Asociación pro Derechos HUmanos de Andalucía
Del 11 al 13 pasados en Rivas Vaciamadrid, bajo el lema Nuestras voces, nuestros derechos, por un mundo sin muros. Pero todo comenzó días antes con las reuniones preparatorias del Comité Internacional al que asiste la APDHA en representación de Migreurop.
En torno a dos mil personas de noventa países que representaban a cientos de organizaciones, redes y movimientos sociales, nos dimos cita para compartir experiencias, intercambiar reflexiones, proponer alternativas de trabajo y confabularnos para poner en marcha cuantas acciones y estrategias comunes fuera posible desarrollar.
Aparte de la conferencia inaugural en la que intervinieron Rajja Desbashi (presidenta del campo de refugiados palestino de Baqa, Fraçois Houtart del Centro Tricontinental y Fahhiya Noor del movimiento de migrantes somalíes de E.UU.), se desarrollaron 6 plenarios, 43 seminarios y 31 talleres encuadrados en Cinco ejes temáticos: “Globalización y Migraciones”, “Sociedades de origen y alternativas al desarrollo”, “Fronteras y Derechos Humanos”, “Sociedades de llegada y situación de los migrantes”, “Asilo, refugio y desplazamiento”. Junto a ello un sinfín de Actividades Libres, que incluían la convocatoria de muchas reuniones de coordinación e impulso de redes o para la concreción de las propuestas surgidas en muchos de los seminarios y encuentros.
El sábado, en fin, se desarrolló la Asamblea de Movimientos Sociales que aprobó la II Declaración de Rivas. Y el domingo una multitudinaria manifestación recorrió las calles de Madrid reivindicando el fin de los muros que impiden los derechos de los migrantes. Al final de la misma, la portavoz de una organización boliviana y un representante de un colectivo de inmigrantes de Senegal, leyeron el citado manifiesto de la Asamblea de Movimientos Sociales.
Todo desarrollado con una organización que funcionó perfectamente engrasada, gracias a la imprescindible colaboración del Ayuntamiento de Rivas que se volcó y además puso a disposición del Foro unas instalaciones extraordinarias, desde luego gracias al fabuloso trabajo realizado por la Secretaría Técnica que ostentaba la CEAR y, como no, a la “marea verde” (por las camisetas) de cientos de voluntarios que hicieron que todo funcionara a las mil maravillas.
¡Gracias públicas desde la APDHA a todos ellos!
Se trata en suma de una experiencia impactante, incapaz por otro lado de ser aprehendida en su conjunto, incluso por una delegación amplia como la de la APDHA en el FSMM.
El FSMM se ha convertido en un evento de referencia para articular redes e intercambiar experiencias. Y desde ahí proponer actuaciones conjuntas a uno u otro nivel partiendo de realidades comunes. Ello se ha cumplido satisfactoriamente en esta III edición.
Valga por ejemplo citar el impulso dado a la campaña euroafricana de Migreurop para la “fiscalización de los centros de internamiento”, o la propuesta de ir trabajando por una Convención Internacional para la Protección de los Derechos Humanos en las Fronteras. También citar el compromiso para seguir peleando por la ratificación por los Estados de la convención de la ONU sobre Protección de los trabajadores migrantes y sus familias, o la puesta en común de realidades migratorias que tienen no pocos puntos de contacto como la de la Frontera México-estadounidense y la Frontera Sur europea.
Por citar sin embargo algunos elementos sobre los que reflexionar en el futuro, tal vez el tono general de los seminarios y plenarios (con muchas cuestiones positivas por otro lado) ha sido muy general y a veces repetitivo desde hace años y ha costado y a veces ha sido imposible bajar al terreno de las alternativas concretas que debiéramos impulsar, frente a las realidades sangrantes que analizamos. O, por el contrario, se realizan propuestas que tienen poco en cuenta la diversidad de situaciones por las que pasan las realidades migratorias en nuestro mundo (en este sentido ha sido muy impactante conocer de primera mano lo que sucede en el Sudeste Asiático, tan lejano para estas latitudes y no sólo en la distancia) o incluso luego a la postre son imposibles de materializar-
En este sentido sorprende, pese al eje “Sociedades de Acogida”, el poco peso relativo de reflexiones en torno a los procesos de integración en las sociedades de llegada de inmigrantes, a la articulación social y a la construcción de marcos de convivencia en sociedades que están experimentando no pocos fracasos de inclusión y no pocas fracturas y conflictos
El Foro por otro lado y pese a los esfuerzos extraordinarios desplegados desde el Comité Internacional, no ha logrado romper del todo el carácter más que nada latino e hispano del mismo. Este hecho que se repite será sin duda analizado en profundidad en las próxima Comité Internacionales, ya que la decisión del celebrar el IV FSMM en Ecuador en 2010 puede reforzar extraordinariamente esta tendencia.
Quizás no esté fuera de lugar del todo el plantearse en el futuro, junto a este espacio “mundial”, marcos regionales, mas pegados a las realidades y a los problemas concretos que si bien tienen no pocos aspectos en común de unos a otros continentes, tienen sobre todo manifestaciones, trayectorias y problemáticas muy diferentes.
En todo caso se trata de aspectos sobre los que reflexionar que, sin duda junto a otros, servirán para seguir apostando por las construcción de movimientos, redes y articulaciones sociales para luchar por los derechos de los migrantes hoy pisoteados. Y en este sentido el FSMM es un marco sin duda privilegiado.
¡Nos veremos en Quito en 2010!