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Sacerdotes «ojo alegre». El mito del celibato o la castración virtual -- Mario Domínguez

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Sin embargo y habrá que señalarlo, la fe de un pueblo no está basada en el comportamiento del sacerdote, sino en Dios, en sus dogmas.
Fuente: El Sol de Zacatecas (México) 23 de junio de 2009 Zacatecas, Zacatecas- Perplejo y sin hilar idea, Gerardo escuchó al obispo Javier Lozano Barragán, que fue más que directo: «Traes el diablo adentro». Contraviniendo así al mandato divino de: «Poblar la tierra; sed fecundos y multiplicaos», así se lo prohibió.

Y le remató: «Te vas a morir de hambre. Afuera no eres nadie; conmigo lo eres todo. Tu familia va a sufrir».

Asimiló, pero no compartió aquella conjura, por supuesto nada bendita de un superior jerárquico, puesto que la determinación estaba tomada.

Una vez de ejercer seis años de sacerdocio en forma vertical, sirviendo a Dios y a la Iglesia, cuando quiso tomar la decisión la planteó a dos sicólogos e igual número de sus compañeros.

La disyuntiva: una carrera satisfactoria como sacerdote sí pero… faltaba un algo, la familia, hijos.

El matrimonio, la institución que Dios creó como una herramienta para prestarle auxilio a la debilidad humana y evitar así el pecado de la inmoralidad al sacerdote y a las religiosas les está vedado..

Analizó y expuso sus elementos colectivamente que de poco le ayudaron: «tú decides y, que seas feliz en cualquier lugar», eximieron toda responsabilidad los que serían sus ex compañeros del ministerio y del «don» de la continencia o la castración virtual.

Se enfrentó a un Obispo de Zacatecas con carácter; «no te doy permiso de nada. No te vas a salir. Te voy a mandar a Roma», concluyendo la limitante con la intención de retenerlo, inclusive hubo en los intentos de traslados a las parroquias del Santo Niño de Plateros en Fresnillo y a Villanueva.

Sin llevar el protocolo que obliga a separarse por escrito, simplemente se fue, el que en términos canónicos es un: «traidor», pero que como ser humano cree tener derecho a lograr la plenitud emocional, moral, religiosa, amorosa y por qué no decirlo igual fisiológica.

Así fue suspendido de ejercer el ministerio, tanto que cuando se presentó el registro de Asociación Religiosa y de Ministros ante le Secretaría de Gobernación, él ya no aparece en la base de datos de la Diócesis de Zacatecas.

Anteriormente en nuestra entidad como en el país, no había opciones educativas, sólo existía el colegio que fundó la Iglesia y quien quería continuar entraba al seminario.

Hoy ante la diversidad de educación la vocación sacerdotal ha sufrido una baja, sólo eso. Qué más que crisis significa una proliferación de infinidad de ofertas de estudio, pero que coloca en zona sísmica a toda la Iglesia, no obstante valga reconocerse que igual colosal se ésta resistiendo a toda clase de embates, al grado que el próximo día 29 de junio del año en curso serán ordenados en la parroquia del cerro de La Bufa diez nuevos sacerdotes por el Obispo de Zacatecas Jesús Carlos Cabrero Romero.

Y los diáconos hasta hoy son: Christian Fabián Hernández Salazar; José Luis Rodríguez Rangel; José Manuel Nava Rivas; José de Jesús Alvarado Pasillas; José Luis Carrillo Ibarra; José Luis Ramírez Sánchez; Vicente Ramírez Díaz; Manuel Vázquez Villaneda; Héctor Daniel Ayala Talamantes y Ernesto de Santiago Vargas.

La historia pública de los sacerdotes casados en Zacatecas si bien no es reciente sí ahora es más común o del dominio.

Sabemos de los curas que se han separado incluso algunos ya fallecieron como: Jesús Covarrubias, Leoncio Martínez, Marcos Correa, José Martínez, Antonio Quintanar Cepeda, Ramiro Félix Serrano, Juan Manuel Robles, Jesús Ornelas y el diácono Juan Rivera.

Los que siendo diáconos se salieron; aquellos a los que les restaban algunos meses para ser sacerdotes o que se encuentran en el primer grado del sacerdocio: Javier Hernández Varela, Jesús del Carmen Rodríguez Luna, Gabino Garay Ruíz, Ricardo Cortés, Francisco Ramírez, Daniel Arroyo de la Torre y Serafín del Monte.

«Ex» sacerdotes en plenitud: Arturo Flores Reza, Veremundo Carrillo, Lauro Arteaga, Felipe Guzmán, Jesús Navarro, José García de la Torre, Antonio Núñez Martínez, Rafael Briones, Montejano, Felipe Morales Narváez, Everardo Martínez Carlos, Gerardo López Navejas, Ramón Guadalupe Sánchez, Francisco Martínez, Felipe de Lira, Santiago Ramírez, Alfonso de Haro, Pedro Acosta; Samuel Ortega, Juan Antonio de Alba, Miguel Becerra, Simón Ovalle, Nicolás García, Enrique García, Lauro Vargas, Alejandro Alvarado Mendoza, Ernesto López Coronado, Gerardo Gaeta Flores, Josué Pasillas, Gerardo Luna Timoide, Guillermo Chiu de la O, Javier Escalera, José Luis Campos, Antonio Pinedo, Francisco Javier Herrera, Eulalio Sandoval, Ramón del Muro, Rafael Sales Mata, Alvaro García Zapata, Ramiro Contreras, Lauro Macías, Francisco Alvarez, José Refugio Berúmen, Guillermo Espinoza, Genaro Trejo, José Escamilla, Bernabé Arroyo, Sergio Jasso, José Angel Medina, Guillermo Espinoza, Miguel Escamilla, Salomón Fraustro, Heráclio Silva, Nicolás Pinedo, José Cortéz, Hilario Huízar, Rafael Ovalle, Jorge Sikora y Antonio Farino.

Los curas Miguel Hidalgo y Costilla así como José María Morelos y Pavón baluartes de la Independencia de México tuvieron hijos, aunque algunos eso lo consideraron como propio de su inestabilidad emocional.

En nuestro país ha habido Presidentes de la República como Benito Juárez que estudiaron en seminarios católicos; en Zacatecas hubo gobernadores que igual allí cursaron sus estudios en escuelas y seminarios del clero, y poco faltó para que ejercieran el ministerio sacerdotal, y su preparación clerical se refleja en sus dichos y comportamiento.

En estos tiempos, hay más conciencia de las «correrías» de aquellos que inhibidos por el voto -que para muchos es más promesa-, del celibato (del latin: caelebs, caelibis, los que no se casan), y reprimidos llevan una doble vida, igual con prostitutas, amantes, hijos regados y con los ahora tan publicitados actos de pedofilia, que siempre existieron, sólo que ya se denuncian con mayor publicidad. Otros ante la frustración se refugian en las drogas, el alcoholismo y su temperamento siempre al límite..

De los ministros casados es el caso, que no único de don José Antonio Quintanar Cepeda, quien fuera sacerdote en la parroquia de San José de la Montaña y de Fátima en la ciudad capital en los años 50’s.

Llegó a Tlaltenango, en donde es el párroco por más de treinta y cinco años, y deja huella por su obra, como la promoción para construir el camino a Jalpa y la carretera a Atolinga y el Colegio de la cabecera municipal. Falleció hace tres años a la edad de 98, pero igual sufrió la persecución religiosa durante la guerra.

Fue un ministro al que lo invitaban a predicar lo mismo en México que a distintas partes de América del Sur.

Pero que a los setenta de edad decide retirarse y casarse con una monja con quien llegó a fundar el Colegio de Tlaltenango.

Él escribió un libro de título: «Una Brecha en el Muro», en donde describe sus experiencias, y quien además envía una carta a Roma solicitando no sólo su alejamiento de la Iglesia para contraer matrimonio, que le autorizan, pero a la par la abolición del celibato, aunque argumenta que no es necesario, porque «nadie» lo cumple.

Padece, batalla y se va de Zacatecas pero paradójicamente le erigen un monumento a la entrada de Tlaltenango viniendo por la carretera de Tepechitlán.

Fue muy querido y hasta se llegó a creer que era un Santo, porque los pobladores aseguraban que al mismo tiempo lo miraban celebrar misa en distintos lugares, así como levitar o caminar por encima del piso..

Tenía un carisma excepcional, y mucha gente se sintió dolida cuando abandonó el sacerdocio.

Cuando él deja el ministerio y se casa y se conoce públicamente, se le considera que es un parteaguas, y otros sacerdotes los comienzan a imitar, dando la cara.

En aquél tiempo cuando un sacerdote «reculaba» en su castidad, era acusado y acosado con una vehemencia inquisitoria fuera de lo común.

Los Obispos se encargaban de perseguirlos hasta para que no encontraran trabajo.

Pero él, José Antonio Quintanar, junto con otros sacerdotes como es el caso de Veremundo Carrillo, Lauro Arteaga, Eulalio Sandoval, Pedro Acosta, Lauro Vargas, Enrique García, Pedro Acosta, Alfonso de Haro, entre algunos, forman un grupo que se denomina «Presencia Nueva en la Iglesia» y nace a finales de los 70’as.

Aquellos pretenden reunir a los «ex-sacerdotes», aunque se sostiene que no son «ex» en virtud de que en términos teológicos ninguno nunca deja de ser predicador, ministro, como los ingenieros, abogados, que para ello estudiaron y se prepararon.

Muchos de los cuales cuestionan a la jerarquía católica en todos los sentidos y sobre todo obviamente y de manera particular el celibato, por anacrónico, que además no tiene un fundamento bíblico.

«El celibato no es esencial para el sacerdocio; no es una ley promulgada por Jesucristo», afirmaría Juan Pablo II en el mes de julio de 1993.

Algunos de los cuales exigen regresar al ministerio en su condición de casados, tanto que han impulsado reuniones internacionales en Brasil, Atlanta, París, España, de curas en su misma condición.

Muchos mexicanos pertenecen a la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Católicos Casados que preside Mario Mullo y estos a su vez de la filial de la Federación y de la Confederación Internacional de Sacerdotes Casados y sus Esposas, que tiene su sede en Bélgica, y la encabeza Julio Pérez Pinillos de la corriente «Somos Iguales».

Y que a mediados de mayo de este año replantearon al Vaticano implementar el celibato opcional, y que se acepte contraer matrimonio por los clérigos, aunque éste en el 2006 nuevamente reafirmó el !no ceder!, a pesar de que se reconoce que de los aproximadamente 450 mil clérigos un promedio de 150 mil se han retirado para contraer nupcias.

A la Iglesia la debemos dividir en jerárquica y la del pueblo de Dios. Que viene siendo «casi» lo mismo; la que coordina y la que se ha resistido a revisar lo del celibato es la jerarquía, que no dejemos de reconocer que es una norma disciplinaria.

Ahora si bien es cierto que ya se prohibía ciertas formas de asociación afectiva y sexual (los Obispos llegaron a cubrir multas para tener relaciones), con una mujer, el celibato eclesiástico adquirió más fuerza desde el Concilio de Letrán de 1123 ( el Papa Calixto II determina que los matrimonios clericales no son válidos), y con el de Trento de 1545-1563, y se reafirma en cierta manera por los hábitos pecaminosos y extravagantes de los Obispos y Papas que en diversas etapas de la historia fueron casados y tuvieron hijos que de éstos muchos a su vez fueron Papas.

En el Concilio de Costanza de 1414-1418 contrataron a setecientas prostitutas para atender sexualmente a los Obispos y en el anterior de Maguncia y Absburgo se intentó regular las conductas y hábitos degenerados muchos de los sacerdotes. Con la Encíclica Sacerdotatis Caelibatus del Papa Paulo VI en 1967 se mantiene la vigencia del celibato sacerdotal.

Algunos Papas casados además de los once de Apostoles de Jesús han sido: San Pedro; Bonifacio IX; Pío XII que es el caso un pastor luterano ordenado como sacerdote católico y de otros muchos que además de llevar una vida en común con esposa, contrataban rameras para darle rienda a sus instintos humanos.

Igual se le dio argumento a la castidad, por la cuestión de los bienes materiales y riquezas que se heredaban a los hijos y viudas cuando aquellos morían, y que como formaba parte del patrimonio de la Iglesia la fuga se iba por allí.

Más que espiritual fue una medida económica para muchos sin desconocer algo de lo demás, es decir que se buscaba que fuese un comportamiento más ejemplar.

Que hoy es lo que se cuestiona, incluso en un promedio de cada diez sacerdotes cinco no viven con su misión y los demás tienen vida doble, con amantes o hijos muchos de ellos regados, como el caso patético del ex Obispo y hoy Presidente de Paraguay Fernando quien presuntamente procreo descendientes con no menos de cuatro mujeres, aunque hay quien asegura que fueron seis.

En Francia existe una asociación denominada «Hijos del Celibato», de mujeres que fueron violadas o abandonadas por curas que no se hicieron responsables de los hijos, y se ha vuelto una situación común.

Además en México y el mundo es reconocida la pederastia y abusos sexuales de sacerdotes degenerados como Marcial Maciel, un líder espiritual si bien con carisma que se acerca a la jerarquía, que tiene el apoyo de Juan Pablo II, y ahora la misma congregación reconoce que tuvo hijas, infinidad de amantes y cayó en la pedofilia.

El Papa Benedicto XVI al final de la semana pasada recordó que la Iglesia Católica no puede esconder las «infidelidades al magisterio» de los sacerdotes y los casos sobre todo de abusos sexuales, en ocasión del Año Sacerdotal que el viernes inauguró y concluye hasta junio del año 2010 en San Pedro en el Vaticano y que tiene como mensaje «Fidelidad de Cristo, Fidelidad del Sacerdote, es decir una madurez afectiva y una vivencia gozosa de su celibato. Esto después de su visita a Irlanda y Austria en donde conoció de cerca los abusos sexuales en seminarios y colegios católicos en décadas y el concubinato de curas, respectivamente.

Lo que hace ver que el pastor de un rebaño es ante todo y primero que nada un ser humano, naturalmente y que la Iglesia en cuestión, debe permitir el análisis de tan espinoso asunto.

Ahora:

¿Debe mantenerse el celibato por determinación de la jerarquía clerical?, u

¿Opcional?

El grupo de Veremundo Carrillo -con treinta años en el ministerio y doctorado por la Universidad de Salamanca, España-, que se reúnen cada dos meses e integra a ex sacerdotes de Torreón, Distrito Federal, Guadalajara, Aguascalientes, Durango y Zacatecas, viene a ser o es, punta de lanza en este movimiento.

Lo conforman entre cuarenta y cincuenta ex ministros religiosos o sacerdotes casados, pero desde luego existen más que no se han integrado, y ellos son los que han prevalecido, aunque hay algunos que salen de la Iglesia y de repente no quieren saber nada, se olvidan y hasta culpas morales sienten, que no es poco si se le agrega un marcado rechazo de la grey, la incomprensión de la familia y amigos porque aparentemente se les defraudó.

Desde luego que no se desconoce que hay un conflicto interno muy severo, porque cuando se les prepara para el sacerdocio, hay dos situaciones que deben de tener siempre presentes: obediencia al Obispo y castidad. Claro además de la austeridad o pobreza.

Son dos votos que más cuestionan al ser humano. El celibato es: que no se deben ni de masturbarse y, la otra, de la obediencia que significa que a ciegas a donde se les envía y lo que se les ordene, lo tienen que cumplir a cabalidad.

Allí surge un conflicto de autoridad, porque ¿cómo se dice que no se quiere desprender del sacerdocio, ni de la Iglesia, ni de los curas?

No obstante hay algunos que al emigrar, hasta se han cambiado de religión, no tanto por la fe, sino por la manera de vivir, porque ellos necesitan comer y mantener a sus dependientes y de algún lugar tiene que salir para los alimentos y su servicios.

Muchos han ido a engrosar las filas de los Testigos de Jehová por su preparación como oradores, y algunos hasta han regresado al redil.

Los curas antes y ahora son señalados, pero también sus mujeres, y la sociedad les echa la culpa de traer: «el diablo adentro», como lo visualizara Lozano Barragán.

Antes permanecían ocultos, pero ahora cuando se apartan de las iglesias se ven hasta como cosa normal. Hay cierta tolerancia en gran medida por la misma comunicación, que es más abierta; como si de alguna manera se está notando que los pastores de la Iglesia son humanos y con todos sus defectos y muchas virtudes, que tienen una misión que cumplir, y que incluso casados su comportamiento y hechos es más apegado a la verdad.

El celibato únicamente se practica en la religión católica y en el rito latino. Los ministros evangélicos no lo llevan, ni los mormones: La Iglesia Ortodoxa que es similar a la Católica con los mismos fines, aceptan el matrimonio e igual que al célibe. Ambas cosas son opcionales.

La Diócesis de Zacatecas cuenta con alrededor de ciento veinte parroquias y vicarías, con un grupo de cerca de los ciento ochenta sacerdotes.

Muy importante ese número si se considera que atienden a un millón trescientos mil habitantes del Estado en promedio; y se relacionan con tres entidades federativas y con las Arquidiócesis de Durango y Guadalajara y la Diócesis de Aguascalientes, y algunos pocos o muchos si siguen flaqueando.

Gerardo Luna, si bien agradecido con la Iglesia porque allí se formó, y a ella le debe ser filósofo y teólogo, no ha pasado por su mente la palabra de arrepentimiento, como en los miles en todo el mundo que se considera han formado un hogar, claro, algunos menos pecadores que el polígamo ex obispo Fernando Lugo o de los nada discretos como aquel puertorriqueño de origen cubano Alberto Cutié.

La Iglesia Católica hasta hoy día se ha mostrado renuente a analizar el tema del celibato sacerdotal, e incluso ha radicalizado sus posiciones con respecto de los curas que han sido encontrados ejerciendo el ministerio y teniendo relaciones de pareja a los que se les inhabilita, aunque en muchos casos igual se les tolera mientras no exista escándalo de por medio.

Pareciese indicar que hasta un siguiente papado se pudiese abrir el asunto en el Vaticano y por supuestos igual la relación civil de las religiosas o las sacerdotes mujeres. Aunque el Papa Pablo VI hace dispensa, algunas concesiones al celibato en el caso de las mujeres religiosas en el caso de los 70’as.

En el Vaticano II realizado de 1962 a 1965 se pretendieron muchas cosas, como por ejemplo realizar misas en lengua local, hubo cambios interesantes, pero en otros asuntos como cederle a las mujeres el oficiar misa, nunca; de hecho desde el Concilio de Laodicea del año de 325 no pueden ser ordenadas, las que al igual que los ministros de culto se fijó rígidamente como voto su matrimonio con Dios.

La Jerarquía hoy tiene otras prioridades como hablar de unidad, caridad, aplicar los temas evangélicos a la vida personal, actividades pastorales, culturales, asistenciales, educativas, pero Benedicto XVI (alemán), cuando inició su pontificado convocó a los cardenales a tratar el asunto y lo analizaron pero se dijo que no pasaría nada.

Sin duda una de las razones por las cuales mantiene identidad la Iglesia, es también por el celibato, que nada tiene que ver con los abusos sexuales de los que se refugian como predicadores, esos no están aptos ni para el matrimonio ni para sacerdotes.

Al sacerdote desde que lo preparan, lo seleccionan para ser candidato así sea un ser humano se le deberían de entregar las herramientas para cumplir mejor su misión, es decir la libertad en cuanto a su necesidad física y emocional.

Ahora en el hipotético caso de que se aprobara el matrimonio de los sacerdotes católicos ello no significaría la panacea, se terminarían algunos problemas pero igual se crearían otros, pues habría divorcios, infidelidades, hijos y familias abandonadas, como el caso de otras profesiones y de hombres que se les cambia de adscripción y más tardan en llegar que en iniciar una nueva relación amorosa.

Lo que sí es que habría libertad, y el pueblo de Dios sabría como ya no están huyendo ni escondiéndose del morbo de la gente, ni en la clandestinidad, conocerían:

¡Cómo viven sus ministros!

¡Quiénes son sus amantes ó si tienen sus «chicos en el closet», o son alcohólicos o se significan como los peleoneros de la vida!

Sin embargo y habrá que señalarlo, la fe de un pueblo no está basada en el comportamiento del sacerdote, sino en Dios, en sus dogmas, y lo real y concreto es que la Iglesia Católica requiere urgentemente de replantear sus reformas, profundas para recuperar su presencia, que como se sabe sólo en África y Latinoamérica la mantiene, en otros continentes y países sus iglesias están vacías.

Así las cosas, Javier Lozano Barragán, quince años después, uno de los mexicanos que ha sido ubicado como de los más altos jerarcas del Vaticano por su cercanía con Juan Pablo II y Benedicto XVI, al arribar a los 75 años de edad en el pasado mes de abril solicitó dispensa para separarse de la Presidencia del Pontificio Consejo para la Salud lugar a donde fue llevado en 1996 de ser Obispo de Zacatecas. Aunque continuará dentro de la alta curia Romana, una vez que lo integraron a Dicasterios como: la Congregación para los Obispos; Propaganda FIDE; Consultor y al de las Misiones.

Y quien recientemente regresó a Zacatecas Obispo Emérito, ciertamente algo afectado por una enfermedad del páncreas, de la que poco a poco ha ido superando.

En cambio Gerardo Luna Timoide, ganó una esposa -como tantas decenas en Zacatecas, cientos en el país y miles en el mundo- en la persona de Ana Elizabeth Gallegos, como tres hijos: José Alejandro, Anahí y David Gerardo y todos forman una adorable familia; es Director de Asuntos Religiosos en el Gobierno del Estado de la perredista Amalia Dolores García Medina y sin que lo trastorne algún remordimiento o sentimientos encontrados cuenta con amigos, goza de reconocimiento social y se desarrolla profesionalmente en un ambiente feliz, y ya más preocupado por las colegiaturas que por los pecados en confesión de los demás.

Celibatus est.

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