Repensar la iglesia desde el sur. Los obispos chilenos ¿van a la vanguardia? -- Leonardo Belderrain diócesis de Quilmes Argentina

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Para no pocos pensadores chilenos se comenta que hace 50 años no se publicaba un documento tan progresista. Se decía . ?Fueron tiempos de verdadera sequía doctrinal y de orfandad pastoral. Muchos habían perdido la esperanza y se había producido, lo que se ha llamado un «cisma silencioso». Los mismos obispos reconocen. «A nadie se le
oculta que, por nuestras faltas, la iglesia ha perdido credibilidad».
Las encuestas así lo demuestran. En 1995 la confianza en la iglesia llegaba al 80%, en 2011 al 38% y en 2012 bajo aún más.

Laicos chilenos comentan:

1. Se pide perdón: Estábamos acostumbrados a un estilo autoritario y casi prepotente. Ahora escuchamos decir; «Nosotros somos los primeros que debemos ser evangelizados»; «Debemos asumir el llamado a una profunda conversión». A los que antes se descalificaba y a veces se les condenaba, ahora se les dice humildemente; «Quienes se han sentido ofendidos pueden ayudarnos a hacer el camino del
reencuentros». Ojalá que cada obispo en su Diócesis y cada sacerdote adopten e incorporen una actitud parecida.

2. Un nuevo estilo para hablar; Los documentos episcopales hablaban»ex cathedra», desde arriba, desde la verdad absoluta. Ahora los obispos asumen este momento como un llamado «a una profunda conversión».
También dicen que «para ser fieles al evangelio se sienten llamados «a escuchar el clamor de nuestro pueblo expresado en los movimientos sociales». Una iglesia que escucha, que acoge, que es misericordiosa, que aprende es la iglesia de Jesús. Se recuerda una reflexión de San Agustín. «Cuando la necesidad nos obliga a reprender a alguno, preguntémonos si nosotros no hemos cometido la misma falta, y tengamos
en cuenta que somos hombres y la hemos podido cometer. O quizás la tuvimos y ya no la tenemos, y entonces acordémonos de nuestra común fragilidad, para que la corrección preceda no el odio, sino la misericordia.

Y si tenemos conciencia de vernos sumergidos en el mismo vicio, no se lo echemos en
cara, sino lloremos con él, y mutuamente invitémonos al arrepentimiento».

3. Conversión y cambios de estructuras; Hay un hermoso párrafo que conviene recordar; «Pero no solo debemos revisar nuestros comportamientos personales sino también las estructuras de nuestra iglesia, el modo de ejercer nuestro sacerdocio, las formas de participación, el lugar otorgado a los laicos y en especial a la
mujer». En otro lugar, añaden; «Se hace necesario adecuar nuestras celebraciones litúrgicas y nuestras formas de piedad». A este respecto, como laicos y laicas, queremos decir a nuestros obispos que hay un profundo descontento con las misas de los domingos en las parroquias. La reforma litúrgica del Vaticano II se detuvo hace tiempo y las actuales celebraciones son monótonas y rutinarias.

Tampoco estamos conformes con la homilía de algunos sacerdotes. Algunos no se
preparan, no relacionan el Evangelio con la vida y los pastores, a veces, dan la impresión de estar cansados y agobiados.

4. Aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia; Junto con los puntos anteriores queremos valorizar algunos temas que están en el capítulo IV de «Evangelizar la Cultura» y que según el texto «constituyen lo esencial de esta Carta pastoral».
a) Dignidad de la persona humana. La carta nos dice que Jesús nos ayuda a entender esta dignidad. Esta visión nos invita también a volvernos respetuosamente hacia nuestros hermanos de los pueblos originarios de nuestra patria. Ellos tienen derecho a expresar, desde su perspectiva, el mensaje de amor, respeto, igualdad y paz que ofrece el Evangelio. Hagamos nuestras sus demandas justas que exigen reparar siglos de marginación e injusticia.

Seamos cuidadosos para corregir nuestras propias faltas del pasado, de modo que jamás el cristianismo pueda aparecer como una fe que se les impone por la fuerza sin
respetar sus culturas. El Evangelio debe enriquecerse con sus mejores tradiciones y procurar encarnarse en ellas como lo haría Jesucristo.

b) La importancia de una familia. Respecto a este tema, nos permitimos decir una palabra iluminada por nuestra propia praxis comunitaria. Hoy día existen diversos tipos de familia. Vemos que los cristianos de hoy son; casados, divorciados, separados, aislados u homosexuales, cada uno vive intensamente esta búsqueda, un poco al margen del discurso eclesiástico. Los cristianos callan sus vivencias personales y dejan al clero predicar en el desierto. Pensamos que de esta manera no se llegará a testimoniar el Evangelio como nos pide la Iglesia.

c) La sexualidad. Realmente nos sorprende la manera positiva como se habla de este tema en la Carta pastoral. Contrasta con las prohibiciones de documentos pasados. También los obispos dicen; «Nos preocupa también que muchos perciban nuestro mensaje actual como una moral de prohibiciones». Aquí, nuestra Iglesia y todos nosotros
tenemos que recapacitar sobre cómo hemos construido culturalmente lo referente a la sexualidad humana. El personal consagrado y el laicado tenemos mucho que aprender de la historia de restricciones que ha mantenido nuestra Iglesia desde S. Agustín para adelante.

Nos llama a la atención la falta de formación de los sacerdotes en relación a la
sexualidad. También nos preocupa que al analizar las causas de los errores y abusos nunca se menciona la posibilidad de introducir el celibato optativo. Nos asiste la convicción de que esta crítica ?sana y respetuosa- puede ayudarnos a sanar nuestras heridas profundas e incomprensiones diversas con la sociedad actual.

d) La educación. Digno de valorar es el acápite que los pastores dedican a la situación de la educación en Chile y que los estudiantes tan valiente y dignamente han denunciado. Dicen los obispos en relación a los «hechos que nos interpelan»;
«En este contexto social, el «lucro» desregulado, que adquiere connotaciones de usura, aparece como la raíz misma de la iniquidad, de la voracidad, del abuso, de la corrupción y en cierto modo del desgobierno».

e) El sentido del pobre. En una cultura donde se nos valora por las competencias y el dinero, el cristianismo nos enseña, aunque no siempre hayamos sido fieles a lo que profesamos, a defender la dignidad humana sin condiciones. Eso nos obliga a integrar al marginado, a cuidar del enfermo y a darle valor al desvalido porque
ellos son plenamente seres humanos.

Por eso se nos invita a tener una proximidad real con el pobre, y proponer un humanismo que no lo margine, no lo explote, que respete su dignidad y sus derechos. Precisamente porque el pobre no basa su existencia ni en la riqueza, ni en sus saberes, ni en sus títulos académicos ni en su abolengo, en él se manifiesta más puramente la dignidad del ser humano como ser humano.

5. Críticas al modelo económico y cultural neoliberal; La parte más novedosa, crítica y valiente de la pastoral es su juicio severo sobre la situación de desigualdad que reina en el país, producto de las estructuras económicas, políticas y sociales. Es una palabra que critica a este modelo porque castiga con mayor severidad a los más pobres y postergados de nuestra sociedad. Los obispos dicen
textualmente; «Este modelo ha privilegiado de manera descompensada la centralidad del mercado, extendiéndola a todos los niveles de la vida personal y social?? Se ha pretendido corregir el mercado con bonos y ayudas directas descuidando la justicia y equidad en los sueldos?? Hoy escandalosamente hay en nuestro país muchos que trabajan y, sin embargo, son pobres».

6. Conclusión: La iglesia debe resituarse. La Carta trata, al final del texto, «Nuestra fidelidad a Jesús y nuestro contacto con la cultura actual». A mi gusto el documento propende a cambiar la forma aunque hable de conversión. Busca interactuar con los poderosos y con los pobres pero lo hace desde la gente decepcionada con el magisterio.

No ve la sombra de la iglesia. para mí La Iglesia chilena saca un comunicado muy sustancioso en contenidos varios. Nos preguntamos si ese comentario progresista, comprometido, de actualización histórica, constituye realmente una conversión profunda o sólo cambia una apariencia, un síntoma. (A mi gusto el documento propende a cambiar la forma aunque hable de conversión. Busca interactuar con los poderosos
y con los pobres pero lo hace desde la gente decepcionada con el magisterio). En general el ser humano proyecta, en un mal anónimo que existe en el mundo exterior, todas las manifestaciones que salen de su sombra, porque tiene miedo de encontrar en sí mismo la verdadera fuente de toda desgracia. Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra que es la suma de todo lo que él no quiere, pero debe ocuparse
en forma muy especial de estos aspectos, pues al rechazar en su interior un principio determinado, cada vez que lo encuentre en el mundo exterior desencadenará en él una reacción de repudio.

Sumado a esto, la sombra está expuesta a contagios colectivos, debido a que el
individuo es seducido por el anonimato del grupo y se deja llevar por la masa desenfrenada, en esta masa anónima, la personalidad puede expresar lo reprimido o sus aspectos no reconocidos bajo el amparo y aprobación del grupo. Con un criterio similar, simétrico pero de signo diferente, me pregunto:¿Cuántas veces un avance teórico hacia la luz, lo ha convencido a uno que realmente está en la luz? ¿Cuántas
veces pensando en el Espíritu uno realmente se creyó lleno del Espíritu?

Fundamentalmente no creo que haya mucha diferencia.
Descubrir la luz o la sombra que hay afuera sin darse cuenta que es proyección de la mía. Y, también, porqué no, sentir que proyecto luz o sombra, en lugar de provilegiar el abrir mis puertas a la luz que viene de afuera. (de la sociedad, de las comunidades. Lo contrario de mi individualismo). Pero a lo que apunta esta reflexión es a darnos cuenta que cuando concebimos ideas de luz, no hemos logrado nada más que eso. Ideas. Desde mi perspectiva la iglesia es luz ya donde hay
comunidad de vida real y donde se integra y admite la sombra de autoritarismo machismo insolidaridad, pensamiento no dialógico, miedo a expresarse del afuera y el adentro. la iglesia se reinventa (eclesiogénesis) cuando se instala como iglesia orgánica, cuando hay comunidades que comparten su dinero y sus experiencias espirituales.

Esa iglesia tiene que presentar su luz y su sombra, para encarnar la primera, para elaborar la segunda. En diálogo comunitario, en apoyo de los más necesitados, no sólo económicamente sino también desde su necesidad intelectual, capacidad de desenvolvimiento en diferentes aspectos, discapacidades, etc. Toda luz que no puede desarrollarse en acto puede ser inspiradora pero no constituye lo deseable. Toda luz
necesita su desarrollo. Es como suponer que la murga de nuestra catequesis es suficiente sin el baile del obispo a su ritmo. Estas características no reconocidas en uno, a menudo se perciben en los demás a través del mecanismo de proyección, el cual consiste en observar las propias tendencias inconscientes en otras personas.

Debido a la dificultad de reconocer y aceptar nuestra propia sombra, este mecanismo de proyección es una de las formas más recurrentes y negativas de no trabajar los propios defectos y adjudicar éstos sólo a los demás.

Enfrentarse a la sombra contempla trabajar e integrar ambos lados: aquellas cualidades y actividades de las cuales uno no se enorgullece, y nuevas posibilidades que uno nunca supo que estaban ahí. Cuando aprendemos a reconocer nuestra sombra y a vivirla un poco más, nos volvemos más accesibles, naturales, y humanos, nos integra al grupo y dejamos de estar sobre él, para ser humanos entre humanos en una
relación natural.

Desde mi perspectiva la iglesia es luz ya donde hay comunidad de vida real y donde se integra y admite la sombra de autoritarismo machismo insolidaridad, pensamiento no dialógico, miedo a expresarse del afuera y el adentro.

La sombra no es el corazón de la iglesia, ni lo más importante : la iglesia se reinventa (eclesiogénesis) cuando se instala como iglesia orgánica, cuando hay comunidades que comparten su dinero y sus experiencias espirituales. Allí importa que haya Jesús en medio Poco importa que sea cuatro o cuatro mil hay iglesia si hay comunión. Es El, si esta el que licua e integra la sombra y produce la (koinonia) y
servicio a los últimos (diaconía). Si la iglesia solo se concentra en su sombra por ejemplo su autoritarismo no ve su nacimiento ni busca su imitación María y los apóstoles en Pentecostés icono de la iglesia del futuro y de la autentica integración de todos (yan y yin).

Ayer le pregunté a un anciano cuáles habían sido los momentos más fuertes que vivió del espíritu en la capilla. Me dijo: cuando vi bailando a los chicos de la catequesis con el obispo en la misa.
Habíamos preparado la entrada para que el obispo entrara por la entrada principal y entró después que estacionó en el último lugar.
El otro momento especial fue el bautismo de Toto un chico de orfanato victima de violencia de sus padres (un ojo pinchado y brazos quebrados) y que adoptaron una pareja de lesbianas realmente extraordinaria. Todos llorábamos; el mismo Jesús del obispo se respiraba en aquella Liturgia.

La iglesia se renueva no solo con los cambios de lenguaje sino cuando puede reproducir la experiencia original del cristianismo: Jesús en medio incluyendo al que estaba lejos. La nueva evangelización dependerá de que se sigan formando aquellas iglesia orgánicas que comparten bienes materiales y el sueño de Jesús que todos seamos uno.

En el sur muchas comunidades de base y capillas están tomando ese mensaje. Ayudará que en el futuro el papa comparta poder y dinero con una mujer, pero es importante que esto esté pasando en la base y que el disfrute contagie. No se cambia un talante misógino o machista de siglos por decreto.