Una madre del brazo es privilegiada forma de revivir sin premura San Sebastián, de exprimirla hondos recuerdos, de explorar gratas novedades. El andamiaje exterior y los grandes toldos que esconden nuestra catedral no restaban un ápice de su original belleza interior. El soleado domingo se preocupó de encender para la hora todas las alargadas cristaleras. El órgano gigante añadía la restante solemnidad. San Martín no dolía. El caos de la gran arteria urbana abierta en canal quedaba lejos. ··· Ver noticia ···
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