La conferencia magistral «El grito de las excluidas», brindada por la pastora y teóloga bautista de México, Rebeca Montemayor, causó gran impacto e inquietudes entre las participantes del Primer Encuentro Regional, denominado Compromisos internacionales con los derechos humanos de las mujeres desde una perspectiva bíblica teológica, que se inauguró el lunes 26 en esta capital.
La ponencia enfocó la realidad de las mujeres, el dolor en sus cuerpos; Montemayor dijo que la violencia cada día es mas intensa en la región Mesoamericana por causa del neoliberalismo, que provoca mas pobreza y divide a la sociedad.
Citó como ejemplo que en México, el 50 por ciento de los jóvenes no tienen empleo, y la nueva generación esta naciendo hasta debajo de las cloacas. Justo en esos días las televisión mostró imágenes de una joven madre que dio a luz a una niña prematura y desnutrida debajo de una alcantarilla en México, producto de parejas de extrema pobreza que viven y crecen en esas condiciones infrahumanas.
La esperanza ante esta violencia de genero es la organización y la unidad en redes utilizando lo bueno del sistema neoliberal, dijo la conferencista, que oyó también dramáticos testimonios del sufrimiento de mujeres nicaragüenses, salvadoreñas y dominicanas.
Abilia Ruiz, lídereza del Consejo de Iglesias Evangélicas (Cepad), reaccionó ante tanta violencia hacia las mujeres en la ciudad y el campo, diciendo «nos sentimos impotentes; hasta en las iglesias nos ignoran porque se nos enseñó que tenemos que obedecer, que es un mandato de Dios. Hay que obedecer a un Dios machista, poderoso y hasta guerrero.»
Una participante de Visión Mundial, Auxiliadora Alvarado, expresó que la violencia es un dolor que todas las mujeres viven. «Ser joven es peligroso, dijo, se siente miedo al andar en las calles porque los hombres creen que somos de su propiedad y pueden decir cualquier obscenidad.»
A su turno, Isabel Estrada, lidereza católica de la costa caribeña de Nicaragua, subrayó el inmenso dolor que provoca ver que las amas de casas son cada día más contagiadas del VIH- Sida, y que su iglesia no permite el uso del preservativo. «La iglesia católica predica el amor y hace otra cosa», expresó.
La delegada de Republica Dominicana, dijo que desde el año 2000 al 2006 se registran 911 feminicidios cometidos por ex maridos, ex novio y compañeros.
Montemayor respondió que ante esa impotencia y tanto dolor, hay que despertar y tomar conciencia con los ojos y el corazón, para reafirmar la lucha por la transformación de este sistema opresor de las mujeres, «hay que asumir compromisos para cambiar la salud en los cuerpos de las mujeres; hay que combatir la idea de que solo venimos al mundo a rendirle culto a los hombres y para eso tenemos que ser bonitas».
Maydlyn West, del movimiento de mujeres cristianas contra la violencia, pidió no olvidar a las mujeres indígenas y negras. «Hoy ser negra también es un dolor, dijo, la joven negra no consigue empleo muy fácil, y en las zonas francas explotan a a las mujeres jóvenes y cuando llegan a los 35 años ya no son útiles, lo que causa más pobreza en los hogares.»
El mensaje central de la conferencia y el compartir, fue que las mujeres no deben de desmayar en la lucha por el respeto de sus derechos, porque la violencia no es natural.