-Publicado en La Estrella de Panamá. ¿Cuántos nasos por una vaca.-Por Julio Yao –
Si hay un caso que demuestra la inversión de valores implícita en la concepción del desarrollo que ha imperado en nuestros gobernantes es el de los Nasos en Bocas del Toro.
Desde la etapa precolonial, los Nasos constituían, junto con otros pueblos originarios, raíces auténticas de nuestra nacionalidad. De ellos brotaron guerreros que defendieron el territorio nacional y sus recursos naturales, para legárselos como ejemplo a quienes han adoptado el saqueo y la depredación ecológica como si fueran parte del orden natural.
Algunas etnias desaparecieron por el genocidio colonial, las guerras y las epidemias. Los propios Nasos están en extinción: suman aproximadamente tres mil habitantes (casi decimos “ejemplares”). Por su exigüidad numérica, la supervivencia de los Nasos es tan vital para ellos tanto como para quienes nos consideramos “panameños” dentro de un concepto incluyente de Nación.
No solamente las razones citadas diezmaron a nuestros indígenas. Las capas dominantes dentro de nuestra violenta estratificación social han relegado a los pueblos originarios al sótano de la pirámide.
Pese a haberla solicitado, los Nasos no cuentan con una comarca como los Kunas, Emberás y Ngöbe-Bugles, que les ofrecen parámetros para proteger su desarrollo autónomo. La ausencia de una Comarca Naso-Djërdi es una circunstancia discapacitante que convierte a los Nasos en parias en una patria compartida que fue suya por muchos siglos y en la que tienen derecho a existir con el decoro y la dignidad que reclama el resto de la nación.
Los Nasos han debido sufrir el atropello, la destrucción de su cultura y el desalojo de sus tierras por parte de una empresa (Ganadera Bocas) que invoca títulos sobre los predios que los primeros habitan ancestralmente. Desde fines de 2008 los ganaderos invadieron las comunidades indígenas con maquinaria que arrasó casas y cultivos en San San y San San Druy, demoliendo hasta la Casa Comunal.
La policía acuerpó la acción de “tierra arrasada” en su acción vandálica y utilizó helicópteros de la empresa – tal como ocurrió con Petaquilla Gold el año pasado — para ubicar y perseguir a los dirigentes Nasos cuando éstos huían por las montañas. Muchos fueron los detenidos por defender la vida. Las mujeres fueron desnudadas en público, y a los niños les fracturaron el cráneo. Los Nasos tuvieron que acurrucarse como si fueran animalitos por las orillas de los ríos y aguantar a la intemperie. Todos sus derechos como seres humanos y como indígenas les fueron arrebatados bajo la yunta empresa-gobierno.
Cuando la Constitución Nacional, las leyes y los tratados internacionales, garantizan la vida y la cultura de los indígenas frente a la represión estatal o corporativa, en nuestro país se hace todo lo contrario: el gobierno sale a defender a las empresas y a aplastar a las comunidades campesinas e indígenas, tal como ocurre en Petaquilla, en Cerro Quema y otros asentamientos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó en vano al gobierno panameño hacer respetar los derechos de los Nasos.
Hace pocos días, el puente o zarzo sobre el Río Teribe, que es paso obligado, fue arrasado por las corrientes bajo el frente frío que castigó a Bocas del Toro. Los Nasos quedaron, además de su situación calamitosa, incomunicados, porque otra opción les significaba un día más de camino.
Representantes Nasos nos confiaron que la empresa había socavado las bases del puente. De ser así, el presidente Martinelli tendrá que meter en cincha a Ganadera Bocas y anular su título de propiedad, porque las vacas no valen más que nuestros indígenas.
Lo que sí es cierto es que la empresa amenazó con demandar al gobierno si procedía a reparar el puente. Los pájaros, decía mi madre, les tiran a las escopetas: el gobierno defiende a quien viola las leyes y reprime a quienes exigen su cumplimiento. Por eso decimos que el gobierno tiene sus valores invertidos, y nada más hay que voltearlo.
El autor es catedrático y escritor.
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RESTITUYAMOS LA JUSTICIA…
La ausencia de una Comarca Naso-Djërdi es una circunstancia discapacitante que convierte a los Nasos en parias.- Prof. Julio Yao
Montevideo 29 de marzo de 2010 –
Antes que nada, quisiéramos decir que cuando leímos esto, sentimos que el sufrimiento que están padeciendo las naciones NASO, las puede padecer cualquier comunidad, de cualquier país de Latinoamérica y el Caribe, en aplicación del Consenso de Washington el gran capital, se ha lanzado desesperadamente a tomar los recursos naturales de nuestros pueblos, lamentablemente el uso descontrolado del capital, que copta a veces empresas con rostro nacional, ha hecho que lo responsables últimos se vuelvan gente muy resbaladiza y esto será fundamental a la hora de pasarle la cuenta y el castigo por las impresionantes y extensas depredaciones ecosistémicas…
Lamentablemente estos ladrones modernos, que sin importar leyes, ni ética, tienen una política de tierra arrasada han contado con la complicidad de los gobiernos de turno, aceitando con sus dólares o euros, los engranajes adecuados…
El costo humano, que esto ha supuesto recorre todo el continente desde los asesinatos y bombardeos masivos de comunidades indo-afro americanas en Colombia, hasta el despojo sistemático de los mapuches en Chile, se verifica una verdadera guerra en contra de lo que los análisis de inteligencia norteamericanos califican de enemigos antisistémicos, elevados a la categoría de enemigos estratégicos de la libre circulación de capitales, ellos son las Naciones Indoamericanas, librándose a veces con la complicidad de las fuerzas armadas de algunos países como Colombia y Perú o con las fuerzas policiales como Panamá y Chile, que usando métodos inhumanos, despojan de sus tierras, de su identidad y muchas veces de su libertad y su vida, a estas naciones indoamericanas, para que el gran capital se apodere de sus tierras y de sus riquezas…
Es tiempo no sólo de denunciar estos desmanes, que tienen un costo humano enorme, hace no mucho en la zona del Guayabal, en Colombia un bombardeo efectuado por el ejercito y por la Fuerza Aérea, en contra de una comunidad indefensa y sin arma, costo la vida de un bebe recién nacido, sus técnicas de represión se parecen mucho a una escalada genocida…si en toda Latinoamérica los movimientos sociales y populares no nos organizamos para combatir con movilizaciones continentales este verdadero genocidio, nos estaremos haciendo cómplices…
Solamente como un posible aporte, pongo sobre la mesa la siguiente idea…Un buen procedimiento puede ser el boicot internacional al consumo de algunos productos…por ejemplo… a los de esta empresa Bocas del Toro, si a eso se suman los trabajadores, con sus coordinaciones internacionales, se puede ensayar un paro general internacional contra los productos de esa empresa, algo que realmente se haría sentir…
El objetivo estratégico contemplado por las fuerzas del gran capital y la forma de nulificar a este enemigo antisistémico, que son las Naciones Indo- Afro americanas es condenarlos a quitarles su identidad y a transformarlo en parias, como han hecho con muchas naciones de los nativos indoamericanos en Norteamérica…
Pero este tema debe internacionalizarse, ya en el marco de una serie de acciones de la Organización de Naciones Unidas, tendientes a la defensa de los pueblos originarios, se ha dado un espaldarazo al tema en la misma, pero el de Panamá en concreto, como el tema Colombia en su momento, como el de otros países y naciones, en donde se efectúan acciones graves contra las naciones indoamericanas, debe ser tratado en las Naciones Unidas y debe crearse un organismo de monitoreo y el instituto de sanciones, para quienes practiquen esta política de despojo y tierra arrasada, digo más, se necesitan agilizar los mecanismos, para que una denuncia de la gravedad de los hechos de Colombia o Panamá, tenga la posibilidad de ser enjuiciada de oficio y en un proceso menos abultado en el tiempo por las Corte Interamericana de Derechos Humanos…Juicio que afecte a los Estados, así como a las empresas…
Es tiempo de restituir la justicia…Y todos podemos hacer algo para lograrlo, queremos expresar con todas la naciones indoamericanas, pero especialmente a la entrañable Nación Naso y a la particular comunidad de Boca del Toro, nuestra solidaridad, cercanía y compromiso.-
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)