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Comenzamos el Adviento como preparación para la Navidad: El Adviento responde al anuncio que hicieron los grandes profetas de Israel de la llegada de un Mesías Libertador.
Nuestras Eucaristías, Predicaciones y Teologías ¿están entrando en el escenario del drama y el sufrimiento humano y el del planeta para denunciar las injusticias y a los injustos que las causan, y levantar la voz a favor de las víctimas, no de forma caritativa, sino solidaria y comprometida, incluso subversiva, para rehabilitar al ser Humano y al Planeta que lo sostiene en su dignidad y así garantizar el futuro de ambos?
1º.-Los profetas denuncian las grades injusticias que sufre el pueblo de parte
de los gobernantes, a los que les pide que cambien. Así Isaías escribe: “Oíd una
palabra de Dios: “Me tapo los ojos para no veros, aunque recéis y recéis no oigo,
porque vuestras manos están de sangre llenas, lavaos, limpiaos, quitad vuestras
fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal, aprended a hacer el bien,
buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano…”lo robado
al pobre tenéis en vuestras casas, pero no os importa. Machacáis a mi pueblo y
moléis el rostro de los pobres”. “¡Ay de los que juntáis casa con casa, y campo a campo
anexionáis hasta ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del país! ¡Ay de los
que absuelven al malo por soborno, y quitan a los justos su derecho”.
2º.-Anuncian a un Mesías Libertador:
a) Para los hombres: “Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos
numerosos. De sus espadas forjarán azadas, y de sus lanzas podaderas. No
levantará la espada nación contra nación, ni se adiestrarán para la guerra,
porque caminarán a la luz de Dios”… porque un niño os va a nacer para
restaurar un reino de equidad y justicia,… que juzgará con justicia a los
débiles, sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra… porque la justicia
será el ceñidor de su cintura, porque nadie hará daño, nadie hará mal, porque
la tierra estará llena del conocimiento de Dios”.
“Fruto de la justicia será la paz, la equidad y la seguridad perpetua… Todo
aquel que practica la justicia y habla con rectitud, que rehúsa ganancias
fraudulentas, que se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno…,
ese habitará en las alturas, tendrá refugio seguro, se le dará pan y tendrá
agua segura”.
b) Para la creación: “El desierto y la aridez se alegrarán, la estepa florecerá
como una flor hasta lanzar gritos de júbilo, y se verá la gloria del Señor”
c) Resultado final: “Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas
vacilantes. Decid a los preocupados: ¡ánimo, no temáis!, porque llega la
recompensa de Dios, se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los
sordos se abrirán, el cojo saltará como un ciervo, la lengua del mudo cantará,
brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa, la tierra abrasada será
un estanque, el país árido un manantial de aguas…habrá alegría eterna. ¡Adiós
penar y suspiros! (Textos tomados del profeta Isaías).
3º.- Jesús el Libertador: ¿Qué hemos hecho los cristianos con este mensaje?
Leyendo los Evangelios vemos con qué fidelidad lo cumplió Jesús: “los ciegos
ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan, a los pobres se les anuncia una buena noticia, y los que tienen
hambre y sed de justicia quedarán saciados”. (Textos tomados de los Evangelios de
Mateo y Lucas).
El compromiso de Jesús fue con los hombres y mujeres, con esta tierra, con este
mundo, con la humanidad, con la justicia, la igualdad, la fraternidad, la solidaridad,
la vida, la esperanza. A Jesús no le preocupaban las ceremonias, los cultos, las
ofrendas, los lampadarios, las liturgias, las solemnidades, los templos, los ritos. A
Jesús le preocuparon las personas, y entre ellas, las más pobres, marginadas,
indefensas y necesitadas, como lo eran entonces las mujeres y las niñas y aún lo
siguen siendo hoy. Lo único por lo que nos va a preguntar Jesús al final del
camino son los hambrientos, sedientos, enfermos, desnudos, emigrantes y
encarcelados. (Mateo 25,31-46). Pero tan mal lo hemos hecho que, precisamente en
la historia de Occidente, se mantuvo en vigor la esclavitud hasta que fue
definitivamente prohibida por el papa Gregorio XVI en 1839 (J.M.Castillo, el Evangelio
Marginado, pag.53).
Contemplando el panorama del mundo actual, ¡cuán lejos estamos todavía de
aplicar en él el mensaje de Jesús!
¿Los cristianos de hoy no le estamos dejando al neoliberalismo capitalista,
caminar a sus anchas sembrando el mundo de injusticias, de robos, de engaños, de
sobornos, de corrupción, de explotación, de desigualdades, de pobres, de
expoliados; y también al pobre planeta tierra cada vez más poblado de sequedales,
de arideces, de mortandad y desaparición de especies, de intoxicación venenosa,
de languidez hacia la decadencia?
¿Qué denuncia hacemos hoy los cristianos de los opresores, de los explotadores, de
los corruptos, de los gobernantes y parlamentarios que aprueban leyes a favor de
los de arriba y en contra de los de abajo, amnistías para los ladrones y cárcel para
por pobres?
¿Está acaso la Iglesia española “hipotecada” al poder político de turno, del cual
recibe, vía IRPF, cada año más 250 millones de €, y otros privilegios como la
exención del IBI y las inmatriculaciones a su nombre de muchos miles de
inmuebles, el cobro por entrar a catedrales y museos: que todo ello supone otros
muchos millones? Qué lejos está todo esto de aquellas palabras de Jesús: “anda,
vende todo lo que tienes y dalo a los pobres”.
¿Qué liberación anunciamos hoy los cristianos a los oprimidos, los
explotados, los heridos por la vida, los desesperados, los más de 60.000
encarcelados que tenemos en España, y a los más del 26,1 % de los españoles
que están en riesgo grave de exclusión social o ya excluidos, según la tasa
AROPE, que sobrepasan los 12 millones de personas? O al 20,9% de los
asturianos que están en la misma situación? (Ver: IX Informe anual 2019 sobre el riesgo
de pobreza y exclusión’ realizado por EAPN España).
¿Qué esperanza damos a los millones de africanos que están muriendo de
hambre y sed cada día? ¿Qué esperanza hemos dado a los miles de
emigrantes ahogados en el Mediterráneo?
¿Qué esperanza damos a la Madre Tierra cada vez más pobre y enferma en los
seres vivos del Planeta?, porque más de un millón de especies animales y
vegetales se encuentran en riesgo de extinción, muchas en las próximas
décadas, pues están necesitando protección urgente al menos el 41% de los
anfibios, el 25% de los mamíferos, el 13% de las aves, el 20% de los reptiles, el
34% de los peces, el 33 % de los corales, el 25% de los mamíferos y el 30 % de las
coníferas. (Fuente: NATIONAL GEOGRAPHIC y A.EFE)
¿Qué denuncia hacemos del 10 %, que son los más ricos del planeta, y al mismo
tiempo los responsables de la gran mayoría de los gases de efecto invernadero?
“No estamos en un escenario de apartheid climático en el que los ricos pagan para
escapar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mientras que el resto
del mundo los tiene que sufrir”? “El cambio climático tendrá consecuencias
devastadoras para las personas en situación de pobreza.
Incluso en el mejor de los
casos, cientos de millones se enfrentarán a la inseguridad alimentaria, la migración
forzada, las enfermedades y la muerte. El cambio climático amenaza el futuro de
los derechos humanos y corre el riesgo de deshacer los últimos cincuenta años de
progreso en materia de desarrollo, salud mundial y reducción de la pobreza”. “El
cambio climático no sólo tendrá el mayor impacto sobre quienes viven en la
pobreza, sino que también amenaza hasta la propia democracia y los derechos
humanos. Una persona en el 1 por ciento más rico usa 175 veces más
carbono que una en el 10 por ciento más pobre”. (Informe ONU).
No estamos solo ante una emergencia climática, sino también ante una emergencia
humanitaria, que está golpeando cada vez con más fuerza al continente africano.
(Ver Proyectos de Cooperación con Ruanda y Benín, Africa, recientemente enviados).
El Papa Francisco nos ofrece una llamada muy urgente en la Encíclica “Laudato Si”
sobre la Ecología Integral: Una Encíclica muy importante e iluminadora: ¿qué
estamos haciendo de ella? ¿No deberíamos difundirla, enseñarla y practicarla
mucho más? ¿Estamos dando también una esperanza a la Madre Tierra, de la cual
dependemos todos los seres humanos?
Escuchemos el grito de los pobres, escuchemos el grito de la Tierra todos los días
practicando la Ecología Integral.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino