Pensar a Dios desde lo sucedido en General Villegas
En estos días los medios dieron a conocer manifestaciones populares de un pueblo argentino que defendía a tres hombres que habían abusado de una adolescente de 14 años Se decía que la joven era lasciva y que los jóvenes se prestaron a su juego.
Se sabe que si el abuso hubiera estado protagonizado por mujeres u homosexuales, la reacción popular hubiera sido distinta. Esto nos hace pensar en la dificultad popular, de ver a Dios en los niños más frágiles. Probablemente la restitución económica y psicológica que fuera posible, es la condición previa de sanación de las iglesias, para que sean la mejor vacuna para que no sigan viendo a Dios desvinculado a sus mas frágiles.
“Solo son Ateos verdaderos los que nunca se sintieron fuertemente amados y entre ellos hay lamentablemente muchos que dicen que son creyentes (vidente de Medyugore”)
Muchos cristianos en la actualidad se preguntan porqué hoy algunos “creyentes” no aceptan a los célibes como regalo (uno por mil) y a los homosexuales como regalo de la biodiversidad (10 diez por ciento), ¿Porqué lo distinto puede ser pensado “a priori” de peor calidad que lo de uno?.
¿Porqué se es duro con lo que se debe ser permisivo y se es permisivo con lo abominable de la pedofilia?
Creo que todo esto tiene que ver con el tipo de experiencia espiritual que se va haciendo y convengamos que algunos caminos espirituales no lo son y refuerzan sólo la intolerancia. Así se entiende que algunos grupos de pseudoscristianos hablen de “putimonios” a las uniones gay, revelando insania psíquica e imposibilidad de experiencia mística del Dios de Jesús. También los medios, cuando pasan horas con ricos y famosos intrascendentes, son el caldo de cultivo para que no se vea a Dios, o lo más sagrado, en los frágiles.
Los psicólogos transpersonalistas hablan de verdadera evolución espiritual cuando se verifica:
1.- Adecuada capacidad de relacionarse y compartir, así como de servir a los demás.
2.- Serenidad interior que se refleja en las actuaciones y en la personalidad individual.
3.- Capacidad de valorar lo cotidiano y lo que aparentemente es intrascendente.
4.- Capacidad de jugar y expresar sentimientos.
5.- Disminución del egocentrismo y de la necesidad de validación externa.
6.- Disminución de la necesidad obsesiva e irrazonable de control en las relaciones personales.
7.- Mayor dedicación al servicio desinteresado.
8.- Confianza renovada en el porvenir, percibiendo al universo como un sitio amoroso y seguro.
9.- Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción, como el dinero, el sexo, el prestigio o las propiedades.
10.- Capacidad de maravillarse con la simplicidad.
Por Internet circula un texto de uno que quizás hizo una experiencia espiritual terapéutica en el tejido social de una subcultura popular pedofilica
Dice asi «Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma; y uno aprende que el amor no significa acostarse y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender…
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes… y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.»
«Uno aprende», …y uno aprende y aprende…con cada día uno aprende».
(*) Padre Leonardo A. Belderrain – bioeticista
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