Enviado a la página web de Redes Cristianas
Para empezar, la pregunta inicial es crucial: ¿quién o quiénes suelen conspirar? ¿quienes tenemos una edad y estamos hartos de los engaños, maniobras y argucias del poder; sobre todo de los poderes en la sombra? ¿o esos poderes acostumbran a conspirar contra nosotros, y ahora también contra gran parte de la Humanidad?
Todo el mundo: gobernantes, médicos, epidemiólogos, virólogos,
microbiólogos, periodistas de medios de comunicación impresos y
audiovisuales, estatales y privados, así como la mayoría de los
alternativos con marchamo de independientes; además de las pocas
personas que por uno u otro motivo voy tratando incidentalmente
hace ya más de un mes de confinamiento, acerca lo que viene
sucediendo, todos se expresan y se muestran, como los grandes
convencidos que tienen las cosas claras, sin ningún margen para la
duda.
Pues todos dan por hecho, tanto que el virus de la pandemia
procede de China, sin más, como que las medidas adoptadas por
los gobiernos son las correctas, sin saber con precisión alguna
cómo actúa el virus y sobre todo cómo actuará de ahora en
adelante. En modo alguno nadie se interroga sobre si será o no
cierto que viene de China y si su irrupción en origen obedece al
contagio que los chinos han ido causando a lo largo y ancho del
planeta. La coartada perfecta. A partir de esa certeza, el miedo,
envuelto en civismo, en charlatanería y en obediencia ciega,
reforzados los tres por la amenaza de la multa y la prisión, se han
enseñoreado de este país desde exactamente el día catorce del mes
de marzo. De la misma manera y con la misma determinación, de
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la población de la nación que cierra filas ante el invasor. Por eso ni
en los medios ni en ninguna parte, se habla de otra cosa pese a
haber pasado más de un mes desde el comienzo de tan siniestro
espectáculo.
Sin embargo, aún quedan retazos de librepensamiento en las
Redes sociales y en contados medios digitales con peso específico
en la comunicación -los únicos espacios donde pensar y expresarse
en libertad-. Veremos cuánto dura esta expansión. Y en ambos
espacios, algunos seguimos teniendo en cuenta la alegoría de la
caverna platónica. Metáfora en la que quienes están dentro de la
caverna confunden la sombra proyectada en su interior, con los
humanos que pasan delante de ella. Por otra parte, conocemos muy
bien la ralea de la sociedad a la pertenecemos: si matas a una
persona te encierran o te ejecutan, pero si matas a 300.000 te
pueden galardonar con un premio Nobel…
El caso es que, desde el mismísimo segundo día del
confinamiento, despertaron inmediatamente mis sospechas cuatro
detalles muy significativos. En primer lugar que no aparezca en
Internet el dato de los fallecidos por gripe en España en 2019. En
segundo lugar, el número de fallecidos, 15.000, en 2018 (redacción
médica.com) que, o era la tónica de todas las temporadas de gripe,
o era alarmante. Y si era alarmante, lo extraño de que las
autoridades sanitarias no dieran entonces la voz de alarma y los
medios también extrañamente lo pasaron por alto. En tercer lugar,
el acusado contraste de tan alto número de muertos ese año con la
abrumadora información en todas las televisiones, de la mañana a
la noche, sobre la invasión del virus desde el primer momento de la
comparecencia del presidente de gobierno español en la televisión.
Lo que a su vez hubo de desencadenar una alarma letal, pues a la
primera tos o el primer estornudo, la saturación de toda clase de
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Centros de Salud, sin recursos suficientes, por los fabulosos
recortes años atrás en Sanidad, estaba servida,
En todo caso, las afirmaciones categóricas, sea acerca de lo que
sea, son propias de edades tempranas, aunque también pueden
llegar a la vejez con mente roma. Pues la vejez no sólo es la época
propicia para la duda, es que en la vejez nadie sensato se atreve a
sentar catédra. Al menos en materias no científicas. Y aún los
grandes científicos de experiencia han dudado siempre y dudan.
Por ejemplo, el propio Einstein que había superado los setenta, le
dijo un día a un compañero de paseo: ?¿será real la luna cuando
dejemos de mirarla? (en alusión al principio de superposición de la
mecánica cuántica entonces en sus inicios)??. Y en otra ocasión:
?dos y dos son cuatro hasta nueva orden??. El mismo Stephan
Hawking, fallecido en 2018, empezó negando la generación
espontánea para, no mucho antes de morir, pronunciarse a favor de
la generación espontánea??
Pues bien, comparándome con el Einstein de la vejez sobre lo que
viene sucediendo, no lo tengo nada claro, del mismo modo que él
cuando dudaba de la existencia de la luna si dejaba de mirarla y el
otro se desdijo. Porque lo que llamamos ?la verdad?? es siempre
muy compleja. Por su complejidad se distingue de la mentira, la
cual con media docena de palabras se despacha. Lo que pasa es que
a diferencia del buen detective que tenazmente va detrás del autor
de un crimen, abre una cortina y la cierra, abre otra cortina y la
cierra, y de ese modo y a medida que sopesa el posible móvil va
descartando sospechosos y progresa hasta dar con el criminal, yo
sigo permaneciendo en estado de sospecha, indagando, barajando
datos de aquí y de allá. A veces me parece estar lejos de descubrir
al criminal, más bien ?los?? criminales puestos de acuerdo. Y otras
veces me parece que les estoy cercando. Seguiré investigando y
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reflexionando, pues si hay algo que ahora nos sobre es tiempo. (Por
cierto, que el tiempo súbitamente ha dejado de ser oro, un dicho
made in usa que siempre me pareció funesto; la situación que
vivimos acaba de desmontar también este mito). Yo seguiré, pues,
investigando y reflexionando, pero la aprehensión de los probables
y presuntos canallas corresponde a agentes internacionales, y su
procesamiento, a las altas instancias de todas las naciones??
En cualquier caso, todo lo que está sucediendo tiene la pinta de
ser una trama, una confabulación contra la sociedad de los eternos
perdedores. Empezando por el virus esparcido por todas las
naciones con el propósito de diezmar la población, siguiendo su
acción homicida en diferentes épocas de cada año, y terminando en
los confinamientos prolongados por etapas de la actualidad para,
entre tanto, hacer los preparativos del nuevo orden mundial. Y esos
preparativos incluyen la instalación de las antenas 5G cuya acción
radiactiva (parece ser) acentuará diez o cien veces más el riesgo del
cáncer y de las enfermedades respiratorias. Pero ?ellos?? a lo suyo:
todo sea por el rodillo de un progreso infernal, miserable e
implacable, aun a costa de la vida. Se ve palpablemente que en la
truculenta idea no importan ya las consecuencias, pues todo está
sucediendo al fin y al cabo en un planeta moribundo…
20 Abril 2020