Estaba cantado que Rouco saldría elegido de nuevo Presidente de los obispos.
Como dice Juan José Tamayo, estas elecciones episcopales a mí tampoco me suscita ninguna atención ni interés. Pertenece al tinglado organizativo de nuestros obispos que buscan mecanismos inútiles para que todo en la Iglesia siga igual.
Ninguna esperanza de cambio. Rouco lo dejó todo bien amarrado para este momento electoral cuando ha intervenido en el nombramiento de más de una docena de obispos de su estilo y línea.
Seguirá presidiendo a los obispos hasta los 78 años de edad, ya casi octogenario.
¿Se puede esperar algún cambio en nuestra Iglesia española con responsables de esa edad?
Los cambios que serían necesarios a nivel de Iglesia Universal y por supuesto en España son inmensos. Los retos, enormes. No entiendo que Rouco diga que él percibe que en la Iglesia todo va muy bien y no hay ningún problema.
Ese es el mayor problema: cuando sus máximos dirigentes están incapacitados para ver la realidad que todos los estudios sociológicos indican: la Iglesia es la Institución española peor valorada de todas. Son guías ciegos que pretenden guiar a otros ciegos.
Las iglesias, vacías, los jóvenes ( salvo los conservadores kikos, opus etc…) ausentes. El clero envejecido. Parroquias que se agrupan en magnitudes enormes incapaces de ser atendidas. Las vocaciones en descenso…Conventos que se cierran…Culto de corte sociológico y aburrido. Problemas de pederastia….Un modelo de sacerdocio finiquitado para los tiempos actuales…
Y a todos estos retos, la continuidad de Rouco al frente de los obispos garantizará que esta situación seguirá en alarmante caída hacia el abismo.
