Enviado a la página web de Redes Cristianas
Por inspiración del Espíritu del Dios de la Vida que acoge con amor a toda la Humanidad sin distinción alguna, nos presentamos hoy ante la sociedad colombiana y la Comunidad Internacional, habiendo atendido el llamado realizado por la Corporación Teusaquillo Territorio de Paz, para articularnos en nuestras respectivas diversidades de fe en torno al trabajo interreligioso, con el fin de constituirnos como un espacio abierto, incluyente y popular en el que reconocemos el actuar de Dios en medio de todas las personas de fe, sin distinción alguna de denominación eclesial, confesión religiosa o espiritualidad.
De la misma forma, se reconoce la existencia del testimonio de hombres y mujeres que, en la construcción de procesos de transformación por la justicia social, encarnan el quehacer colectivo y de reconocimiento a la otredad.
Quienes desde hoy hacemos parte vital de este espacio de fraternidad, y con el firme compromiso de poner todo de nuestra parte para establecer en Colombia una verdadera cultura de paz, teniendo como fundamento la fraternidad y la cooperación interreligiosa, declaramos lo siguiente:
1. Al cumplirse 22 años de la proclamación de las libertades constitucionales de religión, conciencia y culto, ad portas del vigésimo aniversario del Estatuto Legislativo de Libertad Religiosa Ley 133 de 1994, y al acercarse el segundo año de vigencia de la Ley Antidiscriminación 1482 de 2011, se quiere ratificar el espíritu de la Declaración Interreligiosa de Rosh haShaná 5772 firmada en el año de 2011 por 20 líderes y lideresas de fe en este recinto (el Colegio Americano de Bogotá). Se realiza nuevamente el llamado a la sociedad para que cesen todas las expresiones de hecho, actitudinales y verbales de discriminación religiosa, política y social.
Es manifiesta la realidad de que, a pesar de la Ley Antidiscriminación, muchas personas, colectividades e instituciones de fe siguen siendo agredidas, descalificadas, desacreditadas, perseguidas y difamadas en Colombia por razón de sus creencias, prácticas o afiliación religiosas. De igual forma, se expresa la solidaridad para con todos los hombres y mujeres que sufren la discriminación, la persecución y la difamación por causa de su papel histórico y contribución social.
Se invita a todos los grupos religiosos y espirituales a compartir en la pluralidad todos aquellos valores que todas las denominaciones religiosas y espiritualidades tienen en común, a no poner en la mesa de discusión lo que separa, y se abre los brazos para que los líderes de las iglesias, confesiones y demás espiritualidades trabajen conjuntamente por una Colombia fraterna y en paz, en el que toda persona tenga cabida, voz y voto, y la seguridad del derecho a la existencia, a creer, orar y practicar sus respectivos rituales en paz, con pleno reconocimiento público y privado. Las libertades religiosas, de conciencia y de culto son el fundamento de todas las demás libertades y derechos humanos, si éstos son violentados, instrumentalizados o negados, en consecuencia todas las demás libertades y derechos fundamentales lo serán también.
2. Se insiste con esperanza y tesón en el apoyo de la ciudadanía en general al proceso de diálogos que el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) adelantan en la ciudad de La Habana, Cuba, para que se respalde una salida política negociada al conflicto armado, como expresión clara de voluntades de construir un escenario amplio y verdaderamente democrático, que permita la resolución de los conflictos de orden social, político y económico. La única salida al conflicto armado colombiano es la solución política y negociada y no la vía de las armas.
Como se ha venido estableciendo en los diferentes escenarios ecuménicos e interconfesionales, seculares y/o de los movimientos sociales celebrados en torno al tema de la paz en Colombia, se hace necesario el cese bilateral e inmediato de hostilidades que permita a la población descansar y respirar en medio de la confrontación armada.
Sin embargo, se reconoce que el desarme de la insurgencia, el silenciamiento del tableteo de ametralladoras, fusiles y el rugir de las bombas no significará la llegada de la paz para el país, sino que simplemente será un paso que pretende solucionar apenas el 18% del conflicto social colombiano, por lo que se hace insistencia en la atención a los demás problemas sociales para asegurar un estado de convivencia nacional sostenible. No habrá paz sin justicia social!
3. Es de resaltar la preocupación por el alarmante incremento de hechos de violencia en las familias colombianas, que es la raíz de muchas otras violencias, tales como la violencia contra la mujer, el matoneo escolar y la intolerancia entre vecinos y vecinas. Se hace un solemne llamado a los padres y madres de familia, a los hijos e hijas, a hermanos y hermanas, para que detengan inmediatamente toda clase de hostilidad en sus hogares, escuelas y vecindades, exhortando a la reconciliación, el perdón, a reconocer en cada integrante del núcleo familiar, escolar y vecinal, la presencia tangible del Dios de la Vida; a corregir acciones, pensamientos y palabras agresivas para asumir palabras, conductas y pensamientos de bondad y compasión entre sí.
Depende de la sociedad que al país llegue la paz, pues para el Pueblo Colombiano será difícil ver el sueño anhelado de la paz si persiste la violencia en la cotidianidad. Puesto que el precepto sagrado de reconocer al otro y a la otra, en condiciones de igualdad y diferencia está vigente en todas las espiritualidades y confesiones de fe, así como en el deber de la comunidad en general, se ratifica que no habrá paz sin justicia, pero tampoco habrá justicia si no hay perdón mutuo.
Sin reconciliación y construcción conjunta de escenarios, dinámicas y culturas de respeto e interacción propicias para la existencia, no podrá existir una expresión real de paz. De ésta manera no se hace un llamado al perdón y olvido en un conjunto de elementos que conlleven a la ratificación de la impunidad, sino que se hace el llamado a pensar la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición como elementos trascendentales para el perdón y la transición social a un nuevo capítulo de la sociedad colombiana.
4. Esta era es la Era de la Mujer; nos congratulamos con todos los éxitos obtenidos por las mujeres en los diversos ámbitos de la sociedad y las posiciones de liderazgo que han alcanzado a nivel mundial.
Sin embargo se considera que, como Pueblo Colombiano, falta demasiado por alcanzar al respecto. Se expresa el dolor por el incremento de agresiones contra las damas en todo sentido, en especial cómo a muchas mujeres de fe se les ha negado el asumir el liderazgo clerical en sus comunidades religiosas, y el dolor por las mujeres que han sido asesinadas, y muy en especial, por todas las niñas y adolescentes que han sido violentadas en su vida y su dignidad a manos de individuos alejados de Dios.
Se invita a crear un círculo de protección alrededor de las mujeres, y se clama al Estado por establecer mecanismos éticos en los sectores educativos, jurídicos y de fuerza pública, necesarios para que nunca más, en Colombia, ninguna mujer vuelva a ser agredida en ninguna manera. El nivel de civilización y de cultura de un pueblo se mide en cómo sus mujeres son amadas, respetadas y enaltecidas.
5. Se invita al Gobierno Nacional, y en su nombre, al Ministerio de Educación Nacional, para que no siga ignorando el clamor del Pueblo Colombiano que exige una profunda y radical reforma en el sistema formativo de la niñez y juventud. El Pueblo reclama a gritos implementar de nuevo la enseñanza escolar fundamentada en principios éticos y morales, la educación en urbanidad y en una educación religiosa aconfesional y teísta, en sintonía con el Preámbulo de nuestra Carta Magna y la Ley 133 de 1994 artículo 2?? educación religiosa que ha sido ilegalmente suprimida, actuando en contra del artículo 23 de la Ley General de Educación 115 de 1994.
De igual manera se hace un solemne llamado al orden a los padres y madres de familia de Colombia, para que no sigan evadiendo cobardemente sus deberes como educadores y educadoras de primera y directa responsabilidad, que no le confíen a las escuelas los deberes que, por fundamento antropológico y social, les corresponde cumplir a la familia. La escuela puede orientar ética y cognitivamente a la niñez y la adolescencia en valores éticos y morales, pero no puede ni debe sustituir a los padres y madres de familia en la educación integral.
La manera más exitosa de destruir a una nación, es destruyéndola desde el interior de los hogares y de las escuelas, destruyendo en el alma de los niños, niñas y adolescentes todo concepto posible de ética y de moral. En este asunto no hay puntos medios, y tanto las religiones como la Academia son plenamente conscientes de ello: en ustedes, padres y madres de familia, recae la responsabilidad histórica de lo que será la Colombia del mañana.
6. En ese mismo sentir, se invita a los grandes emporios televisivos, para que antepongan el interés colectivo por encima de los intereses individuales y consumistas; que se generen programas con contenido constructivo social y ético-moral. La libertad de expresión no legitima ni puede legitimar en ningún momento la transmisión de antivalores que acaban minando la cohesión nacional.
7. Se expresa la indignación contra la manera como se están destruyendo los recursos naturales, la profanación irracional a la Madre Tierra, el exterminio de especies vegetales y animales, la explotación indiscriminada de la minería, el monopolio de semillas modificadas genéticamente en perjuicio de la agricultura nativa y en consecuencia la criminalización de la labor campesina tradicional, y el envenenamiento de los manantiales, ríos, quebradas, lagunas y humedales.
Se clama nuevamente por el Mandato Ciudadano Nacional por el Agua, para que este recurso vital sea protegido por las autoridades civiles a toda costa, para que los pueblos no mueran de sed, para que se preserven celosamente las selvas, bosques, páramos y sabanas, y toda forma de vida que interactúa con estos santuarios naturales.
En testimonio de estos sentimientos e ideales, y con el fin de que todo el Pueblo Colombiano y la Comunidad Internacional sean conscientes de lo que se ha manifestado hoy, se envía esta Declaración a las respectivas autoridades y diversas ramas del poder de la República de Colombia, a los gobiernos integrantes de la UNASUR, a las oficinas correspondientes de la Organización de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, a los miembros de la Misión Presidencial Latinoamericana, a otros organismos internacionales y ONGs interreligiosas y de defensa de Derechos Humanos, a la Confederación de Libertad Religiosa Conciencia y Culto CONFELIREC, a los diversos medios de comunicación y a otras autoridades religiosas que no pudieron estar presentes el día de hoy.
Quienes integran la Asamblea Colombiana de las Religiones y Espiritualidades estampan sus rúbricas como signo de adhesión y con el sagrado compromiso de trabajar conjuntamente y en fraternidad, por la paz de Colombia invocando la protección de Dios.
Reverendo LUIS FERNANDO SANMIGUEL. Presidente Corporación Teusaquillo Territorio de Paz. Iglesia Presbiteriana Comunidad de Esperanza.
Pastor PEDRO STUCKY. Vicepresidente Corporación Teusaquillo Territorio de Paz. Iglesia Menonita de Teusaquillo.
Rabino RICHARD GAMBOA BEN-ELEAZAR. Secretario Ejecutivo Corporación Teusaquillo Territorio de Paz. Manhíg de Shéguel.
Reverendo DIEGO HIGUITA. Secretario General de la Iglesia Presbiteriana de Colombia.
Dr. JUVENTINO MARTÍNEZ. Mezquita Al ? Reza.
Monseñor HAIVER ESNEIDER PERILLA. Arzobispo primado de Colombia. Iglesia Anglicana Regina Apostolorum.
MARLON CANTILLO. Fundación Casa Cultural Islámica Ahlul Bayt Colombia.
LUIS ORLANDO CARRILLO. Consejo de Ancianos Mancomunidad de la América India Solar ? MAIS.
WILLIAM RODRÍGUEZ. Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial.
Aaj Q?iij MALATI DÍAZ. Tradición Maya.
Prof. LUZ ALIXON MEDINA. Presidenta de la Red Angelical Latinoamericana.
Dra. MARICEL MENA. Teóloga.
Monseñor GONZALO JARAMILLO. Arzobispo de Colombia ? Iglesia Vétero-Católica.
ARADHYA DAS. Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna ? Comunidad Vaisnava Colombia.
Taita COMBA NIMIQUENE. Comunidad Muhysca.
Reverendo DAIREN JÁCOME. Comunidad Soto Zen Colombia.
Doctor JAIME CAYCEDO. Secretario General del Partido Comunista Colombiano.
Monseñor FREDDY CASTILBLANCO. Arzobispo de Colombia. Iglesia Apostólica Católica de Nuestra Señora de Guadalupe.
Babalawo ALFREDO VARGAS. Tradición Yoruba.
Hermana ANA FRANCISCA VERGARA. Religiosa Dominica.
DIEGO ROZO. Comunidad Judía Reformista de Colombia.
LUIS ALBERTO RUBIANO. Periodista y Teólogo Iglesia Evangélica Luterana en Colombia.
ATI QUIGUA. Espiritualidad Ancestral de América.
DWAYGHT GARCÍA. Javurá Anashím La?azór ? Movimiento Sefardí Incluyente.
Padre KOSMAS CORREAL. Presbítero Cristiano Ortodoxo.
WILLIAM ANCIZAR SANDOVAL. Comunidad Jesús Nazareno
DOLLY TOSCANO SALAS. Ángeles Sirviendo ? Espiritualidad Angelical.
CRISTINA VARGAS ECHEVERRI. Equipo de la Humanidad Colombia.
Fray MARIO TORO, OFM. Franciscano Católico.
Reverendo CARLOS GUEVERA. Iglesia Episcopal Comunión Anglicana.
MOHAMMAD MOHSENI. Mezquita Al ? Reza.
Mama NINA CURO. Fogón de las Abuelas Quinua Nativa ? Comunidad Mestiza de la Sabana de Bogotá.
JUANITA DE LOS ÁNGELES. Corredora Continental por el Agua ? Cantoalagua.
Aaj Q?iij JUAN KAANPU. Sacerdote Maya.
Reverendo NAOTARO SHIMIZU. Iglesia Tenrikyo Colombia.
Monseñor ROSENDO USUGA. Iglesia Apostólica Universal Anglicana.
Dr. MANUEL TENJO. Teólogo.
HOSSEIN MOHSENI. Mezquita Al ? Reza.
PATRICIO MERINO BEAS. Teólogo.
GINO LUQUE CAVALLAZZI. Unión Internacional de Budismo Kadampa en Colombia.