Converso con algunos clérigos amigos venidos estos días desde Roma. Me cuentan del entusiasmo de las bases católicas por la figura y la cercanía de Francisco, de su carisma personal, de sus planteamientos reformistas. Me cuentan también de las resistencias que se advierte en las altas esferas: los cardenales que pierden privilegios, los obispos que son llamados públicamente a ser servidores y no opresores, de los funcionarios de Curia que deben salir de sus rutinas, sus abusos y sus hábitos poco acordes con la humildad y la libertad del evangelio. ··· Ver noticia ···