Enviado a la página web de Redes Cristianas
Mis respuestas
La pregunta: En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos ?andamos juntos??: ¿cómo se realiza hoy este ?andar juntos?? en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro ?andar juntos???
1) En primer lugar, la Iglesia no tiene que anunciar solo el Evangelio, sino también, en un plan de igualdad, el mensaje de los buenos profetas en favor del Derecho y la Justicia (como decían ellos). El mensaje cristiano tiene dos grandes bases: la Justicia de los profetas + la fraternidad del Evangelio. Una sola… no va.
2) Cómo se realiza en nuestra parroquia, no lo sé muy bien, porque solo voy por la eucaristía, y vivo más de cara a la sociedad y a la Iglesia en general. Pero diría, por lo que sé, que se realiza sobre todo en: la ayuda de Cáritas, las visitas a enfermos, los pequeños grupos de diálogo (parejas, gente mayor, el grupo ?del café??…).
En cuanto a la Iglesia española, y/o la catalana, solo le daría el aprobado (¡no, no, y un buen notable!) en el aspecto asistencial. El quinteto de: Cáritas, Manos Unidas, Intermón, Entreculturas y Servicio jesuita a los refugiados, hace un muy buen papel. No es muy conocido porque cuatro de las cinco entidades trabajan en el extrarradio del mundo, en los países pobres, pero todo el mundo sabe qué es y qué hace Cáritas. Pero… en defensa de la justicia, 0, en la aceptación de la mujer en plan de igualdad, casi 0, en diálogo, 0, y paro aquí para que no sea más gordo.
3) ¿Qué pasos nos invita a hacer el Espíritu??? (¡Esta es la gran cuestión!!)
Yo diría que nos urge a:
*Conocer y hacer conocer la integridad del Mensaje cristiano: justicia y fraternidad. La gente, la creyente y la no creyente, solo han oído a hablar de Jesús y del Evangelio, y cosas connotantes. Hace falta, con urgencia, divulgar los textos bíblicos sociales, tan escondidos.
*De manera muy delicada, y poco a poco, se tendría que ir explicando, a los fieles y también en general, que una serie de creencias antiguas y sólidas ya sabemos que no son verdad, sino producto de mitos antiguos, de malas interpretaciones de textos bíblicos, de la ignorancia de algunas épocas… Tales como la existencia del infierno, la necesidad de la muerte cruenta de Jesús para podernos perdonar los pecados, la concepción milagrosa de Jesús por parte de María, la estancia del pueblo israelita en Egipto, su esclavitud y su salida triunfal gracias a prodigios de Yahvé, y otros.
*La asunción de las mujeres a un nivel de igualdad, pero rápido (que es una mala broma que ya dura demasiado). Yo creo que se tendrían que hacer misas celebradas por mujeres, con permiso o sin él, presentándolo como algo provisional, y utilizando, al principio, formas eucarísticas consagradas previamente por un sacerdote. No es necesario que sea en una iglesia… Si no, pasarán muchos años y nuestros descendentes todavía lo discutirán.
*Dejar para siempre de intervenir, decidir, prohibir, en la cuestión del uso del cuerpo y la libertad de compartirlo, excepto, solo, en caso de adulterio, incesto familiar y violación.
4) Y, de manera rápida e inmediata, asumir la verdad de los abusos a menores, y la devolución inmediata de todos los edificios o bienes apropiados gracias a leyes del embudo, o leyes franquistas. Esto antes de medio año.
Cuestiones secundarias:
¿Qué compañeros de viaje tenemos?
Tradicionalmente y actualmente, la Iglesia (su dirección) ha tenido y tiene como compañeros de viaje la gente acomodada, a menudo ?muy?? acomodada, y… en momentos trágicos, pero duraderos, han tenido incluso como compañeros a dictadores criminales.
Esta situación es especialmente lacerante cuando uno recuerda que, por allá en las décadas centrales del siglo I, se podían decir cosas como:
?Hermanos, fijaos quiénes sois los que habéis recibido el llamamiento: no hay muchos sabios a la manera de este mundo ni muchos influyentes o de buena familia. Bien al contrario, Dios, para confundir a los sabios, ha escogido quienes el mundo tiene por ignorantes; para confundir a los fuertes, ha escogido a quienes son débiles a los ojos del mundo. Dios ha escogido a gente que no cuenta… (1 Cor 1: 26-28).
Los compañeros de viaje que serían deseables serían los trabajadores y las trabajadoras.
Pero esto hoy (y desde hace ?mucho?? tiempo) es humanamente imposible. Estas personas fueron expulsadas de la Iglesia, quiero decir, naturalmente, de manera indirecta, cuando sus abuelos y antecesores, en el siglo XIX, brutalmente explotados por los capitalistas de turno, fueron ?abandonadas?? por una Iglesia que no los amaba. El ejemplo más terrorífico de lo que digo fue cuando, en 1891, un buen papa publicó (con cuatro décadas de retraso) la primera encíclica social, moderada, pero un buen primer paso en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores/as, y todos los obispos de España (salvo uno: nuestro doctor Morgades, que hizo una amplia difusión del documento comentada por él mismo) se negaron a difundirla, diciendo que el papa ?se había desviado de la fe??.
Hoy sería impensable un ?encuentro?? entre unos y otros. Personas trabajadoras cristianas de verdad, o bien pequeños grupos, sí pueden establecer colaboraciones de tipo social. Así se hizo tras la Transición: Santa Coloma de G., Sabadell y Cornellà fueron gobernadas por alcaldes del PSUC, que eran comunistas-cristianos, incluso uno de ellos era sacerdote. Este es hoy el límite máximo de lo ?posible??.
Antoni Ferret