La preocupación no es sino una forma de presteza, la que consagra nuestro Código Civil cuando habla de la “diligencia propia de un buen padre de familia”. Y no ya de una diligencia cualquiera sino una de carácter exigente, superior a la estándar o simple media. Preocuparse es, en consecuencia, una regla de conducta.··· Ver noticia ···