Un teologo tenaz y frágil ha pro-vocado el pensar a Cristo desde América Latina y en el corazón de la Iglesia, con disciplina intelectual y aliento profético. Al respecto, la Congregación de la Doctrina de la Fe ha hecho una ?notificación?? (26/11/2006) sobre errores y peligros en dos libros de Jon Sobrino. Esto es tergiversado (en medios de comunicación, y en ambientes cristianos) como si hubiera una condenación de Sobrino y de la teologia latinoamericana.
Por más de treinta años J. Sobrino ha reflexionado al Cristo del Evangelio, desde la población empobrecida y creyente. En la residencia de la universidad jesuita en el Salvador, los militares asesinaron a I. Ellacuria y a otros; como esa noche Sobrino estaba de viaje, no es hoy un mártir. Más bien, continua generando teologia, con sus limitaciones y aciertos. Su propuesta de pensar con amor (intellectus amoris) ha enriquecido el caminar eclesial. Sin embargo, Sobrino ha sido rechazado por quienes reproducen esquemas noratlánticos que influyen en organismos eclesiásticos.
En comunidades eclesiales que optan por víctimas y por vida en plenitud, ha germinado la cristología de liberación. Ella ha sido sistematizada por J.L. Segundo, L. Boff, J. Sobrino, J. Comblin, H. Etchegaray, C. Bravo, C. Mesters, R. Muñoz, A.M. Tepedino. C. Navia. Hay un modo nuevo de pensar la fe (1) y de hacer cristología desde el pobre (2). ?sta reflexión alimenta la fe del pueblo de Dios ¡y no esta condenada! Pero sí es materia de debate y discernimiento, y es corregible como cualquier obra humana.
Se trata de una cristología que pro-voca debido al desde y al con. Es un pensamiento al caminar con el Jesús del Evangelio. Lo nuevo viene desde el mensaje evangélico para el aquí y ahora. Por eso hay mayor acento en la humanidad del Señor, en el Reino de Dios, en la salvación que privilegia al de abajo, en la Pascua entendida desde los golpeados y heroicos pueblos de Centroamerica. Tal hermenéutica de liberación no es simple condescendencia hacia los desvalidos. Más bien es hecha con la población pobre, en una solidaridad teórica y concreta, a fin de hoy no existan crucificados y que la humanidad hoy resucite.
La cristología esta siendo reconstruída en América Latina por biblistas, teologos/as, indígenas, afroamericanos (3), y en Asia y Africa (4). Cabe pues dar gracias a Dios por tanta creatividad y lucidez en todo el mundo. No se trata pues de ideas peligrosas de tal o cual autor. Más bien son fecundas elaboraciones en función, ya no de élites académicas y de funcionarios de una religión, sino del caminar creyente de quienes sufren, piensan, celebran, transforman solidariamente la historia.
Ahora bien, ante la reciente censura a unos escritos de J. Sobrino, vale recordar que cada buena teologia está inserta en la Iglesia y está al servicio de la humanidad. No son ideas estáticas ni infalibles. Por eso, el Magisterio, y también el sentido de fe del pueblo creyente (sensus fidei), corrigen lo que no corresponda a la Palabra de Dios y al peregrinar eclesial hacia el Reino de Dios.
La nota romana se centra en ?ciertas proposiciones que no estan en conformidad con la doctrina de la Iglesia??. Los especialistas en debates teológicos estaran desentrañando las críticas a esos textos densos. Por mi parte, sólo anoto malinterpretaciones. La perspectiva de la iglesia de los pobres no reemplaza (en el pensamiento de Sobrino) la fe apostólica. Tampoco es cierto que, a los dogmas de los primeros siglos, Sobrino sólo los vea en el plano cultural, ni que sea poco claro en cuanto a la divinidad de Jesús, ni que tiene una concepción errónea del misterio de la encarnación. Otras tres grandes malinterpretaciones se refieren a la relación entre Jesús y el Reino de Dios (donde Sobrino y la labor bíblica y teológica latinoamericana ha dado inmensos aportes), la humanidad y la Pascua de Jesucristo.
Tomaría mucho espacio examinar cada texto de Sobrino y el conjunto de su obra. Es una tarea de especialistas. Me parece injusto usar unos pocos textos para inducir a la gente a devaluar esa cristología. También indigna que una ?condenación?? sea difundida por los medios masivos. (El Mercurio de Santiago: ?nueva arremetida de la Iglesia Catolica contra la teologia de liberación??, ?Jon Sobrino, el rebelde salvadoreño?? 18/3/2007 D30-31)
Más bien, cabe la saludable pro-vocación (y no retroceder por temor o por autocensura), y seguir cultivando y debatiendo la fecunda teologia latinoamericana. Admirar a J. Sobrino conlleva continuar desarrollando cristologías desde los crucificados y resucitados de hoy. La lucidez creyente y la coherencia de vida de Jon Sobrino nos pro-voca a pensar el Amor de Dios (intellectus amoris) en lo concreto de América Latina. La cristología es pensar la misericordia en nuestra historia, y no es repetición ni imitación de lo hecho en otras latitudes. Ello desabsolutiza el pensamiento hegemónico. Ello afianza, en nuestro continente, diversos modos de pensar el seguir a Cristo, salvador de la humanidad.
Diego Irarrazaval
Santiago de Chile, 21/3/2007.
Notas:
1. Vease J. Sobrino, ?Cómo hacer teología???, Sal Terrae, 1989, 307-317; El principio misericordia, San Salvador: UCA, 1992; ?La salvación que viene de abajo??, Concilium, 314 (2006), 29-40.
2. J. Sobrino, Cristología desde América Latina, México: CRT, 1976; La fe en Jesucristo, ensayo desde las víctimas, Madrid, 2000; y muchas otras obras.
3. Ver Revista Latinoamericana de Interpretación Biblica (a partir de 1988); A.M. Tepedino, Las discípulas de Jesús, Madrid: Narcea, 1994; A. A. da Silva, ?Jesu Cristo luz e libertador do povo afro-americano??, Existe um pensar teologico negro?, Sao Pablo: Paulinas, 1998; E. Lopez, ?Cristologia indígena y la evangelización inculturada??, Teologia India, Cochabamba: Verbo Divino, 2000; VV.AA., Teologia con rostro de Mujer, Managua: Revista Alternativas, 2000; L. Cerviño, ?El Resucitado, mediadores/as andinos/as y Jesucristo??, Teologia Andina II, La Paz: ISEAT, 2006, 105-134.
4. Ver dos compilaciones, R.S. Sugirtharajah (ed.), Asian Faces of Jesus, London: SCM Press, 1993, J.N.K. Mugambi, L. Magesa (eds.), Jesus in African Christianity, Nairobi: Acton, 2003.