R.D.Congo. Alfabetización concienciadora en la Diócesis de Kabinda -- Arlette Muswamba

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Umoya

«Una casa donde no hay mujer es una casa sin vida»
Después de haber seguido una formación sobre la Alfabetización Concienciadora en mayo de 2007, volví a nuestra Diócesis de Kabinda, una ciudad situada a 250 Km. de Mbuji-Mayi, en la Provincia de Kasai Oriental de la República Democrática del Congo.

En cuanto llegué empecé la sensibilización de las mujeres para la alfabetización, explicando el bien fundado de esta formación, que no es otro que el despertar de la conciencia que nos debe llevar a compromisos concretos para el desarrollo del medio donde vivimos. Cuando las mujeres se dieron cuenta de que no había dinero por medio, sino mucho trabajo, no querían seguir la formación. No me desanimé por este rechazo y me vino la idea de ir a otro sitio, a aldeas lejanas de la ciudad.

El primer viaje fue a Buanga y Lukombe, pueblos situados a 110 y 60 Km. de Kabinda. Lukombe está en un rincón apartado, donde todavía la mujer está muy sometida al marido. Al día siguiente de mi llegada estuve hablando con una decena de mujeres de las que la mayoría no tenían permiso del marido para venir a la reunión. El tema de la primera charla fue ?la dignidad y la vocación de la mujer?? en la que pusimos un acento particular en el rol que la mujer tiene en la familia, en la sociedad y en el país.

Siguieron los trabajos en grupo en los que las mujeres tenían que reflexionar sobre cantos, proverbios y adagios de la cultura Songye que hace elogios de la mujer. Sacaron uno que movilizó a todo el pueblo: ?nshibo ishi mukashi ngnifue??, cuya traducción literal sería: ?una casa donde no hay mujer es una casa sin vida, muerta??, lo contrario es que cuando la mujer está presente, en la casa hay vida, ella hace vivir a la familia, incluso con riesgo de su vida, y todo lo hace con alegría.

Conscientes de este rol primordial que deben tener y tienen en sus hogares, las mujeres propagaron la noticia por todo el pueblo. El Jefe del pueblo también colaboró pues en cuanto recibió la noticia, rápidamente dio la orden a los notables de pasar un mensaje a todas las mujeres en estos términos: ?mañana, a partir de las 9:30, hora de la charla, ninguna mujer debe estar en el campo, ni en la fuente, ni en casa (salvo en caso de enfermedad), sino en la parroquia donde tendrá lugar la charla??. A las 9:30, la iglesia estaba llena, algunas vinieron de hasta 45 Km.

El segundo día analizamos los proverbios y cantos que reducen a la mujer a esclava y objeto de placer del hombre. Y al final de un agitado debate sobre esos proverbios, 18 mujeres se ofrecieron a seguir la formación para ser a su vez formadoras de otras mujeres que no saben leer ni escribir.
En Buanga, un medio más abierto, me esperaban muchas mujeres de todas las confesiones religiosas del lugar. En el momento del análisis crítico de los proverbios que elogian a la mujer, corearon también el mismo proverbio que en Lukombe. Siguieron otras charlas sobre la concienciación y 20 mujeres se ofrecieron para dar clase a mujeres analfabetas después de la preparación adecuada.

Las mujeres que iban a aprender a leer y escribir, dijeron espontáneamente que en signo de agradecimiento compartirían con las monitoras el fruto de su trabajo: un vaso de arroz, una botella de aceite, una medida de cacahuetes, de alubias, maíz, mandioca??
En una lección modelo, las mujeres no tenían ni bolígrafo, ni cuaderno, ni lápiz para escribir. Y cuando la monitora les explicaba la manera de escribir la letra ?a?? se pusieron a escribir en el suelo y le invitaban a que fuera a ver sus hazañas??

Es pues, con este rico proverbio de la cultura Songye: ?Shibo ishi mukashi ngifue?? que exalta a la mujer, que lanzamos la Alfabetización Concienciadora en nuestra Diócesis de Kabinda. Si falta la mujer, la casa está muerta. Gracias a la toma de conciencia de su dignidad y de la tarea a realizar en la familia y en la sociedad, muchas escamas han caído de los ojos de las mujeres y se apuntan sin dificultad a las clases. En un año hemos logrado llegar a 8 aldeas y formar a 40 monitoras y 5 monitores que se encargan de las clases de alfabetización.

Kabinda – Kasai Oriental