia al Papa, por encima del Evangelio). Para ellos, parece que la Biblia empieza y acaba en Mt 16, 18-20, sin más Mateo ni Marcos, ni Pablo (como decía el Cardenal Congar). No tienen mala intención personal, nada de eso. Son eficientes y hacen lo que se les manda y lo hacen bien. Son hombres de empresa eclesial. Y así tenemos a Cipriani en Perú y a Aguirre Yarza en Ecuador (por citar los dos países implicados)… de manera que la empresa funciona.

4. Evidentemente, las cosas no se pudieron ?arreglar?? y cambiar en dos días?? (No se tomó Zamora en una hora, a no ser con infiltrados). Hay que dar tiempo al tiempo (Benedicto XVI tras Juan Pablo II)?? Y así se hizo en Sucumbíos. Pasaron 40 años, había sido bastante?? Y por eso mandaron en los últimos años del P. Gonzalo un Visitador Apostólico?? antes de nombrar a los Heraldos, para tantear el terreno, a ver si se podía?? Y después, cuando vieron que había empezado la gresca eclesial y mediática, mandaron a otro, visto lo que pasaba (pero lo mandaron del mismo Ecuador, de la línea de Arregui), y pensaron que se podía mantener lo (im-)puesto, según el principio del antiguo ?murphy castellano??: Enmendalla e non cambialla. Era difícil dar marcha atrás y buscar soluciones de consenso, en línea de evangelio (ante todo, evangelio), como yo esperaba, templando los ánimos, para que entrara evangelio en la casa.

5. En otros tiempos no habría habido ningún problema?? Carmelitas y otros, muchos otros, habrían ?cogido?? el hatillo y se habrían ido, sacudiendo el polvo de los caminos, como dice el Evangelio, pero los que no les querían y expulsaban no eran ?enemigos??, sino su misma Iglesia?? Y, además, la mayoría eran de allí, no tenían otro sitio donde ir?? y además pensaban que se podía gritar, poniendo pancartas, y así hay aumentado, de un lado y de otro. Los carmelitas han querido quedar y con ellos quieren quedar y ?ser lo que son?? (según su evangelio) miles de cristianos de Sucumbíos que han aceptado el Evangelio, que ya no es propiedad de algunos, sino don y tarea de todos, según el Vaticano II (y según Pablo, cuando decía: ¡La Palabra no ha podido ser apresada y encarcelada!)

6. Ahora entran ya las disputas personales, si tú has hecho y si el otro más, si tú la tienes curva y el otro más curvada?? y pueden salir y salen intereses. Es evidente que en la batalla mediática pueden ganar los que más dinero tienen, los que más y mejor gastan en blogs y cosas por el estilo (que, al fin, son los poderosos,aunque el internet ha dado ocasión de que opinen también los que tienen menos poder). En ese juego no voy a entrar y he terminado quitando la foto de la pancarta, pues me han dicho que era ?intencionada??. No, no voy a entrar en lo que me piden algunos: que diga los valores y defectos personales de unos y otros, que si unos han ido trasvestidos y otros con horcas… pues quizá, personalmente, son todos santos y los insultos que se les han dirigido son, en la mayoría de los casos, falsos. He puesto para todos la Evangelii Nuntiandi, que es palabra de Evangelio.

7. Por otra parte, las cosas han cambiado en la provincia y prelatura de Sucumbíos. No era lo que encontraron Gonzalo y sus amigos de Evangelio hace cuarenta años (con la Evangelii Nutiandi en camino), sino una ?provincia rica??, muy rica, con intereses de ricos que quieran ?su iglesia??, es decir, la Iglesia de la Misa Callada, de la oración piadosita, y que manden los ricos, sin verdadera evangelización. Evidentemente, la política real, al fin de todo, se pondrá de parte de los «establecidos», es decir, de los ricos, y ha empezado a surgir una clase rica en Sucumbíos… que no quiere que el pueblo piense y decida (como le han dicho los carmelitas, obedientes a la Evangelii Nuntiandi).

8. No veo que las cosas puedan arreglarse?? aunque quiero que se arreglen, que dialoguen todos, pues todos leen el mismo evangelio, aman al mismo Jesús, comulgan con el mismo pan bendito… Quiero que mejoren, y pediría a todos que lo piensan y que sepan amar a los que han de amar, que son los pobres (cojos, mancos, ciegos, perdidos y humillados) del Evangelio. Quiero que se arreglen las cosas, pero, lamentablemente, pueden ir todavía a peor, si los carmelitas se quedan… pero todavía mucho peor si se van, dejando el campo a los que no creen en la Evangelii Nuntiandi (=evangelizar es liberar, como decía el Sínodo del 1974, y la Exhortación postsinodal de Pablo VI del 1976).

9. Nos queda rezar y dialogar, pedir que se dialogue, a fondo, sin verdades previas, sólo con el evangelio y el mundo en que estamos (pues de lo contrario todos igualmente pereceréis, decía Jesús, cuando caía la torre). En estas circunstancias Benedicto XVI ha convocado el sínodo del 2012 sobre la Nueva Evangelización. No sé si de resolverán entonces muchas cosas. Además, quizá sea muy tarde?? a no ser que empecemos dialogando ya, como decía Pablo VI en su Ecclesiam Suam (1964).

10. Por todo eso, mirando las cosas desde este mundo, a no ser que empecemos todos con más evangelio (a capite et in membris, como siempre se ha dicho), se cumplirá inexorablemente la ley de Murphy: Si las cosas han ido mal, podrán ir e irán todavía peor.