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EL señor obispo de Vitoria, monseñor Juan Carlos Elizalde Espinal, me da la impresión o de que no conoce la obra de José Antonio Pagola, o de que tiene algún prejuicio, como tantos obispos, contra él. Todos sabemos que la Conferencia Episcopal Española, CEE, cometió contra el teólogo guipuzcoano, hace unos años, un atropello no solo humano, sino también canónico, y todavía no sé por qué nuestro querido autor tuvo tanta paciencia de no acudir a los tribunales de la Santa Sede, concretamente al de la Signatura Apostólica, que viene a ser el tribunal Supremo de la Iglesia. El atropello consistió, entre otras grandes deficiencias, en que, contra todo derecho, la CEE se arrogó la autoridad para anular el «Nihil obstat» otorgado por el entonces obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, su obispo, debidamente legitimado para conceder ese permiso de edición. Llegaron a recoger la última edición, poniendo en dificultades, y en contradicción, a la editorial PPC, con la Conferencia Episcopal Española, con la que mantiene una magnífica y fructífera relación. La Nota Clarificadora de la CEE, del 27 de Junio de 2008, tanto en su parte metodológica, como en la de contenido, ofrece, en mi opinión, serios motivos para la discusión y la polémica.
El primer motivo es la confusión, evidente, entre Fe y explicación de la fe, o Teología, que es la que estuvo a punto de provocar una condenación conciliar a Santo Tomás de Aquino, porque, acostumbrados la mayoría de los padres conciliares a la filosofía de Platón, como soporte de la Teología, el teólogo dominico profesor de la Sorbona los sorprendió con un nuevo enfoque filosófico, exactamente el aristotélico. Por eso me hizo mucha gracia, porque la tenía, el reproche que el teólogo franciscano, cuando todavía lo era, José Arregui, (en euskera Joxe Arregi Olaizola) lanzó contra el portavoz de la CEE, monseñor Juan Antonio Martínez Camino S. J., indicándole que su reverencia estaba más cerca del monofisismo que Pagola del arrianismo, del que los prelados patrios acusaban al que fuera vicario episcopal de monseñor Setién. Así que, por lo que veo, el actual obispo de Vitoria, monseñor Elizalde, ha seguido la pauta de sus colegas episcopales, con gran disgusto, y, sobre todo, más pena que disgusto, de una buena cantidad de fieles católicos españoles, que todos ls domingos leen el comentario de Pagola sobre el Evangelio del Domingo, como los de mi parroquia, Yo lo considero, de lejos, el mejor que conozco.
¿Así que cómo puede prohibir, junto a sus colegas de Bilbao, y San Sebastián, a D. José Antonio, dar una charla en la Universidad del Norte de España, en Vitoria? Qué gran error, el de mucho de nuestros obispos, que piensan que ciertas disquisiciones teológicas pueden apartar más de la fe a nuestros fieles que la falta de un ejemplo auténticamente evangélico, como tantas veces sucede a nuestros obispos, por lo menos en la comprensión de muchísima gente. Desde luego, en la mayoría que yo conozco..