Sólo habrá inclusión si reconfiguramos nuestra sociedad… -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

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Ello subrepticiamente va configurando una ?mirada?? socialmente expulsiva, que hace a los crecientes márgenes de desventaja de las personas o sectores desvalorizados, desplazados o ?excluídos?? María Otheguy
Montevideo, 11 de noviembre de 2011 ?
Existen en nuestra sociedad diversidad de problemas a los que abarcamos con una mirada coyuntural que a menudo mira síntomas y ?no causas??, uno de ellos es sin lugar a dudas la singular cultura que entre los jóvenes ha ido imponiendo un modelo de conducta que termino creando un grupo social ampliamente marginado de la sociedad, que hoy desde su existencia y desde su crecimiento exponencial, especialmente entre los jóvenes (aunque no exclusivamente),

pone en tela de juicio toda la convivencia social, desata los miedos colectivos de los sectores privilegiados de la sociedad, pero también de los sectores menos pudientes, como asalariados, incluso el nivel más bajo de los asalariados que son aquellos que ganan el mínimo nacional, (esta realidad con las variantes naturales de ser dos realidades distintas y diversas, pero con muchos aspectos en común creemos que se vive ambas orillas del Plata) y se ha puesto el énfasis en el problema de seguridad que estos grupo socialmente bien definido, normalmente temido y socioeconomicamente cada día más marginado que son las personas enganchadas o narcodependientes, entre los que estadísticamente se destaca ampliamente los sectores juveniles de la población??

Pero esta realidad no se dio en forma automática, una serie de factores fueron modelando la sociedad, para llevar las condiciones políticas, sociales y económicas, para que esta realidad se fuera configurando y existe sin lugar a dudas causas profundas que obedecen a comportamientos y relaciones muy estudiadas??

Veamos como algunas pinceladas del excelente artículo de la Revista Santa Cruz (Nº 600 de 22 de octubre de 2011) vinculada estrechamente a la mítica Parroquia de Santa Cruz en Buenos Aires escrito por María Otheguy titulado ?Inclusión y exclusión social- las matrices de la construcción social de ?la otredad?? a través de la historia?? nos puede dar pistas de cómo una determinada configuración social va avanzando hasta configurar un escenario coyuntural de exclusión de amplios sectores en los que se incluyen los sectores socioeconomicamente más pobre de la sociedad, pero también las capas de lo que muchos llaman clase media??e incluso con más contigenciación, a sectores más de alto status socioeconómica dentro de la sociedad??

Sigamos algunos de los conceptos de la excelente periodista María Otheguy?? ?Desde esta perspectiva, concebimos los procesos de exclusión social como multidimensionales porque -aunque suelen tener en la pobreza uno de sus más frecuentes determinantes- insoslayablemente se vinculan con otros preocupantes factores sociopolíticos.

Dichos aspectos están socialmente orientados a la naturalización o negación de un conjunto de privaciones que victimizan intensamente a personas o grupos. La propagación de este tipo de conductas -opuestas a la posibilidad de construcción solidaria de los pueblos- conduce a riesgosas fracturas en el tejido social que impulsan paulatinamente la justificación de conductas ?excluyentes??, admitiendo hasta como necesidad colectiva la ?expulsión?? o ?depuración?? de determinados grupos, prejuiciosamente concebidos como ?peligrosos?? y/o ?ajenos?? a nuestra forma de vida y pautas de conducta.??*

La primera cosa identificable es que por ser una actividad sumamente redituable amplios sectores de la sociedad se vincula económicamente y de diversas maneras a el, la venta de drogas como la paste base y el paco en el caso Argentino, se ha transformado en una actividad, que ha penetrado casi todos los sectores de la sociedad de una manera u otra??a tal punto que policías, jueces e incluso políticos asisten de determinada manera a vincularse conciente o inconcientemente con su entorno económico??

Es un actividad altamente aditiva, de cuya dependencia es muy difícil de soslayar, normalmente los jóvenes terminan por su conducta agresiva y su necesidad constante de dinero que aumenta las arcas de personas que conforman la parte digamos formal de la sociedad y la desesperación por la falta de la droga los lleva en su hogar y en otro lugares a tomar una conducta delictiva??que los lleva mediante un doloroso y a veces cruento proyecto a la marginalidad y a la muerte??La primera expulsión que se sufre, es la de la familia, ante la imposibilidad real de convivencia??luego se van sumando marginaciones?? ?Ello subrepticiamente va configurando una ?mirada?? socialmente expulsiva, que hace a los crecientes márgenes de desventaja de las personas o sectores desvalorizados, desplazados o ?excluídos??, impidiéndoles disponer igualitariamente de los diversos recursos o dispositivos con los que cuenta una sociedad para garantizar el bienestar de todos sus habitantes.??*

A fuerza de ser sinceros, pedimos que se lea el articulo completo en la revista que enviamos completa en nuestra entrega del jueves 10 de noviembre a todas las direcciones de la red??ya que su análisis, si bien cuadra perfectamente con esta marginación de los sectores de que hablamos, es más amplio y habla no sólo de la marginación de este grupo, sino de marginaciones más extensas, no obstante, perfectamente encuadra con este grupo sociocultural nuevo que son los muchachos enganchados??para los cuales normalmente el manejo publico tiene una mirada como decíamos coyuntural y no más abarcadora, es la sociedad, su comportamiento, sus debilidades e inconsistencias, entre las que esta una cierta explotación que hacen amplios sectores de la sociedad formal??adonde se vierten las ingentes cantidades de dinero que los chicos colectan a través de toda clase recursos que van desde el trabajo, la changa, hasta el robo, normalmente terminan en grupos o solos, en situación de calle, con falta de atención de salud??y en condiciones en las que la salud física tiende a deteriorarse progresiva y drásticamente??La sociedad les teme, pero no parece estar pronta para ensayar una ayuda eficaz y generalizada, más allá de heroicos esfuerzos pero insuficiente y nos atrevemos a decir que aislados, no es un respuesta social, porque para ellos se debería operar una reconfiguración social y cultural??

La primera cuestión es que no somos concientes de que el aumento del porcentaje de estos grupos en la población más joven, esta comprometiendo no sólo a una generación entera sino la configuración socioeconómica futura de nuestra sociedad??La ampliación en los sectores institucionales, juzgados, policía??estamentos políticos de la influencia de los sectores organizados del narcotráfico, es una señal social, que define un valor cultural??colindante no solo con la ética, sino, con la génesis de valores que dan lugar a la conducta social, que termina siendo institucional, es decir valorizar el acceso al dinero como prioridad??Esto dado por una formulación de la sociedad con un claro sentido distribución del mismo, que se basa en el decomiso del valor agregado que a cualquier bien, le da el trabajo humano??dinámica generada en poner por sobre la moneda (el capital) por sobre el valor del trabajo humano ( en definitiva de la persona)??

Para responder a esta zona más herida de nuestra sociedad, los jóvenes enganchados, necesitamos??reconfigurar los valores profundos de nuestra sociedad, tal vez empezando por limpiar las áreas institucionales de la influencia del dinero proveniente del consumo de pasta base y el paco??y la inversión amplia y profunda de recursos de la sociedad para ayudar a este grupo social??que nos muestra hoy como decíamos la zona más herida de nuestra sociedad y paralelamente la más explotada, pues los recursos económicos que genera son realmente importantes??

Estamos a tiempo de profundizar el viraje, pero necesitamos un esfuerzo más importante y sistemático (reconociendo que el mismo ha ido creciendo en los últimos tiempos en Uruguay al menos) , desde las esferas del poder, para combatir la corrupción institucional que esta actividad genera, y el cambio de mirada de los actores políticos y de la sociedad, para que estemos dispuesto a realizar el sacrificio de invertir dinero, infraestructura, técnicos, asesoramientos internacionales en la inclusión de este grupo social??que necesita de su sociedad para salir del profundo pozo de la muerte que parece írselos tragando??y en ello a la generaciones jóvenes y al futuro de la sociedad toda??

* http://www.parroquiasantacruz.org.ar/revista.html

(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)