Enviado a la página web de Redes Cristianas
La clase de religión desde la transición ha sido una asignatura de libre elección, una asignatura optativa, tanto en gobiernos de derecha como de izquierda. Ahora bien, en un estado democrático y aconfesional, como es el caso de España, la asignatura de Religión católica tal como está establecida, considero que no debe incluirse en el currículum académico. La escuela no es el lugar de evangelización sino la comunidad cristiana y la parroquia.
Sin embargo, el Hecho Religioso, que es la historia de la humanidad en busca de lo trascendente y conocimiento de las distintas confesiones, sobre todo de las tres religiones monoteístas, pienso que debe incluirse como materia curricular evaluable, tan obligatoria como las matemáticas, las ciencias o la lengua, para todos los alumnos y alumnas sean creyentes o no creyentes, católicos o de cualquier otra confesión religiosa. El Hecho Religioso es patrimonio de la humanidad y forma parte importante de su historia y cultura, por lo cual todo alumno y alumna deben conocer y estudiar este fenómeno, haciendo énfasis en la historia de las religiones y en la dimensión mística y ética de cada creencia. Asimismo, esta asignatura contribuiría al desarrollo del diálogo interreligioso y del respeto que se merece cada confesión.
Es importante que los alumnos conozcan las similitudes y diferencias entre los distintos credos y sepan definir al creyente de todas las religiones. La gran sorpresa dentro del aula será la comunión entre alumnos cristianos, musulmanes y judíos, pero también alumnos con credos de tradiciones orientales e incluso agnósticos o indiferentes religiosos.
Hay padres de familia que viven de espaldas a toda religión y esa desinformación se proyecta en los hijos. La asignatura del Hecho Religioso ayudaría a que la niñez y juventud delibere conscientemente sobre su opción frente a las distintas creencias o no creencias. Para ello se requiere de un profesorado serio, bien capacitado, imparcial, crítico y sin afán de proselitismo.
En todos los centros educativos, sean públicos, privados o concertados, debería incluirse esta asignatura, lo cual exige una revisión de los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 1979. Los tiempos actuales están exigiendo cambios audaces en aras a la creación una sociedad más humana, crítica, dialogante y respetuosa con la diversidad.