Enviado a la página web de Redes Cristianas
Estimadas amigas/os,
Los amigos de las CEBs y otros/as, de afuera de Argentina, sabiendo que hemos estado muchas veces trabajando con las diócesis de Argentina, nos pidieron alguna palabra sobre el Nuevo Papa.
De lo que hemos conocido de su vida (por supuesto algo bastante limitado), redactamos estas lineas:
Al Cardenal Jorge Mario, de Buenos Aires, lo encontramos, personalmente, en mayo de 2011.
Sin embargo, no era un desconocido. Ya lo apreciaba por su actuación en la asamblea de Aparecida. En efecto, los teólogos/as que habían estado, acompañando y eventualmente asesorando los participantes de la 5a. Asamblea General del Episcopado Latino americano, mencionaron como el Cardenal ayudara en la elaboración y redacción del texto final (antes de los cambios finales que se hicieron «misteriosamente», después del texto haber sido votado). El arzobispo de Rio de Janeiro, Mons. Orani, dio el testimonio de que «a Bergoglio debemos la mejor redacción final del documento de Aparecida. El, en efecto estuvo encargado de organizar los resúmenes y relatorios que llegaban de los diferentes grupos y lo hizo con fidelidad y sabiduría».
Siendo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, invitó a Mons. Sergio Gualberti (de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia), entonces encargado de las CEBs en el CELAM… y con el a la hermana Teo y a mí, para asumir una jornada de 4 sesiones sobre las Comunidades Eclesiales de Base. Los participantes han sido os obispos de Argentina, en ocasión de su asamblea ordinaria de mayo 2011.
Mons. Sergio, Teo y yo, trabajamos en equipo. Los tres estábamos sentados adelante de los obispos, dictando las conferencias y como siempre lo hacemos, uno complementaba lo que el otro decía.
Después había un tiempo de preguntas, aclaraciones y colaboraciones de los participantes. A seguir un grupo de trabajo sobre la materia y plenaria con posibilidad de nuevas intervenciones de nuestra parte.
Comíamos todos juntos, cada día sentándonos en meses diferentes para poder dialogar con los participantes. Algunas conversaciones continuaban después por los corredores o acontecían en la hora del café o merienda a media mañana o media tarde. Tuvimos una impresión positiva dos participantes, que propusieron sus objeciones y escucharon nuestras respuestas con respeto. Algunos Arzobispos y obispos colaboraron con lo que decíamos, dando testimonio de sus propias experiencias (como los Ordinarios de Bahía Blanca, Viedma, Bariloche…)
A Mons. Bergoglio lo sentimos como un hombre sencillo, del cual uno puede acercarse y hablarle como a un ser humano de carne y hueso. Cuando contesta, uno se da cuenta que ha escuchado lo que se le dijo.
Es una personalidad definida. Uno sentía que buscaba coherencia sencilla de vida, con todo lo que predicaba. Vive sencillamente (comida, departamento, ropas). Muy fuerte su sentido pastoral, que lo lleva a estar cercano a la gente (hincha del equipo de futbol del San Lorenzo), usa las transportaciones públicas, a veces bicicletas. Su visión eclesial, en lo que conversamos, no ha sido retrógrada. En los temas morales mantiene lo afirmado actualmente por la Iglesia: es contra el aborto, matrimonios gay… De otra parte, condeno a curas que no querían bautizar a los hijos/as de los que no estaban casados pro la Iglesia. Aprobó cambios litúrgicos (pues «el Vaticano II dejó a cargo de las Iglesias locales algunas adaptaciones en materia»). Conoció y visitó personalmente, por ejemplo, la creativa pastoral litúrgica de la parroquia de Santa Cruz, en el centro de Buenos Aires, calle Estados Unidos (P.Carlos Pasionista y sus 17 CEBS urbanas). Nuestro amigo salesiano, P. Roberto Mussante nos dio el testimonio de que, en tiempos de la Dictadura, el salvó muchas vidas.
Sabemos que también hay grupos en Argentina que le achacan no haber protegido el jesuita P. Yorio y compañero. Que terminó exiliado en Uruguay. Otros dicen que nunca se pudo probar que él tuvo culpa en materia. Nosotros no tenemos elementos para juzgar sobre eso.
Lo que a todos nos ha impresionado es que el colegio de cardinales lo escogió como Papa. Lo que vimos: presentarse como obispo de Roma (como el que está a servicio de los hermanos) y no como una autoridad arriba del episcopado; la actitud de hablar «nosotros» y no YO… pedir primero la bendición del Pueblo de Dios antes de dar la suya. Rezar junto con todos la oración que Jesús nos enseñó, escoger el nombre de Francisco…
Apreciamos el valor que tuvo de aceptar estar al cargo de una Iglesia que vive momentos difíciles y que están exigiendo cambios grandes y serios en sus estructuras. De hecho, en este momento es el hombre que el colegio de cardinales ha escogido.
Ponemos mucha esperanza en ese pontificado.
Marins
Teo