InicioRevista de prensaespiritualidadReavivar fe y reinterpretar creencias 5: reescribir el credo##Juan Masiá Clavel, teólogo

Reavivar fe y reinterpretar creencias 5: reescribir el credo -- Juan Masiá Clavel, teólogo

Publicado en

La Comunidad

(Reproduzco en estos 8 posts extractos del epílogo de TEOLOGÍAS EN ENTREDICHO, publicación que recoge las ponencias de la Escuela de Teología K. Rhaner-H.U. Von Balthasar, organizada por la UIMP, sede de Santander, en agosto 2011)
Reescribir las profesiones de fe

La tercera propuesta es renunciar a la inmovilidad de una única formulación de la profesión de fe. Un ejemplo: el experimento realizado al final de su ponencia por Enrique Martínez Lozano, que parafrasea el credo para reescribirlo desde la apropiación personal y actual de su fe. También pueden servir de referencia los esfuerzos por consensuar expresiones de vivencias de espiritualidad aceptables en común por la diversidad de confesionalidades implicadas en su formulación. He experimentado un ejemplo de este intento en el marco de una convivencia interreligiosa y plural, en la que se ejercitaron sus participantes en reescribir la oración del Padre nuestro.

“Creer, vivir y convivir” era el lema de una Jornada de meditación para el profesorado de un colegio en Himeiji (Japón): una tercera parte budista, una mayoría sin afiliación religiosa y una minoría católica. Se buscaban convergencias compartibles por un grupo tan plural. Tras las aportaciones personales y de pequeños grupos, se elaboró en común una meditación firmable por cada participante, poniendo en dos columnas el “Padre Nuestro” cristiano y la paráfrasis confeccionada por el grupo interreligioso y plural. El resultado fue la paráfrasis siguiente:

Oración desde la vida a la Vida

Fuente de la Vida, que estás en la vida, que estás en mi vida, que estás en todas partes, vivificándolo todo.

Que nos demos cuenta de que ya ha llegado el Reinado de la Vida y que lo construyamos, vivificándonos mutuamente, que nos demos vida unos/as a otros/as y demos en todo un sí a la Vida.

Que recibamos fuerza de vivir, fortaleza de cuerpo y espíritu con pan de vida y esperanza

Que nos capacitemos para convivir en reconciliación, recibiendo y dando perdón. Que nos capacitemos para convivir con las personas más desfavorecidas, con quienes son diferentes y con quienes nos muestran enemistad.

Que seamos liberados de todo mal: del mal en nuestro interior y del mal que vulnera las relaciones humanas. Que de fruto el trabajo por la liberación del mal social.

No es más que una muestra, de la que ni siquiera se puede afirmar que sea un logro recomendable. Valga para ejemplificar que la necesidad de rehacer continuamente el lenguaje se aplica también a las profesiones de fe:

“Los credos, escribe Roger Haight, son formas breves de expresar las creencias de la comunidad, sumarios de lo que se halla más elaboradamente contenido en los escritos cristianos. Mediante la definición de las creencias, los credos juegan un papel múltiple en la instrucción y en la iniciación en la fe, además de proporcionar normas en tiempos de conflicto. Los credos tuvieron un desarrollo; fueron engendrados a partir de la reflexión continua sobre la experiencia de fe de la comunidad orientada hacia la persona y el mensaje de Jesús. Por tanto los credos tienen una historia en el seno de la comunidad y han evolucionado desde formas embriónicas hasta otras de lenguage más estandardizado. Como las escrituras cristianas, están centrados en Jesús como el Cristo y expresan la fe centrada en Dios y mediada a través de Jesús” (Roger Haight, Christian community in history. Historical Ecclesiology, Continuum, New Yor, 2004, vol. 1, pp. 103-104 ).

Calcedonia reescribe Nicea, Trento relee Constantinopla y Vaticano II reinterpreta a Vaticano I. La historia de la evolución de las creencias no ha concluído. (Joseph Kelly, The Ecumenical Councils of the Catholic Church. A History, Liturgical Press, Collegeville: Minnesota, 2009. John O’Malley, Vatican II. Did Anything Happened, Continuum, N. York, 2007; What happened at Vatican II, Harvard Univ. Press, 2008). Otra cuestión es si la teología romana oficial va a favorecer o a frenar esta evolución necesaria para la transformación de la teología actualmente en entredicho. Tendría para ello que tomar en serio los retos del pluralismo religioso y dejarse cambiar. No parece fácil, de momento, aunque la teología debería estar preparada para ello si prosiguiera avanzando en la línea de la renovación y revisión hermenéutica llevada a cabo en la segunda mitad del siglo pasado. Pero pronunciamientos en documentos oficiales del magisterio eclesiástico como, por ejemplo, la declaración Dominus Jesus (firmada por el entonces cardenal Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe el 30 de Junio del 2000), más bien frenan los esfuerzos hacia la fecundación y transformación mutua interreligiosa. Quizás haya que aguardar unas décadas hasta que llegue un nuevo cambio de paradigma en la teología católica que permita continuar la apertura al diálogo iniciada en los días del Concilio Vaticano II.

Las dificultades que todavía no supera la teología católica a la hora de tomar en serio los retos antes mencionados, se pueden enumerar brevemente así:

1. La teología católica, en las formulaciones del magisterio eclesiástico oficial, por su síndrome de miedo al relativismo, tiene dificultad para relativizar todo lenguaje religioso. Sin embargo, debería ser capaz de ello si fuera consecuente con el estilo y sentido del discurso en parábolas de Jesús, por ejemplo,: “Quien tenga oídos para entender que escuche” (Mc 4 y Mt 13 ).

2. La teología católica, en las formulaciones del magisterio eclesiástico oficial, por no acabar de librarse de la pretensión exclusivista de monopolio de la verdad, tiene dificultad para asumir la espiritualidad del vehículo único. Sin embargo, debería ser capaz de ello si fuera consecuente con la enseñanza de que, a lo largo de la historia, el Espíritu conduce hacia la totalidad de la verdad (Jn 16,13), una totalidad que todavía ella no tiene ni puede monopolizar.

3. La teología católica, por su tendencia a la autojustificación y su resistencia a la autocrítica, tiene dificultad en reconocer que también la iglesia católica ha traicionado el mensaje de no-violencia de Jesús y ha hecho el juego a las fuerzas de opresión social. Sin embargo, debería estar preparada para asumir una teología de la liberación que fuera auténtica liberación de la misma teología. Lo haría por fidelidad a la enseñanza evangélica: “los jefes de las naciones dominan e imponen su autoridad. No así entre vosotros” (Mc 10,42-43).

Últimos artículos

Abusos espirituales de poder y abusos sexuales -- Juan José Tamayo, teólogo

El Blog de Juan José Tamayo Ante el encuentro de los obispos españoles con el...

Cancelado el viaje del Papa a Dubái a petición de los médicos -- Salvatore Cernuzio

Vatican News Francisco se encuentra en estado gripal desde el sábado con una inflamación de...

Tras cinco horas de reunión, el Papa evita cualquier reprimenda pública a los obispos españoles -- Jesús Bastante

eldiario “Ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas”, asegura el presidente...

Noticias similares

Abusos espirituales de poder y abusos sexuales -- Juan José Tamayo, teólogo

El Blog de Juan José Tamayo Ante el encuentro de los obispos españoles con el...

Cancelado el viaje del Papa a Dubái a petición de los médicos -- Salvatore Cernuzio

Vatican News Francisco se encuentra en estado gripal desde el sábado con una inflamación de...

Tras cinco horas de reunión, el Papa evita cualquier reprimenda pública a los obispos españoles -- Jesús Bastante

eldiario “Ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas”, asegura el presidente...