Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad. José Martí
Montevideo, 3 de marzo de 2010.-
Todavía recuerdo un encuentro de Laicos del Cono Sur, organizado por el CELAM, en Buenos Aires, allí acudimos delegaciones de Argentina (locataria), de Uruguay, Paraguay y Chile??,. En ese encuentro recuerdo que hubo que sostener un dialogo muy creativo para que se pudiera cambiar el orden del día y cada delegación pudiera exponer su realidad??
Allí estuvimos la delegación Uruguaya encabezada por el querido Mons. Parteli y el entrañable Pablito Bonavia??Y en ella, nos viene ahora la memoria que la delegación Chilena había sufrido por esos años una catástrofe natural, y la delegación después de contar sus peripecias a través de su legendaria vicaria de la solidaridad, luchando por salvaguardar la vida en aquella sanguinaria dictadura de Pinochet??y en al final de la exposición hablando de esa catástrofe que había castigado al querible pueblo Chileno, hicieron un largo silencio y uno de ellos DIJO EN VOZ BAJA Y TALANTE PENSATIVO, ¿QUE QUIERE DIOS DE NOSOTROS???
La primera cosa, que recuerdo que ante la realidad de tanto Chileno asesinado por la dictadura de Pinochet, la sumatoria de esa catástrofe natural pegaban con puñetazo duro??tomaba la dimensión de una impresionante desgracia, que nos acongojo a todos, al repetir dentro de nuestros pensamiento aquel, ¿que quiere Dios de nosotros?…Es extrañamente dolorosa la coincidencia, hoy quienes han heredado la expresión política de ese régimen de Pinochet?? sean justamente quienes hoy hallan llegado al gobierno de Chile??y también que nuevamente, ese entrañable pueblo se enfrenta a una catástrofe natural, debo confesar, que no puede evitar que se me encogiera el corazón de angustia??Y si bien los avatares políticos NO TIENE NADA QUE VER CON EL TERREMOTO, nos puede dar una pista de por donde Dios quiere que vayan??
Parece que el proyecto de Dios para el pueblo Chileno es que el mismo sea capaz de crear una convivencia que los vincule en la inclusión, en la justicia social, que posibilite a los más pobres tener una vida digna, que posibilite a los trabajadores a ser al menos explotados, que de lugar a que las naciones indoamericanas vivan dignamente dentro de las comunidades que se asientan en sus tierras ancestrales y no se les despoje de la mismas??y juntos espalda con espalda, enfrente el encrespamiento de la tierra que tiembla??
Dejando perfectamente claro que el Dios en que Jesús me-nos enseño a creer, no tiene nada que ver con ese terremoto?? ni es su voluntad que los hombres sufran, porque la GLORIA DE DIOS ES QUE EL HOMBRE VIVA * (cfr. Lc. 18,19)
Todavía hay camino que recorrer?? pero estimamos que si se unen, que si son capaces de crear corrientes de vinculaciones inclusivas, que sean capaces de entablar cambios, que posibiliten la justicia, el diálogo, el derecho de todos, especialmente los más excluidos??esto será posible, ese estimamos que es el camino de Chile, más allá de lo accidental, de un gobierno de derecha y de un terremoto, a pesar de que uno y otro más aún, pueda resultar dolorosos??Que Chile le van a entregar a sus hijos y esa tarea continua y es necesario curar las heridas de este terremoto, comenzando por dar lo necesario (entre lo que esta la dignidad ), de aquellos que quedaron sin nada??Chile no podrá (y esto es valido para Chile y para el mundo entero), crecer como comunidad humana, mientras halla parte del pueblo condenado a la indefensión y a no tener ni casa, ni trabajo, ni salud??
Tal vez de lo que se trata es del gesto que muchos tuvieron en medio de este terremoto, de conmocionarse por la situación del otro, de compartir Pan y Agua??y lucha común??Tal vez ese es lo QUE DIOS QUIERE??recobrando el gesto fraternal del Araucano ancestral, la vieja sabiduría de Plato Común??
Sepan que estas dolorosas circunstancias que golpeo a los Chilenos?? También nos golpeo a todos los latinoamericanos??y me atrevo a decir que todos queremos hacer posible esa refundada vinculación solidaria que haga que las personas, los seres humanos, los pueblos seamos más importante que la propiedad privada y las cosas??Y que al caminar al lado del hermano pueblo Chileno, todos nos hagamos un poco mejores, más solidarios y fraternos y tal vez por ahí, descubramos que DIOS TAMBIEN QUIERE PARA LA CREATURA HUMANA, RECOBRAR UNA VINCULACI?N ANTIGUA Y SOLIDARIA QUE NOS HABLA DEL PAN, LOS SUE?OS Y LA LUCHA COMPARTIDA??DESDE LOS PUEBLOS MÁS ALLÁ DE QUIENES NOS GOBIERNEN??(Cfr. Is 25,6-9)
Y TAL VEZ DESDE SU DOLOROSA HORA EL PUEBLO CHILENO, NOS AYUDE A TODOS A SER MEJORES Y A DESCUBRIRNOS QUE EN REALIDAD SOMO PARTE DE UN INMENSO PUEBLO MULTICOLOR, QUE COMPARTE EL SUFRIMIENTO Y LA TRISTEZA DE LA HORA, PERO TAMBI?N EL GESTO FRATERNAL Y LOS SUE?OS DE UNA PATRIA UNIDA, PLURAL Y LIBERADA??(cfr. Is. 61,11)
* Del tratado de san Ireneo, obispo, contra las herejías
Libro 4, 20,5-7
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)