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Ayer, sábado, el Papa recibió a los representantes de todo el mundo de los movimientos populares. Bo cabrían en el espacio normal que uso en este blog las frases llenas de vigor, de fuerza, de luz, de indignación, y de denuncia que el papa Francisco regaló a todos los presentes. He aquí algunas de ellas:
«Trabajo digno para los excluidos del mercado, tierra para los campesinos, vivienda para las familias sin techo, integración para los barrios marginales, fin de todas las guerras, libertad de expresión, ciencia al servicio de los pueblos»
«¿Qué hacer frente a la inequidad que engendra violencia?» «Desplazar la primacía del dinero y colocar en el centro al ser humano». Desplazar la primacía del dinero y colocar en el centro al ser humano». «¿Quién gobierna? El dinero, con el látigo del miedo, de la desigualdad y de la violencia».
«¡Cuánto dolor y cuánto miedo! Hay un terrorismo de base, que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad entera». «De ese terrorismo básico, se alimentan los derivados: el narcoterrorismo, el de Estado y el étnico o religioso». «Ningún pueblo ni ninguna religión es terrorista». «Hay fundamentalistas y terroristas en todas partes».
«Los ojos de los niños en los campos muestran la bancarrota de la humanidad». «Ante la bancarrota de un banco, sumas escandalosas para salvarlo. Ante la bancarrota de la humanidad, ni una milésima parte para salvar a esos hermanos que sufren tanto». «El Mediterráneo se ha convertido en un cementerio y otros muchos sitios con muros manchados de sangre inocente». «El miedo endurece el corazón». «Quien tiene miedo de vosotros no os ha mirado a los ojos».
Austeridad en el modo de vivir, austeridad moral y humana, pero no austeridad como sinónimo de ajustes». «Los no austeros que no se metan en política…y tampoco en los seminarios». «No subestimen el valor del ejemplo, que vale más que mil videos de retuits o de videos de Youtube». «Les pido a los dirigentes que no se cansen de practicar la austeridad moral».
Y así, un encendido, emotivo, sentido, sincero y convincente discurso. Es vergonzoso que ante esas afirmaciones tan tajantes, pero tan justas y claras, y tan verdaderas, haya católicos que recuerdan que el tema de la Economía internacional «es muy complejo, y nada fácil resolverlo». A mí me lo han recordado con un tono que parece tacharnos de frívolos a los que, como el Papa, y tantos otros, reclamamos con fuerza una justicia social internacional mínima. Pero será tan complicado y de alta matemática como que mantenerse dignamente una familia de cinco miembros con 450 euros, o con una ayuda ridícula de 250, o, simplemente, con nada, viviendo de la caridad pública. Hay millones de familias así en el mundo entero, y en España cerca de tres millones de ellas en peligro extremo de exclusión.
Hay políticos de la derecha italiana, como Matteo Salvini, secretario de la Liga del Norte, quien tuvo la osadía irrespetuosa de invitar al papa Francisco a «hospedar a los emigrantes en el Vaticano». Y la desfachatez de afirmar «Quien defiende esta invasión clandestina, o no entiende o algo gana», dijo el brillante político. Menos mal que los obispos italianos no se cortan y acusan a la derecha italiana de alentar una política injusta y desajustada a los tiempos, sin apreciar, y alabar, sino todo lo contrario, el admirable ejemplo que Italia, su país. en su conjunto, está dando a Europa, pues ya ha recibido a mas de 100.000 inmigrantes. Y Salvini no se ha salvado de una buena pulla que le aplicó el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI): «Hay obispos que hospedan a emigrantes en sus casas y no se han llenado los bolsillos de dinero, ¿lo hacen Salvini y Grillo (líder de los indignados del M5S)?». A mí, y a la mayoría de mis fieles, nos congratula mucho que haya obispos que denuncian la injusta política social y económica de las derechas, que están sembrando de indigentes las que, en otro tiempo, eran, en lo social, nobles y prósperas tierras de Europa. Ahora la calidad de vida es un concepto restricto, tan solo aplicable, y aplicado, a las clases adineradas, o de alta clase media. Pero mas abajo, la masa social sin especial calificación laboral, se está poblando de indigentes.
Quiero destacar el concepto esclarecedor y valiente del papa al citar un tipo de terrorismo fundamental, del que emanan los otros. Dice así: «Hay un terrorismo de base, que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad entera». Esta constatación es, además de valiente y certera, auténticamente terrorífica. Que no justifica legal y vitalmente tanto terrorismo político, étnico, de género, político, etc., etc., pero que deja bien claro que antes, como base, y como sustento de estos terrorismos, a los que las naciones dedican tantos esfuerzos, cuerpos especiales, y montones dinero para combatirlo, hay otro terrorismo de corbata y camisa blanca, de elegancia y buen perfume, que no solo no es combatido, sino que, al contrario, es enaltecido, exaltado, y, en muchos casos, hasta bendecido y consagrado.