Enviado a la página web de Redes Cristianas
Ciudad del Vaticano. Con preocupación por las condi-ciones históricas de desigualdad socioeconómica que vive la región del Centro y Norte de América, así como la situación de violencia que se vive en Honduras, El Salvador, Guatemala y México, los Jesuitas de México y Centroamérica comparten en un documento su postu-ra ante las migraciones forzadas en la región, así como sus propuestas para atender sus causas.Animar la colaboración de las obras apostólicas de las provincias de México y Centroamérica, para atender los grandes retos de la región, así como tener y fortalecer un marco común desde el cual orientar la incidencia so-cial y política.
Es el objetivo que se propone el documento emitido por los Jesuitas de México y Centroamérica, en el que enumeran ―propuestas‖ para atender las causas estruc-turales y culturales de las migraciones forzadas en la región.Centrado en la realidad migratoria del norte de Cen-troamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala) y su relación con México y Estados Unidos, el texto especifi-ca la labor realizada por ambas provincias a favor de los migrantes:La Provincia Mexicana acompañó la llegada de lashermanas y los hermanos refugiados de Guatemala en los territorios de Campeche y Chiapas en la década de 1980.
En el año 2001 se creó el Servicio Jesuita a Mi-grantes para promover la hospitalidad en las estructu-ras civiles y eclesiales, y en el año 2017 se reactivó el Servicio Jesuita a Refugiados para atender la frontera sur y en el presente año se inició un proyecto en la fron-tera norte. Actualmente la mayoría de las parroquias, universida-des y misiones indígenas a cargo de la Compañía de Jesús en México tienen un programa de atención a las migraciones o responsables de asuntos migratorios.
La Provincia Centroamericana articula diversas instan-cias que han incorporado el eje de las migraciones den-tro de su trabajo y que hacen parte de la Red Jesuita con Migrantes en la región: En Panamá lo realiza Fe y Alegría; en Costa Rica el Servicio Jesuita para Migran-tes; en Nicaragua el Servicio Jesuita a Migrantes; en Honduras el ERIC y Radio Progreso; en El Salvador la Universidad Centroamericana y la parroquia deArca-tao; en Guatemala la Universidad Rafael Landívar, Fe y Alegría, ADESI en el Ixcán, junto con una incipiente Oficina de Servicio y otras instancias parroquiales.Con respecto a Nicaragua, se indica que merecería un tratamiento aparte.
También Costa Rica y Panamá son realidades diferentes –se lee –pero muy atravesadas por las olas migratorias como países receptores funda-mentalmente.Indispensable la colaboraciónPrecisando que ―la migración humana contemporánea es una realidad compleja que rebasa las dinámicas propias de cada país e implica la colaboración con otros contextos‖, los Jesuitas de México y Centroamérica afirman que es ―indispensable‖ la colaboración entre ambas provincias, con énfasis en el caso del triángulo norte de Centroamérica debido a su alta vulnerabilidad.Las causas culturales y estructurales de la migra-ciónEl documento analiza finalmente las causas por las que las personas se ven obligadas a migrar, a partir de los foros realizados con personas investigadoras y exper-tas en ambas provincias:1) Una pérdida de esperanza en poder resolver su si-tuación personal familiar al ver que su contexto local, nacional y regional no mejora ni tiene perspectivas de hacerlo; 2) Una necesidad de protección internacional ante la sensación de riesgo vital por la inseguridad, vio-lencia, carencia de recursos económicos; 3) La atrac-ción por irse a Estados Unidos generada por la brecha de oportunidades, de salarios que existe entre este país y Honduras, El Salvador o Guatemala, y 4) la necesidad de mantener la unidad o buscar la reunificación familiar.Asimismo, desde esta realidad, se indican siete causas estructurales:
1) La desigualdad de oportunidades para el desarrollo humano pleno asociada a un modelo económico; 2) La desilusión hacia los procesos demo-cráticos existentes y que se asocia a un modelo de es-tado; 3) La deficiencia de los sistemas tributarios y de protección social; 4) La influencia del narcotráfico y el tráfico de armas, 5) La (in)seguridad, militarización y sistemática violación de los derechos humanos; 6) La vulnerabilidad frente a las amenazas inducidas por el cambio y la variabilidad climática, y 7) El horizonte indi-vidualista de la vida unido al universalismo que prioriza las categorías globales sobre las locales.(vaticannews.va) 14/09/2021