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La estrategia es volar al límite de la legalidad aeronáutica para reducir al máximo los costes y ofrecer tarifas sin competencia para llenar sus aviones. A pesar de acumular un volumen de sanciones en los últimos seis años de 2,3 millones de euros y de liderar los expedientes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), Ryanair transporta más de 30 millones de pasajeros al año por los aeropuertos españoles.
El historial de despresurizaciones, aterrizajes de emergencia, falta de colaboración para las inspecciones aeronáuticas, incumplimientos de los planes de vuelo y denegaciones de embarque, no es óbice para que Ryanair se haya convertido en la aerolínea líder en España. Al parecer, uno de cada cinco usuarios de avión en España utiliza la aerolínea irlandesa.
Sea por ignorancia o por temeridad, la realidad es que los precios baratos pueden más que las malas prácticas de la compañía.
Estos días Ryanair vuelve a ser noticia por haber despedido a uno de sus pilotos más veteranos por cuestionar la seguridad de la compañía. “Mi opinión personal es que la mayoría de pilotos de Ryanair no tiene confianza en las agencias de seguridad”, ha dicho el piloto. Así las cosas, ¿qué piensa hacer al respecto la responsable del Ministerio de Fomento, Ana Pastor? ¿Vamos a esperar a que ocurra otra desgracia como la del tren de Santiago para que nos decidamos a tomar medidas preventivas?
/ Valladolid
