La visita del número dos del Vaticano, Tarcisio Bertone, que empezó siendo una visita privada y a la que el Gobierno de Zapatero le dio rango de primer nivel, terminó convirtiéndose en una master class de diplomacia para la Iglesia católica española.
Evidentemente, las opiniones vaticanas y socialistas sobre la ley del aborto, el matrimonio homosexual o la asignatura de Educación para la Ciudadanía son totalmente diferentes. La diferencia entre Rouco y Bertone es que mientras el primero incita a la rebelión, a la manifestación y a la confrontación (como cuando dijo que las decisiones de Zapatero en estos temas nos podían llevar a una nueva guerra civil), Bertone dice que sí, que hay que ser críticos, pero que hay que hacer un esfuerzo por hacerse entender y (¡oh, milagro!) intentar entender al otro.
Ésa es la esencia de la democracia, intentar hacerse entender, pero también escuchar, respetar y entender la opinión de los demás. Veremos si Rouco ha tomado apuntes en esta clase de diplomacia que le ha dado el secretario de Estado del Vaticano.