Proclama de la CEB San Pablo Apóstol con motivo de la celebración de su 47 Aniversario -- CEBs Nicaragua

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Adital

Desde nuestra fe comprometida de ayer y de hoy con la causa de Jesús en la construcción de su Reino, nosotros y nosotras, hombres y mujeres de fe, organizadas/os en la Comunidad Eclesial de Base (CEB) San Pablo Apóstol de la Colonia 14 de Septiembre, en este 47 Aniversario de nuestra fundación, Proclamamos:

1. Continuar en nuestra lucha por hacer de nuestra Iglesia, una iglesia de los pobres y para los pobres.

2. Desde nuestra condición de Iglesia y siguiendo el actuar evangélico (Mt 18: 15-18) reclamar no sólo nuestro derecho, sino nuestra obligación, de decir lo que sentimos, e incluso ejercer crítica pública fraterna, cuando la jerarquía abuse de su poder. Si los obispos, presbíteros o el mismo Papa, hacen lo que no es de su incumbencia, no pueden exigir obediencia en nombre del cristianismo, y deben esperar a que se les contradiga, sin que eso signifique que se quiebre la unidad de la FE.

3. Luchar por la democratización de la Iglesia, que los cargos sean por elección tomándose en cuenta el sentir de los diversos sectores del pueblo de Dios, y particularmente de los seglares y no por imposición de las estructuras actuales. No podemos evangelizar personas, hijos e hijas de nuestro tiempo presentándoles un modelo de Iglesia, convertida en bastión del autoritarismo y del absolutismo.

4. Hacer de nuestra Iglesia, un lugar donde las mujeres ocupen iguales posiciones que los varones y puedan, al igual que ellos, ocupar TODOS los cargos que por siglos han estado reservados solo para hombres.

5. Seguir fortaleciendo nuestra fe cristiana a través de la práctica, la lectura y del análisis de la palabra de Dios de forma permanente, contextualizándola a la realidad que vivimos hoy en Nicaragua, Latinoamérica y el mundo. Sabiendo que la situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios y es de un pecado social. Un pecado que va más allá de los pecados individuales y se transforma en un pecado colectivo estructural.

6. Mantener vivo nuestro compromiso real y cotidiano con los sectores sociales y populares en su lucha por la equidad, la justicia y la solidaridad en todos los campos de la vida humana, lo social, lo económico, lo político y lo religioso, eliminando la explotación, la falta de oportunidades y la marginación de todo tipo. Nos llamamos CEB, porque nos sentimos comprometidos con la causa de Jesús, cuya razón de ser fue el Reino y el amor incondicional a la causa de los pobres, a quienes pone como sacramento de Dios y centro del ser humano.

7. Nos comprometemos, como lo hizo Jesús, y sabiendo, como lo sabía El, que este mundo sólo será más humano en la medida que nosotros respondamos acogiéndonos a su proyecto, cambiar este sistema antes que sea tarde, sabiendo que es muy fácil decir que somos cristianos/as, pero que es más difícil practicar el cristianismo con amor profundo, solidaridad, y fraternidad.

8. Nos comprometemos a seguir siendo fieles a la Teología de la Liberación, que nació en Latinoamérica de la práctica de muchos cristianos de base, sacerdotes, pastores y Obispos. y que intenta responder a la cuestión de cómo ser cristianos en un continente donde todavía la hegemonía ideológica y económica es dominada por las oligarquías locales en cada país, y de cómo conseguir que nuestra fe no sea alienante, sino liberadora. Por lo tanto estamos claros que la salvación cristiana no puede darse también sin la liberación económica, política, social e ideológica. En estos momentos nos sentimos esperanzados y fortalecidos por el hecho de que el Papa Francisco haya reconocido la validez y la importancia de la teología de la liberación.

9. Creemos en el Socialismo real y en la línea de las diversas experiencias socialistas que se impulsan en diversos países latinoamericanos y, por lo tanto, nos comprometemos a luchar por él, como una alternativa a la tiranía del capitalismo neoliberal salvaje.

10. Como Iglesia y como cristianos nos comprometemos a continuar optando por los pobres y marginados/as como los sujetos del cambio y la transformación, poniéndonos a su disposición y servicio, haciendo alianza de lucha y de esperanza con ellos, siendo fieles a su causa, no porque sean los mejores, sino porque son los preferidos por Dios, y su causa es justa y es nuestra causa. Nuestro compromiso no es sólo por la sobrevivencia de la Iglesia, sino por la sobrevivencia de los pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir. El futuro de los pobres está en la construcción del Reino de Dios, pero necesitamos una Iglesia que nos de fuerza y esperanza para construirlo. No nos interesa una Iglesia que necesita del dinero y del poder para sobrevivir.

11. Por eso, ante la nueva situación que vive Nicaragua y el Mundo, nos comprometemos a que nada ni nadie nos pueda arrebatar causa ni motivos de lucha, y a no dejarnos engañar por la propaganda mediática que pretende hacernos creer que no existe otra forma de vida fuera del sistema neoliberal y capitalista.

12. Nos comprometemos a seguir trabajando en la CEB de Managua y de otras regiones, masificándolas en nuestro país, pues ellas son las células de estructuración de la Iglesia de acuerdo a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, Medellín y otros documentos de la Iglesia.

13. Nos comprometemos a proteger los derechos de la Madre Tierra, de la cual somos parte y no dueños de ella, y a difundir y promover su cuido y el amor por ella.

14. Finalmente queremos seguir teniendo a María, como la mujer comprometida, y valiente, y fiel discípula de su hijo Jesús. Continuar amándola y celebrándola con el amor y la ternura que su memoria histórica nos trasmite.

Managua 30 de junio de 2013.