A Ricardo Blázquez y Juan M. Uriarte:
Como cristiano de base afirmo que la esperanza de paz abierta por el fin de nuestra guerra civil de 1936 hubiera salido fortalecida… si los ganadores de la guerra, fascistas e Iglesia católica, reconocieran el mal que han causado a los españoles, en la guerra y la dictadura.
Y pido al Dios de los cristianos que les conceda el valor para pedir perdón a quienes han sido víctimas de sus acciones. También afirmo que la derecha y la Iglesia católica deben ofrecer a los españoles signos de distensión, de acercamiento mutuo, de diálogo y grandeza de alma, para anteponer el bien de la paz y la democracia a los intereses partidarios y terrenales. Que las enseñanzas de Jesucristo entren en el corazón de estas personas.