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Fuente: Observatorio eclesial
En el naufragio de un cayuco el pasado 28 de septiembre en la isla de El Hierro (Islas Canarias. España) fallecieron 57 personas. Puede ser la mayor tragedia migratoria sucedida en Canarias en los 30 años de llegadas de inmigrantes a las islas. Esta y otras tragedias que siguen produciéndose a diario son las que han generado la reflexión que comparto a continuación.
Escribe el politólogo Tzvetan Todorov: El miedo a los bárbaros es lo que amenaza con convertirnos en bárbaros. Y el mal que haremos será mayor que el que teníamos al principio. La historia nos lo enseña: el reme-
dio puede ser peor que la enfermedad [??]. El miedo se convierte en peligro para quienes lo sienten, y por ello no hay que permitir que desempeñe el papel de pasión dominante. Es incluso la principal justificación de com-
portamientos a menudo calificados de ?inhumanos?? [1].
Yo diría más: no es que el miedo amenace con convertirnos en bárbaros, sino que realmente nos torna bárbaros. Se invierte así el binomio barbarie-civilización, que consideraba ?bárbaros? a los de fuera y ?civilizados? a
los europeos.
¡Hoy los bárbaros somos nosotros! Ahora el grito ?¡que vienen los bárbaros!? pueden pronunciarlo referido a nosotros las personas migrantes, refugiadas y desplazadas que vienen a nuestros países en busca de mejores condiciones de vida y se encuentran con la muerte en las aguas del Mediterráneo.
Y con razón, a la vista de nuestros comportamientos
tan xenófobos y poco o nada humanitarios y de que Europa no tiene voluntad de evitar las muertes del Mediterráneo. ?África pone los muertos y las empresas europeas rentabilizan el control migratorio?, declaró en su
día ante tragedias como las de El Hierro la activista Helena Maleno, presidenta de la Asociación Caminando Fronteras.
Solo reconociendo que los bárbaros somos nosotros,
no ellos, podrá convertirse nuestra mentalidad eurocén-
trica insensible al sufrimiento eco-humano de los otros,
de las otras y de la naturaleza, en mentalidad solidaria,
compasiva y ecológica, y nuestra conciencia tranquila y
acomodada de personas satisfechas se convertirá en
conciencia crítica, autocrítica y abierta a los otros, a las
otras, a la naturaleza.
Solo convirtiendo las aguas del Mediterráneo en aguas
de vida para las personas y los pueblos de la orilla Sur,
puede hablarse de vida para todas las personas. En
caso contrario, las muertes en el Mediterráneo serán
también la muerte de Europa, nuestra propia muerte, y
nosotros seremos sus directos responsables y nos es-
taremos haciendo el harakiri.
Me viene ahora a la memoria la máxima solidaria de la
filosofía africana Ubuntu en positivo: ?Yo sólo soy si tú
también eres? y en negativo: ?Yo no soy si tú tampoco
eres?. He expuesto esta filosofía en mi reciente libro
Teologías del Sur.
El giro descolonizador (Trotta, Madrid, 2ª ed., 2024),
bajo la inspiración del arzobispo anglicano Desmond
Tutu, que la aplicó en la lucha contra el régimen de
apartheid y durante su presidencia de la Comisión para
la Verdad y la Reconciliación creada por el presidente
Nelson Mandela, quien también puso en práctica dicha
filosofía durante su presidencia de la República Sud-
africana de 1994 a 1999. Ese es uno de sus mejores
legados.
¡Sí, nosotros somos los bárbaros! Para liberarnos de
nuestra barbarie tenemos que empezar a trabajar por la
utopía de un mundo intercultural, interreligioso, interét-
nico, interreligioso, sin fronteras, donde quepamos to-
dos los seres humanos y la naturaleza, un mundo que
reconozca, respete y acoja la pluralidad de identidades
culturales, religiosas, étnicas, sexuales, sin discrimina-
ciones ni jerarquías, como un hecho, un derecho y una
riqueza a fomentar -sin que desemboquen en desigual-
dades-, y promueva el diálogo y el encuentro enrique-
cedores entre ellas.
Las muertes trágicas de El Hierro no serán desgracia-
damente las últimas, mientras no se creen corredores
humanitarios para una inmigración, un refugio y un
desplazamiento seguros. Estas tragedias han pasado
del escenario de las antiguas tragedias griegas a las
aguas del Mediterráneo. Aquellas eran una representa-
ción teatral, una ficción, en fin. Las vividas hoy en el
Mediterráneo son reales. Hammid Alizadeh las califica,
creo que razón, de ?crímenes del capitalismo?.
Entre las personas más vulnerables en la inmigración
se encuentran los niños, las niñas, las mujeres, las per-
sonas LGTBIQ, sometidas a todo tipo de vejaciones: acoso sexual, agresiones físicas, trata de personas, tráfico de órganos, trabajos forzados, prostitución, violencia de género, etc.
¿Podían haberse evitado estas muertes, pueden evitar-
se en el futuro? Creo que sí. ¿Cómo?
– Obligando a los gobiernos a cumplir los protocolos internacionales en materia de acogida de las personas inmigrantes y refugiadas.
– Abriendo rutas seguras de migraciones que les impidan caer en las redes extorsionadoras de las mafias, que trafican con seres humanos.
– Apoyando a las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno, y no demonizándolas o condenándolas.
– Con políticas de apoyo al desarrollo en los países de
origen, en vez de apropiarnos de sus riquezas natura-
les.
– Fomentando el diálogo intercultural, interreligioso e
interétnico.
– No construyendo armas mortíferas, ni participando en
el negocio de venta de armas a países que las utilizan
para apoyar al terrorismo y a los gobiernos dictatoriales.
– Combatiendo la xenofobia, el racismo institucional, la
violencia de género, la homofobia y luchando contra las
brechas, cada vez más profundas, de la desigualdad.
– Negando legitimidad a gobernantes corruptos y autó-
cratas e imponiéndoles sanciones.
Estas tragedias, que podrían y deberían evitarse con
una política de hospitalidad y de acogida, niegan la su-
puesta superioridad civilizatoria de Europa y ¡nos con-
vierte en bárbaros!
Nota:
[1] Tzvetan Todorov, El miedo a los bárbaros. Más allá
del choque de civilizaciones, Galaxia Gutenberg, Barce-
lona, 2014, pp. 18 y 17. Todorov nació en Sofía, Bulga-
ria, en1939 y desde 1963 residió en París.
En 2008 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cien-
cias Sociales porque, a juicio del jurado, ?representa en
este momento el espíritu de unidad de Europa, del Este
y del Oeste, y el compromiso con los ideales de liber-
tad, igualdad, integración y justicia?. Falleció en febrero
de 2017.
(amerindiaenlared.org) 18/11/2024