506 personas luchan desde hace 5 meses para defender su dignidad y esperan que se regularice su situación. Por ello, optaron por ocupar la iglesia de san Pablo en Massy a las afueras de París. Estas personas son niños, mujeres, hombres que llegaron a Francia por diferentes motivos pero que se integraron bien en la sociedad francesa.
Recuerdo aquella mañana pasada en la plaza de la iglesia con un hermoso sol de verano. Saben convivir sencillamente y con alegría. Todo está bien organizado. Cada noche, un grupo se turna para dormir en la iglesia. Por la mañana, muy tempranito, todo queda recogido y limpio.
Durante los 5 meses de lucha, de movilización, de concentraciones, las 506 personas recibieron como única respuesta de la Prefectura: dos expulsiones, el aplazamiento permanente del examen de los expedientes, cinco detenciones al final de la manifestación en las filas de regreso.
El obispo pidió a los sin papeles que abandonaran la iglesia e inició las diligencias judiciales y con el prefecto para la expulsión de la iglesia. Los ujieres vinieron a levantar actas de la ocupación. Los sin papeles deben comparecer ante el tribunal de primera instancia.
La lucha continúa.
« No se puede dar órdenes al viento pero se puede decidir abrir la ventana ».