Después de quince meses de pandemia, la ?oficial??, ha llegado una vez más el solsticio de verano. Y es que, por mucho que se empeñen los unos y los otros, los de aquí y los de allá, los de arriba y los de abajo, el ciclo vital es imparable; a pesar, desgraciadamente, de que a unos cuantos les gustaría dominarlo, controlarlo y doblegarlo a su antojo, sin ningún otro tipo de ley que la fuerza y la sinrazón. Cogido de la mano del solsticio ha llegado también San Juan, el santo con el que la Iglesia pretendió cristianizar desde muy pronto dicha efemérides, por si en ella pudiera haber algún resquicio de mundanidad y de paganismo. ··· Ver noticia ···
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